miércoles, 30 de enero de 2013


Manejo de mancha ojo de rana

La variabilidad climática de los últimos años hizo que surgieran situaciones extremas de déficits y excesos de precipitaciones. Después de haber transcurrido ambos eventos consecutivamente, en esta campaña se proyectaron buenas condiciones climáticas, con precipitaciones entre normales o superiores a las normales. La mancha ojo de rana (MOR) es una enfermedad fúngica de la soja, [...]
La variabilidad climática de los últimos años hizo que surgieran situaciones extremas de déficits y excesos de precipitaciones. Después de haber transcurrido ambos eventos consecutivamente, en esta campaña se proyectaron buenas condiciones climáticas, con precipitaciones entre normales o superiores a las normales.
La mancha ojo de rana (MOR) es una enfermedad fúngica de la soja, cuyo organismo causal es Cercóspora sojina. El patógeno sobrevive durante el invierno en la semilla y en el rastrojo infectado, lo que constituye la principal fuente de inóculo primario.
El desarrollo de la enfermedad se ve favorecido por el tiempo cálido y húmedo, en especial temperaturas nocturnas superiores a 20 grados, lluvias abundantes y formación de rocío. También influyen las condiciones térmicas del invierno anterior, ya que los inviernos benignos permiten una mayor supervivencia del inóculo presente en el rastrojo.
Como jefe de producto de la firma Red Surcos recomiendo el manejo integral de la enfermedad, incluyendo prácticas culturales como rotación de cultivos y uso de semilla certificada de variedades resistentes, así como también el tratamiento con fungicidas curasemillas y aplicación de fungicidas foliares.
Dentro de los curasemillas, los que mejores resultados han dado son los formulados sobre la base de metalaxil más un triazol (como tebuconazole o ipconazole).

Fungicidas foliares

Para el caso de los fungicidas foliares lo más recomendable es usar mezclas de carbendazim con tebuconazole, sumados a las habituales mezclas de estrobirulinas y triazol que son usadas para el control de roya y enfermedades de fin de ciclo.
Toda aplicación siempre debe estar acompañada por un monitoreo intensivo de los lotes para poder tomar las decisiones en base a todo el complejo de enfermedades presentes en cada uno, de manera que no se individualicen las problemáticas.
Asímismo, es muy importante tomar precauciones como cosechar por separado los lotes infectados para evitar la distribución y diseminación del inóculo.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos al momento de la toma de decisiones, podremos lograr un mayor control de esta enfermedad, sobre todo ante pronósticos de condiciones predisponentes para el desarrollo del patógeno

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