Vietnam, una nueva potencia en cocos jóvenes frescos

La popularidad del coco, y más en concreto, de su agua, ha hecho que nuevos países productores que hasta el momento lo destinaban para el propio mercado, se lancen a la exportación. Y es que los beneficios que este agua ofrece para la salud, además de los esfuerzos de marketing y en dar a conocer el producto que los comercios están haciendo, se traducen en que tanto el cultivo como la exportación hayan aumentado exponencialmente. 

“En estos momentos, podemos decir que nuestros cocos diamante -forma que se les da cuando son cortados- son orgánicos, ya que no se les ha tratado con ninguna sustancia química”, explica Ron Ray, socio de Vietlimes. Sin embargo, tan sólo uno de los agricultores con los que esta empresa vietnamita trabaja tiene el certificado Global GAP. “El grupo de productores con los que colaboramos considera que es una certificación cara y que les tomará mucho tiempo solicitar”, comenta Ray, que asegura que ellos están dispuestos a ayudar a sus socios a conseguirlo si así lo desean.

Sin embargo, este detalle no les afecta especialmente en cuanto al volumen de ventas. “Resulta que precisamente los agricultores que están certificados, independientemente del producto que tengan, los deben ofrecer un poco más caros, lo que hace que en un mercado tan competitivo, tengan menos oportunidades”, añade Ray. Y es que hay zonas en las que esta certificación no es necesaria, como es el caso de Dubai, y se guían más por los precios que por la procedencia de los productos a la hora de abastecer sus negocios.

“Nos gustaría tener algún tipo de sponsor que nos ayude a conseguir los certificados, pero también con el que poder acordar programas en los que aseguremos ventas durante todo el año, sobre todo porque es un producto con el que contamos los 12 meses”, explica Ray.