domingo, 9 de julio de 2017

¿Es posible la hidatidosis en zona urbana?


La hidatidosis es una enfermedad parasitaria zoonótica causada por la larva del helminto cestode (gusano chato) Echinococcus granulosus (Eg) que afecta al hombre y al ganado (bovino, ovino, caprino, porcino). Este parásito presenta un estadío adulto (cestode o gusano chato) y uno larvario (quiste), el primero afecta a los animales carnívoros (perro y otros cánidos). […]
La hidatidosis es una enfermedad parasitaria zoonótica causada por la larva del helminto cestode (gusano chato) Echinococcus granulosus (Eg) que afecta al hombre y al ganado (bovino, ovino, caprino, porcino). Este parásito presenta un estadío adulto (cestode o gusano chato) y uno larvario (quiste), el primero afecta a los animales carnívoros (perro y otros cánidos). El ciclo de esta parasitosis requiere de dos hospedederos: un carnívoro y un hervíboro. En el hombre la hidatidosis suele presentarse de manera asintomática, con uno o más quistes de diferentes tamaños y características, de crecimiento lento y de ubicación anatómica variable.
El cánido (perro, zorro, entre otros) se infecta por ingerir vísceras crudas (achuras) con quistes hidatídicos que se desarrollarán llegando al intestino delgado, una vez instalados comienzan a crecer para más tarde eliminar sus huevos al ambiente por la materia fecal.
Los huevos en el ambiente toleran condiciones adversas y tienen la capacidad de persistir durante mucho tiempo con capacidad de infectar a otro hospededero. Estos huevos pueden contaminar el suelo, el agua, las verduras, pelaje del perro. El hombre adquiere la enfermedad cuando ingiere los huevos que se encuentran en el ambiente, verduras y frutas mal lavadas, por el inadecuado lavado de manos y/o por contacto directo con el perro infectado con el parásito. La hidatidosis es de distribución mundial, presentando áreas de endemicidad en aquellos lugares donde existe la cría de ganado, en áreas rurales o urbanas en proceso de ruralización.
En Comodoro Rivadavia coexisten todos los hospedadores por lo tanto los ciclos: doméstico, sinantrópico y silvestre son posible. En la periferia de la ciudad, y en algunos barrios, hay pequeños establecimientos de cría de ganado, esta situación se repite en los barrios urbanos de la ciudad. En función de las actividades es necesario articular la faena de estos animales en forma segura y disponer adecuadamente las vísceras para que no haya posibilidades que los perros las alcancen. Es frecuente ver la publicidad de venta de carne en algunas redes sociales.
Existe una población canina sin dimensionar en todos los sectores que además convive con fauna silvestre como los zorros, cada vez están más cerca de la zona urbana. El control del Estado es precario cuando no, ausente. Trabajos de nuestro equipo de investigación muestran la presencia de parásitos en la materia fecal canina que indican que la población de canes circulante en el radio urbano está ingiriendo vísceras crudas con lo cual presentan riesgo potencial de transmitir hidatidosis. Hablamos de riesgo potencial debido a que la metodología que utilizamos no nos permite diferenciar Eg de otras tenias sin embargo todas presentan la misma vía de ingreso (vísceras crudas).


