jueves, 20 de julio de 2017

COLOMBIA: Fenavi: El estatus sanitario del agro está en riesgo


Desde hace varios meses, Fenavi ha venido expresando su preocupación por el funcionamiento del Instituto Colombiano Agropecuario-ICA. Al Instituto no sola-mente lo aqueja una reducción en su personal técnico y profesional sino que la falta de recursos está estrangulando la gestión misional de la entidad. Pero no sólo es esto. En el listado de problemas […]
Desde hace varios meses, Fenavi ha venido expresando su preocupación por el funcionamiento del Instituto Colombiano Agropecuario-ICA. Al Instituto no sola-mente lo aqueja una reducción en su personal técnico y profesional sino que la falta de recursos está estrangulando la gestión misional de la entidad.
Pero no sólo es esto. En el listado de problemas que tiene la entidad notamos su deslucido liderazgo, la falta de interés y supervisión por parte del Ministerio de Agri-cultura (los viceministros no volvieron al Consejo Directivo) en la gestión del Instituto y la enorme politiquería en cabeza del Partido Conservador y particularmente del Senador Efraín Cepeda, quien en cuerpo ajeno gerencia el ICA y por lo tanto su presupuesto.
Esta situación puede ser susceptible de empeorar en las próximas semanas, pues el Senador será el nuevo Presidente del Congreso de la República hasta el 20 de junio de 2018. Habrá que esperar a que un nuevo gobierno tome posesión el 7 de agosto del año entrante para que se tomen cartas en el asunto sobre la politiquería y el riesgo de corrupción que esta genera dentro de la institución.
Según Transparencia por Colombia, el ICA es una de las entidades del Estado con mayor riesgo de corrupción. En el análisis más reciente de esta organización, el Instituto ocupó el lugar 68 entre 75 entidades del orden nacional y el desempeño de este indicador de transparencia se ha venido deteriorando en los últimos ocho años.
En el 2007 el ICA fue la cuarta entidad más transparente del país con un indicador de transparencia de 89.5, es decir que tenía riesgo bajo de corrupción. Para el 2014 el índice había descendido a 66.9 ubicando la entidad en el lugar 44 con un riesgo medio de corrupción. Para 2016 el indicador se deterioró otro tanto más para llegar a 57.7, que la ubica dentro del rango de riesgo alto de corrupción. Solamente 7 entidades la superan en ese escalafón.
Pero los problemas no vienen solos. El Ministerio de Hacienda ha sido otro gran responsable de los males del ICA. Sus recurrentes recortes al presupuesto de in-versión ha hecho que el instituto hoy tenga que reducir el alcance de su labor de vigilancia activa y pasiva en animales y especies vegetales. Este recorte ya lo ha-bíamos denunciado, incluso habíamos manifestado que se estaba produciendo una liquidación de facto del Instituto pues su presupuesto de inversión había sufrido re-cortes de hasta el 40% según los últimos datos del Presupuesto General de la Nación.
Por supuesto, los recortes van acompañados de una reducción de los contratistas misionales y de personal técnico del instituto, con excepción, claro está, del elevado componente burocrático desplegado en los escritorios y oficinas y de incontestable origen clientelista. Ha sido tan crítica la situación presupuestal que buena parte del rubro para viáticos está a punto de agotarse y en lugar de desplazar a los funcionarios en avión, pasaron al transporte terrestre, alargando la duración de los desplazamientos y afectando la productividad de la gestión.
La distribución misional de los recursos de inversión además es inequitativa entre los sectores de la producción y particularmente, dentro de los sectores pecuarios. Siempre desde Fenavi hemos criticado el sesgo anti-avícola del presupuesto de in-versión del ICA. Situación que ha venido empeorando con los años y que se desco-necta de las realidades sectoriales pecuarias: hoy la de pollo es la carne más pro-ducida y consumida en Colombia y en 2017 la producción de huevos, en toneladas, será similar al volumen de producción de carne de res. Actualmente, buena parte de los esfuerzos de la entidad en sanidad animal se concentran en la ganadería.
Pero a pesar de la enorme ventaja que la ganadería tiene en el presupuesto de la entidad. A pesar de que cerca del 70% del presupuesto de inversión en sanidad animal va con destino a la vigilancia activa de la aftosa y de otras enfermedades de las reses. A pesar de que hay un personal aparentemente mejor preparado para enfrentar situaciones sanitarias bovinas, hoy el sector se enfrenta a una crisis sin antecedentes recientes por cuenta de 4 episodios de fiebre aftosa que comenzaron a causa del contrabando de ganado desde Venezuela.
Y es que estos episodios de fiebre aftosa son el producto del conjunto de males que afecta hoy en día al ICA (y a muchas entidades víctimas de la politiquería y de las tijeras del Ministro de Hacienda), del descuido en la vigilancia activa (en una zona que debe ser de alta vigilancia por ser la frontera con Venezuela la fuente del con-trabando) y de no medir las consecuencias del conflicto entre el gobierno y Fedegán, que tiene hoy a los ganaderos en vilo, pues aún no se sabe quién administrará los recursos parafiscales.
Para los avicultores el p.anorama no puede ser más desesperanzador, pues un sector que hoy está aparentemente mejor protegido y atendido desde el punto de vista sanitario se encuentra en total vulnerabilidad. Por ello la importancia de los recursos de los fondos parafiscales. Aquellos que en varias ocasiones el gobierno le ha querido echar mano para financiar parte de los compromisos de La Habana. Aquellos que hoy han sido fundamentales para financiar al ICA y a sus actividades de sanidad animal.
Todo esto llama a una profunda reflexión que debemos liderar los gremios agropecuarios, pues el ICA tiene que ser una entidad que debe gozar de toda la prioridad por parte del Gobierno Nacional, que tiene que protegerse de la politiquería, de los recortes presupuestales, de las nóminas paralelas y de la deserción de sus mejores funcionarios.
El estatus sanitario del agro colombiano está en riesgo.-

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