sábado, 19 de enero de 2013


¿Qué hay detrás del boom de la cebada . . . ?

El Gobierno anunció como un logro la cosecha récord de 5 millones de toneladas. Pero detrás de ese fenómeno se esconde la grave crisis que afecta al trigo, afectado por las políticas oficiales que restringen la exportación y vuelcan a los productores hacia cultivos alternativos.
El ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca anunció ayer que la cosecha de cebada alcanzó el récord histórico de 5 millones de toneladas. En un comunicado de prensa, el dato fue calificado por la cartera que dirige Norberto Yauhar como un “excelente resultado, el mayor en la historia agrícola de Argentina”.
“Los resultados preliminares, luego del análisis de la información obtenida a partir de los trabajos de relevamiento de campo, realizados por el Ministerio de Agricultura, confirman un área implantada y una producción récord final para la cebada. Ambos valores triplicarían los registros de las cuatro campañas anteriores”, aseguró el ministro.
De acuerdo al Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires “este incremento obedece al fuerte aumento de la superficie sembrada en comparación al ciclo previo, siendo éste de 33,1% más”, ya que en la campaña 2011-2012 se implantaron 1,18 millones de hectáreas y en 2012-2013 1,57 millones de hectáreas”.
No obstante, la buena noticia anunciada por el Gobierno nacional oculta en realidad una problemática que afecta a uno de los cultivos más tradicionales de los campos argentinos y golpea duro a los productores: el descenso histórico de la siembra de trigo.
En diálogo con LPO, el economista y gerente general de Coninagro, Daniel Asseff, señaló que “la producción de cebada creció exponencialmente por la intervención del Estado en la comercialización del trigo”.
Asseff explicó que “la cebada compite con el trigo en el lugar y en el momento de la siembra” pero se cosecha entre 10 y 15 días, lo que permite a los productores tener las tierras libres para sembrar soja, el producto de mayor rendimiento del agro argentino. Ese lapso de tiempo, sirve para obtener mejores rendimientos en la cosecha del “yuyito”, como lo calificó años atrás Cristina Kirchner.
Sin embargo, pese a esas ventajas en el calendario, la razón principal para el boom de la cebada son las políticas oficiales sobre el trigo. Desde hace cinco años, el Gobierno interviene en el mercado para “garantizar el consumo interno”. Así, año a año decide los saldos exportables de acuerdo a las características de la cosecha y las necesidades locales.
“La producción de cebada crece porque el aumento de las exportaciones no incide en la canasta alimentaria. El mercado está liberado, los productores no tienen los problemas que tienen para exportar trigo”, asegura Asseff. En ese sentido, señaló que la obtención de los permisos de exportación es casi automática.
Al contrario, en diciembre de 2012, la Secretaría de Comercio Interior a cargo de Guillermo Moreno recortó las exportaciones en plena cosecha y anunció que sólo permitirá que se vendan 2 millones de toneladas hasta febrero. A eso hay que sumarle que la actual cosecha estuvo muy por debajo de lo esperado: el Gobierno habla de 10,5 millones de toneladas y los productores dicen que estará por debajo de los 10 millones.
A nivel nacional, el área cubierta con trigo ascendió a 3,6 millones de hectáreas en esta campaña, una de las peores en un siglo. Esta baja provocó que en algunas zonas el escenario cambiara radicalmente. En el sudoeste bonaerense, por ejemplo, se sembraron 770.000 hectáreas de trigo, 100.000 menos que de cebada.
Otro de los problemas para los productores es que “el precio del trigo en el mercado local no refleja los precios internacionales. Además, el único actor es la molinería y la oferta es mucho mayor”, declaró Asseff. “Históricamente el precio de la cebada acompañó al del trigo. Ante esta situación, es mucho más redituable”, agregó.
Para el economista, los resultados de esta cosecha de ambos cereales demuestran que las advertencias hechas por las entidades rurales al Gobierno respecto a lo nocivo de la intervención al mercado de trigo eran reales. “Nosotros dijimos que esto podía pasar. Cuando los productores registran esta situación, se vuelcan a cultivos alternativos, con menos conflictividad, menos intervención”, sostuvo Asseff.
Semanas atrás, el dirigente de Aapotrigo, Santiago Cameron, le dijo a LPO que los productores están “totalmente desconcertados por los cambios en las reglas de juego del mercado triguero” y denunció un “sistema nefasto de connivencia entre la molinería y el Gobierno”. La conclusión de Cameron fue lapidaria: “Estas políticas van a terminar de matar a este tradicional cultivo”.

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