sábado, 22 de julio de 2017

Ganadoras y perdedoras de la agroindustria


Las insumeras remarcan que una baja en los precios durante el año pasado complicó el negocio. Otros rubros hacen foco en el incremento de los costos. Casi todas facturaron más.
Si bien todavía son pocas las empresas de la agroindustria local que cotizan sus acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires o están presentes con Obligaciones Negociables, sus resultados económicos son un reflejo de la realidad económica no sólo del sector sino que también marcan que el fuerte incremento de los costos (laborales, impuestos, energéticos, etc.) están complicando al empresariado en general.

En la Bolsa de Comercio de Buenos Aires hoy tienen presencia poco más de 20 firmas relacionadas con la agroindustria argentina que van desde la lechería (Mastellone Hnos. y SanCor), molinería (Juan Semino y Morixe), insumos para el agro (Agrofina, Instituto Rosenbuch, Don Mario, Rizobacter, entre otras), producción primaria (Los Grobo, Liag, Cresud y MUS), pasando por cítricos (San Miguel), azúcar (Ledesma), hasta maquinaria agrícola (Agrometal), ganadería (Inversora Juramento) y vitivinicultura (Bodegas Esmeralda).

Lógicamente las que muestran el panorama más complicado son las lácteas con SanCor a la cabeza, en su último balance anual cerrado en junio del año pasado mostraba una pérdida de $2.421 millones con ventas por poco más de $12.000 millones, a partir de ahí dejó de mostrar resultados y hoy todo indica que la única salida es de la mano de un grupo inversor y la disolución de la cooperativa.

Por su parte Mastellone Hnos, en diciembre del año pasado cerró su balance afirmando "El 2016 fue el año más complejo para la lechería argentina en lo que va de este siglo" y así lo reflejaron sus números con ventas por $17.700 millones mostró un resultado negativo de $95,4 millones, el cóctel explosivo suma "caída en la demanda, una menor recepción de materia prima láctea, y un colapso en los precios internacionales". Aunque no todas son pálidas porque el balance parcial de los tres primeros meses del año de Mastellone indica que las ventas en comparación con el mismo período del año anterior se incrementaron el 30% en facturación ya que pasaron de los $3.600 millones a $4.700 pero en gran medida esto es el resultado del incremento de los precios de los productos en las góndolas. A su vez el resultado del ejercicio arroja una ganancia de $48 millones, versus una pérdida de $168 millones del primer trimestre de 2016.

En el rubro de insumos el panorama es diverso porque por ejemplo Rizobacter (firma líder en el negocio de los inoculantes y productos biológicos) que está presente con ON, en su balance anual cerrado en junio del año pasado mostraba que sus ventas crecieron el 21% pasando de $849 millones de 2015 a $1.025 millones en 2016 pero el resultado final no es tan alentador porque concluyó una pérdida después de impuestos de $96 millones y el año anterior había alcanzado una ganancia de $47 millones. Aquí jugaron en contra el incremento de más del 30% de los gastos de comercialización y administrativos junto a una serie de inversiones que había concretado la compañía y que hasta el momento no estaban generando ingresos.

La semillera Don Mario por su parte muestra todo crecimiento, con ventas anuales a diciembre del año pasado por poco más de $1.600 millones y una ganancia después de impuestos de $195,6 millones, con un incremento en las ventas de nada menos que el 120% y del resultado del 56%. Sin lugar a dudas la semillera es hoy una de las compañías más sólidas en el agro local y que da la mano de fuertes inversiones continúa ganando mercado. Aquí también juega un rol clave que a pesar de las inclemencias del tiempo la producción de granos está en franco crecimiento.

En tanto Agrofina, firma productora y distribuidora de insumos como herbicidas, fungicidas e insecticidas, entre otros y que tiene al Grupo Los Grobo detrás y VCP (grupo inversor que compró más del 70% del primero a fines del año pasado) muestra en su balance anual cerrado en diciembre que sus ventas alcanzaron los $1.700 millones, creciendo poco más del 40% respecto al año anterior pero su resultado final arrojó una pérdida después de impuestos de $139 millones, cuando en el año anterior había alcanzado ganancias por $16,4 millones. "El valor del mercado de fitosanitario de 2016 fue similar al de 2015, pero con un contexto difícil que resultó en una caída de precios del 17% compensada por un aumento de volumen de similar cifra", detalla el directorio de la compañía desde el memoria de su último balance anual. En este caso el incremento en los costos de producción y comercialización también le restan fuertemente competitividad al negocio.

Mucho más modesta Insumos Agroquímicos está presente en el panel pyme de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y en su ejercicio anual cerrado en marzo de este año muestra ventas totales por $378 millones y una ganancia después de impuestos de $9 millones. La empresa hace también hincapié en la baja de los precios de los fitosanitarios en el mercado interno y agrega otra cuestión: una retracción en las ventas de insecticidas producto de menor incidencia de plagas en soja. De todas formas la empresa salió airosa de la situación pero con menos ganancias finales a las proyectadas.

Una compañía que logró un envión fenomenal fue San Miguel, con la apertura de los mercados norteamericano y mexicano para los limones. Con un crecimiento en las ventas del 80% (pasó de $1.600 millones en diciembre de 2015 a $2.900 millones en 2016) alcanzó una ganancia después de impuestos de $363,8 millones, cuando en el ejercicio anterior ésta había sido de $44,5 millones.

En este contexto a comienzos de año al citrícola concretó a una reapertura de capital con el objetivo de fondear su plan de expansión con el que tiene proyectado crecer en los mercados internacionales en el próximo año y medio. Si bien la acción de esta compañía tuvo mucha volatilidad durante el año pasado debido a las idas y vueltas de la administración Trump respecto a al apertura del mercado, lo cierto es que es una de las principales empresas del mundo en la exportación no sólo de limones frescos sino también productos industrializados como aceite esencial y jugos.

Un caso emblemático de recuperación es el de la cordobesa Agrometal, fabricante de cosechadoras y que venía muy golpeada por las ventas acotadas y un fallido desembarco en Brasil. Con la recuperación de las ventas en el mercado interno, en tan sólo un año realidad cambió drásticamente para la firma que en diciembre informó a la Bolsa ventas totales por $589,8 millones y una ganancia después de impuestos de $50,6 millones, cuando el año anterior había tenido que afrontar una pérdida de $18,2 millones con una facturación de $214 millones.

Así es que en líneas generales las firmas relacionadas con la producción primaria de granos y maquinaria salen airosas del comparativa, y para el caso de los insumos y aquellas ligadas a un mayor valor agregado, el incremento en los costos de producción y comercialización se están haciendo sentir y fuerte.

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