miércoles, 30 de enero de 2013


El poder del clima sigue vigente

Los operadores de Chicago ya parecen haber dejado atrás las últimas estimaciones de la cosecha estadounidense 2012/2013 publicadas por el USDA en su informe de oferta y demanda del presente mes. Ello implica decir que, a pesar de una de las peores sequías históricas en el medio oeste de los Estados Unidos, han aceptado una [...]
Los operadores de Chicago ya parecen haber dejado atrás las últimas estimaciones de la cosecha estadounidense 2012/2013 publicadas por el USDA en su informe de oferta y demanda del presente mes. Ello implica decir que, a pesar de una de las peores sequías históricas en el medio oeste de los Estados Unidos, han aceptado una cosecha de maíz que perdió más de 100 millones de toneladas respecto de la estimación inicial, para ubicarse en 273,8 millones, mientras que la de soja, llamativamente, sólo tuvo una merma de poco más de 5 millones, al quedar en 82,3 millones de toneladas.
En cuanto al cereal forrajero, el reporte de stocks estadounidenses al 1º de diciembre pasado (publicado por el USDA el 11 del actual) deja en evidencia que los consumos aún no se han adecuado en la medida suficiente para alcanzar el inédito recorte en la demanda propuesto por el organismo para todo el actual ciclo comercial. Esta apreciación se aplica especialmente al consumo animal (constituye casi el 40% de la demanda maicera estadounidense) y deriva de la notoria escasez de sustitutos más económicos.
En lo que a soja refiere, a pesar de los 82,3 millones de toneladas de cosecha mencionados, el stock final 2012/2013 estimado por el USDA para los Estados Unidos se mantendría en un nivel de 3,5 millones, que es históricamente bajo. Lo que ocurre es que la demanda -tanto la de exportación como la interna- muestra una firmeza inesperada, a pesar de los comparativamente altos y sostenidos precios.

Especulación activa

Mientras tanto, y debido al inestable clima sudamericano, los fondos especulativos retornaron durante buena parte de enero el sendero de las compras en Chicago (especialmente en la plaza de la soja), después de varias semanas previas y consecutivas de liquidación de posiciones.
Cada día que se demore el arribo de la nueva cosecha sojera desde Sudamérica, la presión de la demanda internacional sobre los puertos estadounidenses será intensa. Pero, además, el dato que todos quieren anticipar es cuánta soja aportará nuestra región. Actualmente, hacen falta lluvias en el sur de Brasil, en el NEA y en el norte de la zona núcleo argentina. Pareciera que los eventos previstos para fines de la presente semana no lograrían paliar todas las necesidades. Aún así, las posibilidades de una cosecha récord para nuestra región siguen vigentes (el USDA actualmente la proyecta en 148,76 millones de toneladas).
De ser así, es probable que los precios internacionales sufran renovadas presiones a la baja. Al mismo tiempo, a partir de mediados de febrero, Chicago comenzará a palpitar la siembra de la campaña gruesa 2013/2014 en los Estados Unidos. Al respecto, las primeras opiniones privadas hablan de un crecimiento en el área, tanto de soja como de maíz, respecto del ciclo previo. El USDA dará sus primeras cifras “oficiosas” durante las sesiones del Ag Forum (después del 21 del mes próximo).
En relación a ello, si bien aún falta mucho para el arranque de las tareas de labranza, las condiciones de humedad distan de ser las óptimas. En tal sentido, muchos especialistas en climatología advierten que fenómenos de sequías extraordinarias como el ocurrido el año pasado tienden a perdurar más de una campaña.
En lo que trigo se refiere, tras los problemas productivos registrados en importantes cuencas trigueras mundiales en el ciclo 2012/2013, el arranque de la nueva campaña deja bastante que desear. En efecto, tanto en EE.UU. como en los países de la ex Unión Soviética, preocupa la escasez de nieve en las regiones productoras de las variedades de invierno.

Mercado local

En el nivel local, y confirmado por los eventos vividos, los valores de la soja probablemente sean los únicos capaces de reflejar lo que suceda en el mercado internacional (aunque en un contexto de política cambiaria cada vez más desdibujado). Por lo tanto, la recomendación es realizar coberturas con la mayor flexibilidad posible, en especial para aquellos que deban entregar su mercadería en cosecha. Años atrás, la actitud de la oferta de vender sólo bajo necesidad ha sido una buena alternativa. En esta oportunidad, el alto nivel de ventas forward, tanto de EE.UU. como de Brasil, puede que contribuya en igual sentido.
En maíz, los precios abonados al productor dependerán de la reacción oficial según sea el resultado de la campaña. Allí, los interrogantes son muchos, sobre todo si tenemos en cuenta la gran cantidad de cultivos tardíos sembrados este año

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