¿CÓMO SE MANIFIESTA LA ENFERMEDAD EN EL HOMBRE? 
La hidatidosis en su fase inicial es silenciosa, luego de un tiempo pueden aparecer síntomas y signos, no característicos, que dependen de la localización del quiste. Estos se localizan con mayor frecuencia en hígado y pulmón si embargo pueden afectar bazo, hueso, corazón, cerebro, entre otros.
La exposición del ser humano a huevos infectivos presentes en el ambiente es el primer eslabón para adquirir la hidatidosis. Esto está influenciado por hábitos culturales, de comportamiento (hábitos de defecación de las mascotas) y climáticos que condicionan la dispersión y persistencia de los parásitos en el ambiente. La contaminación biológica de los espacios recreacionales con formas parasitarias constituye un factor de riesgo para niños y adultos.
La contaminación del ambiente por parásitos que afectan la salud humana es factible y por tanto requiere ser dimensionada para orientar su control y/o eliminación, este es un medio altamente efectivo para la diseminación de enfermedades a la población. A los fines de evaluar el riesgo de transmisión de hidatidosis en la zona urbana, es necesario disponer de mayor información sobre la presencia y distribución del parásito en el ambiente.
La hidatidosis- transmitida al ser humano por el perro y endémica en la Provincia de Chubut- tiene una profunda repercusión en el desarrollo socio-económico y productivo en una comunidad.  En la provincia de Chubut, particularmente en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, se ha demostrado la presencia de huevos de tenia en muestras de materia fecal canina y de suelo recolectadas en espacios públicos.  Entre los principales factores asociados a la presencia de parásitos en el ambiente en esta provincia, se encontraron: la estación del año, el pH del suelo, los hábitos de defecación de canes, la topografía del terreno, la dirección prevalente de los vientos y la presencia de agua superficial.
En términos monetarios, la inversión a realizar en prevención, catastro en humanos, control y desparasitación de la población canina, es significativamente más económica que las pérdidas que se generan por los costos directos, indirectos e intangibles, asociados a esta patología. Estos costos, están representados en el humano, por los recursos sanitarios y no sanitarios consumidos, las pérdidas en productividad laboral, y los efectos sociales, familiares, y de deterioro de la calidad de vida relacionada con la salud cuando se ve afectado por la hidatidosis.
Es esencial un análisis de tipo costo-beneficio o costo-efectividad, para evaluar la utilidad real de cualquier intervención sanitaria dirigida a reducir el impacto en la sociedad de esta patología. Esto supone un cambio de paradigma en la toma de decisiones sanitarias.
Los esfuerzos para evitar y controlar esta zoonosis parasitaria, deben ser maximizados especialmente en las regiones endémicas, teniendo presente que los fenómenos de globalización y de cambio climático, suponen condiciones nuevas de transmisión y diseminación de estas infecciones.
Los esfuerzos de los programas de control en la zona urbana deben ser mayores, el costo-beneficio es indiscutible.  La mejor inversión costo-beneficio de la actualidad es la salud global.
 
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
El sistema inmunológico responde a la presencia de la larva brindándole una capa protectora, esto explica que la determinación de anticuerpos para hidatidosis pueda ser no reactiva, aún, teniendo un quiste hidatídico. La hidatidosis presenta una dinámica compleja de transmisión por lo cual debe abordarse a través de un equipo multidisciplinario.
Esta patología debe diagnosticarse desde diferentes aristas: laboratorio (serología, hemograma, parasitológico del quiste posterior a su extirpación, diagnóstico molecular con caracterización de cepa); diagnóstico clínico (examen clínico complementado con diagnóstico por imágenes); y evaluación epidemiológica a los fines de evaluar factores de riesgo. Esta última evaluación debe contar con una encuesta validada para que nos dé la información necesaria a la hora del diagnóstico.


TRATAMIENTO
El médico tratante evalúa la situación de cada paciente en particular y es quien define si el caso es quirúrgico o puede tratarse con medicamentos como el albendazol.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
1.Continuar con los programas de tenencia responsable de mascotas.
2. Castración masiva para disminuir la población canina.
3. Desparasitación canina masiva con plan completo.
4. Educación a la comunidad.
5. Controlar la faena clandestina y/o la fuga de vísceras de frigoríficos o mataderos.
6. Incorporar hidatidosis en los contenidos de aprendizaje en la educación inicial y 1er ciclo.
7. Catastro poblacional de diagnóstico adecuado y sostenido.
8. Incorporar biología molecular en el diagnóstico de Eg en canes y en determinación de cepas circulantes en la región en quistes provenientes de ganado y de pacientes.
9. Continuar estudiando el ambiente urbano y periurbano de la ciudad.
10. Compromiso continuo de todos los profesionales de la salud.


PREVENCIÓN
– Eliminar la materia fecal canina de los espacios públicos y privados.
– Lavado adecuado de frutas y verduras.
– Lavado frecuente de manos.
– No alimentar a los canes con vísceras crudas.
– No interactuar con animales silvestres, zorros, permitiéndoles que se acerquen a nuestro hogar.
– Tenencia responsable de mascotas sin dejar que estén en la calle, comiendo alimentos no seguros, defecando en la vía pública y/o provocando accidentes a terceros.

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