jueves, 10 de enero de 2013


Productores rusos festejan fin de veda para granos

Moscú – La decisión de Rusia de no prohibir las exportaciones de granos luego de otra reducida cosecha muestra que sus líderes reconocen que el embargo impuesto tras la fallida cosecha del 2010 fue un error.
Los agricultores están generando ganancias a medida que los precios locales del trigo se han acercado a niveles internacionales y la inflación también ha sido contenida debido a que las exportaciones de los puertos del Mar Negro de Rusia han ayudado a equilibrar un ajustado mercado global.
Al mantener abierto el canal comercial, Rusia reconoce que, aunque es un exportador líder de granos, también es un gran comprador de carne y otros productos procesados. Para apuntalar la seguridad de los alimentos, el Gobierno quiere ahora dejar trabajar al mercado.
«Nuestro objetivo a nivel local es proveer a la gente con buenos alimentos a precios razonables. Para hacer esto, necesitamos elevar la producción», dijo Arkady Dvorkovich, viceprimer ministro responsable de la política agrícola del Gobierno designado en mayo.
«Las exportaciones y los precios liberados son buenos incentivos económicos para los productores», destacó Dvorkovich, un economista liberal, en una entrevista con Reuters hacia fines de año.
En contraste, el bloqueo de un año a las exportaciones rusas que el líder Vladimir Putin ordenó en agosto del 2010 tuvo una serie de consecuencias no planeadas:
Inflación
Los precios de las importaciones de carne vacuna brasileña y carne de cerdo estadounidense siguieron el alza del trigo, y la inflación de los alimentos rusos más que duplicó el 14 por ciento visto a inicios del 2011.
Los agricultores no lograron beneficiarse de las reducidas cosechas, debido a que la veda a las exportaciones suprimieron los precios domésticos de los granos.
Pese a la especulación de que se impondría otra veda dado que se tornó evidente que la última cosecha no alcanzaría las expectativas de nuevo, el gobierno se mantuvo firme al descartar cualquier límite a las exportaciones antes de que termine el 2012.
Los precios del trigo ruso han cerrado la brecha respecto a los futuros del cereal en París, ayudando a las empresas agrícolas como Black Earth Farming (BEF), basada en Estocolmo, a generar buenas ganancias tras años de sacrificios.
«Un negocio como el nuestro, de producción de granos y semillas oleaginosas, puede generar ciertas ganancias», dijo a Reuters el presidente ejecutivo del BEF, Briton Richard Warburton. «Así que estamos en una posición para invertir»

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