Conservar las frutas durante más tiempo sin signos de descomposición
Un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina está trabajando en mejorar la conservación de frutas mediante el uso de levaduras como agentes de control biológico. 
De acuerdo a lo reportado por el CONICET, históricamente frutas como la pera y la manzana del Alto Valle de Río Negro y Neuquén (Argentina) han sido conservadas, hasta su venta, en cámaras frigoríficas o mediante el uso de químicos que protegen la fruta de agentes patógenos que hacen que ésta se descomponga.
Pero la necesidad de una agricultura sustentable, así como el evitar la presencia de residuos químicos en los alimentos, además de la resistencia de los patógenos a productos artificiales, han planteado la necesidad de desarrollar métodos alternativos de control de estos organismos, que sean más seguros, eficaces y económicos.
“El uso de microorganismo para proteger alimentos resulta una alternativa prometedora para el control de organismos indeseables. Las levaduras son ideales para ser usadas en alimentos como antagonista dentro del consumo en alimentos debido a que son organismos seguros para el ser humano”, explicó Marcela Sangorrín, investigadora del CONICET en el en el Instituto Multidisciplinario de Investigación y Desarrollo de la Patagonia Norte (IDEPA, CONICET-UNCo) y directora del grupo de investigación en biodiversidad y biotecnología de levaduras.
La experta indicó que en el país todavía no se han registrado estos formulados comerciales y es por ello que el punto central de la investigación es encontrar levaduras propias de las frutas de la región que retarden su descomposición por hongos patógenos.
Según informó el CONICET es fundamental que los agentes de control biológico se adapten al sitio en que deberán ejercer su acción. “Las oportunidades de encontrar microorganismos eficientes se incrementan si se los busca en el mismo ambiente y en la misma fruta en la que serán aplicados”, señaló la investigadora.
“La idea es obtener levaduras autóctonas, propias de la fruta y la región, para obtener un producto completamente natural”, añadió.
Investigación
Desde 2007, a través de una estrategia de aislamiento y selección particular, el grupo de investigación se planteó la búsqueda de levaduras antagónicas para los patógenos regionales. Los patógenos se aislaron de fruta con síntomas de podredumbre, almacenada durante siete meses en cámara frigorífica.
El grupo eligió los patógenos más encontrados en la fruta: moho gris (Botrytis cinerea) y moho azul (Penicillium expansum), los cuales fueron seleccionados especialmente por su agresividad y resistencia a los fungicidas utilizados en la región.
Los investigadores obtuvieron las levaduras del agua de lavado de peras, informó la entidad.
Para tratar las frutas los investigadores aplicaron las levaduras mediante un sistema de aspersión, en las condiciones habituales de procesamiento de la fruta, con posterior almacenaje en cámara frigorífica. Dos cepas de levaduras fueron elegidas por su efectividad frente a los dos patógenos y en el estudio se aplicaron combinadas junto con cloruro de calcio.
Tras 45 días las enfermedades provocadas por los hongos fueron controladas totalmente. A los 90 días de conservación, el cloruro de calcio mejoró el antagonismo de las los levaduras respecto a su acción individual. Una levadura controló el 80% y la otra el 91% de las enfermedades.
Sangorrín indicó que esperan revaluar los datos sobre otras variedades de peras y en un futuro cercano evaluar si estas dos levaduras también son eficaces es manzanas.
Dato
El CONICET y la Universidad Nacional del Comahue patentaron el uso de estas dos levaduras en marzo de 2012, bajo la patente “Cepas de levadura para el biocontrol de frutas post cosecha, composiciones que las contienen, métodos de aplicación de las composiciones y usos”.
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