martes, 29 de enero de 2013


Avanza una nueva vacuna contra la mastitis

Los componentes antigénicos de Staphylococcus Aureus tienen importancia en distintas etapas del proceso infeccioso, desde los primeros contactos de la bacteria invasora con las células defensivas de la vaca, hasta etapas más avanzadas que involucran daño a los tejidos de la glándula mamaria. Estos componentes son formulados con un agente que potencia sustancialmente la respuesta [...]
Los componentes antigénicos de Staphylococcus Aureus tienen importancia en distintas etapas del proceso infeccioso, desde los primeros contactos de la bacteria invasora con las células defensivas de la vaca, hasta etapas más avanzadas que involucran daño a los tejidos de la glándula mamaria. Estos componentes son formulados con un agente que potencia sustancialmente la respuesta inmune.
Si bien durante los últimos años se han realizado varios estudios con vacunas experimentales, actualmente existen solo dos disponibles comercialmente para el control de mastitis por Staphylococcus Aureus.
Estas vacunas están compuestas por lisados bacterianos y componentes de la superficie bacteriana, formulados con adyuvantes clásicos u oleosos. En este caso, los investigadores utilizaron polisacáridos capsulares y proteínas obtenidas por tecnología recombinante formuladas con un adyuvante de última generación que potencia la respuesta inmune.
El desarrollo fue producto de un trabajo en conjunto de un grupo de investigadores del  Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, la Universidad Nacional del Litoral y el Conicet, llevándose adelante en instalaciones de la Estación Experimental Agropecuaria Rafaela, de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas y Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNL, bajo la supervisión general del Dr. Luis Calvinho.
“Hasta ahora hemos logrado hacer los estudios para terminar de definir los componentes que se incluirán en la vacuna, evaluado la respuesta inmune en vaquillonas hacia las distintas formulaciones ensayadas y realizando pruebas en sistemas experimentales para determinar la funcionalidad de las defensas generadas por la vacunación. Falta realizar las pruebas de desafío experimental y de eficacia a campo, para determinar la factibilidad del paso de la etapa de desarrollo a potencial producción”, explicó Calvinho.
El proyecto se inició con el nuevo siglo. No obstante, recién a partir de 2006, con la obtención de un subsidio por parte de INTA y en 2009 por parte de la Agencia de Promoción Científica del Ministerio de Ciencia y Tecnología e Innovación Tecnológica, se pudo avanzar. A partir de allí fue posible incorporar el personal necesario y contar con los fondos para equipamiento y compra de insumos. Al respecto Calvinho resalta que “una de las claves, es que logramos formar un equipo multidisciplinario, compuesto por veterinarios, bioquímicos y biotecnólogos. Pudimos enfocar el problema desde distintos ángulos y cada uno desde su especialidad y conocimiento fue aportando las ideas para encontrar las soluciones tecnológicas más adecuadas”.
Cómo afecta la mastitis
Staphylococcus aureus es el organismo patógeno de la ubre más difundido. Si bien existen programas para el control de mastitis que están basados en higiene durante el ordeño y terapia antibiótica, y han mostrado cierta efectividad para el control de esta enfermedad, la tendencia a la cronicidad que se da en las infecciones por este microorganismo, la refractariedad a la terapia antibiótica y la posible aparición de infecciones en vaquillonas antes de su primera lactancia, han generado la necesidad de contar con otras medidas de control que complementen a las ya existentes.
Puntualmente, el estimular las defensas naturales de la glándula mamaria bovina a través de la vacunación es una de ellas. Además, cabe mencionar que se intenta reducir el uso de agentes antibióticos a nivel mundial por los perjuicios que ocasiona tanto a la industria láctea como a la salud pública.
Habiendo desarrollado todos los estudios previos, Calvinho resaltó que “resta realizar las pruebas de desafío experimental para evaluar la capacidad defensiva de la glándula mamaria de animales inmunizados ante la descarga controlada de organismos patógenos y efectuar pruebas de campo en condiciones naturales para evaluar la eficacia de la vacuna”
El desarrollo está aún en fase experimental y se espera completar las pruebas mencionadas durante 2013. “Nuestra intención es seguir trabajando con este tipo de desarrollos. Si las pruebas de campo que vamos a encarar no son satisfactorias, ya tenemos una base de trabajo lo suficientemente sólida como para explorar nuevas alternativas y nuevos desarrollos. En un principio uno de los objetivos es lograr un inmunógeno que pueda competir con los que están actualmente disponibles comercialmente. El objetivo de largo plazo es mantener la asociación entre los investigadores de los tres organismos (INTA, UNL, CONICET) para fortalecer el grupo de trabajo y explorar la posibilidad de generar nuevos desarrollos dentro de este campo”, pronostica Calvinho.

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