lunes, 31 de julio de 2017

Uno de cada siete vinos en Mendoza es chileno


La competitividad de los precios chilenos afecta también a una de las principales actividades económicas de Mendoza: la vitivinicultura. Según informó el Instituto Nacional de Vitivinicultura, la primera mitad del año ingresaron más de 50 millones de litros de vino a granel desde Chile. Comparado con la cantidad de vino que las bodegas enviaron al […]
La competitividad de los precios chilenos afecta también a una de las principales actividades económicas de Mendoza: la vitivinicultura. Según informó el Instituto Nacional de Vitivinicultura, la primera mitad del año ingresaron más de 50 millones de litros de vino a granel desde Chile.
Comparado con la cantidad de vino que las bodegas enviaron al mercado interno -unos 330 millones de litros que incluyen lo importado-, significa que el 15% de lo que se ofrece en supermercados y negocios proviene del país trasandino. En proporción, más de 1 de cada 7 botellas.
El dato se corresponde con una apreciación señalada por la Confederación Argentina de Medianas Empresas (CAME), desde donde apuntaron que la cifra duplica los niveles registrados en el mismo período del año pasado.
Adolfo Trípodi, de la Federación Económica de Mendoza, indicó que por más que los precios sean mejores, perjudica al desarrollo local. “Si traemos de afuera todo por ser más barato, destruimos la industria local en casi todos los sectores”, señaló.
La situación es la opuesta a lo ocurrido en 2015, cuando los propietarios de viñedos realizaron un “tractorazo” frente a Casa de Gobierno porque el excedente de vino ponía en riesgo las cosechas. Un año después, el gobierno de Alfredo Cornejo impulsó un aumento a los impuestos al vino importado, que supuso un 2% más en Ingresos Brutos.
Aún así, Trípodi señaló que es necesario una decisión política más fuerte para hacerle frente a la problemática.
A su vez, Raúl Robín, presidente del área de Economías Regionales de CAME, destacó: “Necesitamos que el Gobierno nacional actúe a través de la Secretaría de Comercio para ponerle un freno a esta situación que está generando un daño importante en el sector primario”.
En medio de esto, hubo preocupación en el sector por medios chilenos que informaron de grandes bodegas que echaban agua y vinos de mesa a los caldos para exportación. Sin embargo, desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura salieron a desmentir el dato, afirmando que se ajustaron los controles con todos los vinos importados desde que traspasaron la frontera y las tareas cumplidas en las bodegas.

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