Argentina: Preocupa la situación del sector de frutas frescas

Es una temporada compleja para la pera, el durazno y la ciruela. Sobre el comienzo de la cosecha fuerte de pera, se esperan señales de ayuda al sector que produce y empaca frutas para consumo en fresco.

La actividad de la fruta en fresco viene arrastrando un proceso de progresivo deterioro de las condiciones de competitividad, compartido con la mayor parte de la economía agrícola regional. Esto se da como consecuencia, en parte, de ineficiencias productivas, pero fundamentalmente por el persistente incremento de los costos de producción, empaque, transporte y comercialización que, para el caso de los productos que se exportan, no es acompañado en la misma medida por el tipo de cambio ni por los precios en los mercados internacionales.

La situación se tornó más compleja esta temporada, por la fuerte incidencia negativa del clima en los cultivos. Tormentas de granizo y viento Zonda provocaron daños en plantaciones de pera, manzana y durazno (sobre  todo de Valle de Uco), que habrían afectado la mitad de la producción esperada.

Cabe recordar, en ese sentido, que la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff) había alertado, en un comunicado difundido el primer día del año, que los daños por esta situación afectarían a alrededor de 100 millones de kilos de fruta.
En años normales es común que montes afectados por inclemencias climáticas se cosechen selectivamente para salvar lo aprovechable; pero “hoy, los altos costos que soporta el sector hacen imposible ingresar, al empaque, fruta con granizo para su selección lo que imposibilita el aprovechamiento de la fruta que haya quedado sana”, advertía a principios de enero, la entidad.

Aseguraba que si los números no dan para embalar un cajón de fruta de óptima sanidad y calidad, mucho menos van a dar para trabajar fruta con granizo, ya que el precio que se puede lograr en su comercialización no cubre los costos de producción ni de empaque.

Desde Aspeff indicaron entonces que “el panorama para el sector es desolador y de no mediar -en forma urgente- acciones directas y concretas  de los gobiernos provincial y nacional, habrá que sumar al sector en extinción de la manzana, los de la pera y el durazno para consumo en fresco”.

En la zona con cultivos frutícolas más afectados por el clima, Fincas consultó a la Sociedad Rural del Valle de Uco sobre el impacto que tendría esta situación en la región. El presidente de la entidad, Mario Leiva, reconoció que los empaques disminuyen sus programas de exportación. Reclamó medidas urgentes de apoyo y alertó sobre el impacto social que tendrá esta situación ya que, en su zona, “solamente la producción de fruta destinada a consumo en fresco es responsable del 33% de los puestos de trabajo”.

Los cursos de acción

Al día de hoy se han juntado, entonces, dos situaciones problemáticas que amenazan con profundizar la inestabilidad del sector: los problemas de arrastre y la emergencia provocada por los accidentes climáticos.

Sobre las medidas que cabría esperar en lo inmediato, algunas han trascendido y otras no han sido precisadas, aunque se tejen especulaciones en torno a ellas.

Lo que estaba claro -como anuncio oficial- al promediar esta semana, es que el Gobierno de la Provincia, a través de Ministerio de Agroindustria y Tecnología, se apresta a lanzar un fideicomiso para la pera. Lo mencionó el ministro Marcelo Barg en el marco de una conferencia de prensa convocada para mostrar un balance de gestión 2012 de Fondo para la Transformación y el Crecimiento y adelantar las líneas de crédito de 2013. El propio funcionario lo confirmó a Fincas horas después, aunque prefirió no dar precisiones.

Simultáneamente, desde la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas, Aspeff, se anunciaba, tras una reunión con Barg, que ese fideicomiso se lanzaría el 5 de febrero próximo, al tiempo que se revelaba el compromiso del Gobierno de adelantar a los exportadores de frutas frescas el reintegro del 5% a las exportaciones.

Para alcanzar el beneficio se deberá presentar la documentación de embarque y, obviamente, ceder los derechos de cobro del reintegro correspondiente, para que el Fideicomiso los recupere cuando los liquide la Nación. Formalizada esta documentación, el adelanto sería liquidado al exportador en un plazo no mayor a una semana.

Por otra parte, el Fideicomiso financiaría a productores sin frío propio la contratación de espacios en frigoríficos hasta que la fruta sea vendida y cobrada, tras lo cual recuperaría los recursos afectados a ese fin.

Finalmente, está el problema de la fruta que, afectada por los accidentes climáticos, deberá ir a industria, si es que la industria está dispuesta a recibir ese volumen adicional que, este año, no podrá tener por destino el empaque para consumo en fresco.

En este sentido, la propia Aspeff, junto con la Cámara de Tunuyán, están impulsando una reunión para el próximo martes 22 en ese departamento del Valle de Uco. Prevén convocar a la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim) y a algunos de los establecimientos asociados a ella (elaboradores de peras en mitades, pulpas y jugos) para “sondear” la disposición de los industriales para recibir ese adicional de 30 millones de kilos que, esta temporada, no va a pasar por los empaques”.

En otro orden, en el sector privado se esperanzaban esta semana con la posibilidad que llegara algún recurso adicional de Buenos Aires. Es que habría trascendido la posibilidad de que el Gobierno nacional vuelva a asistir a fruticultores de Río Negro, donde los problemas de rentabilidad se acentuaron, agravando la situación de malestar que ya venía manifestando el sector en aquella región. Aunque sin dar razones de su optimismo, referentes locales de la actividad creen que es de esperar que esta vez haya también alguna ayuda para Mendoza, como respuesta a las necesidades planteadas por el sector a Alejandro Costa, cuando visitó recientemente la provincia.

Fuente: Los Andes