A  partir del año 2005, el Gobierno Nacional impulsó una fuerte  intervención en el mercado de trigo, mismo criterio que adoptó en la  siguiente campaña con el maíz. Las medidas adoptadas no resultaron  satisfactorias, más aún, para los cereales mencionados la cadena de  comercialización se deterioró y el sector productivo fue el más  perjudicado producto de una sustancial quita en el precio recibido por  su mercadería e incluso por no poder realizar ventas.
En  este marco intervencionista, se presentan a discusión propuestas  tendientes a encontrar alguna solución, para nuestro criterio,  provisorias ya que entendemos nuestro país debe abrir definitivamente  las exportaciones y liberar los mercados. En consecuencia, desde la  Sociedad Rural de Rosario consideramos que los proyectos presentados no  lograrán estimular al productor para cumplir el objetivo de incrementar  los volúmenes de trigo y maíz.
Los proyectos sobre comercialización han generado muchas dudas e inquietud entre los productores. Por  ejemplo: ¿El 40 % destinado para consumo será inferior el precio al de exportación? ¿Tendrá o no lugar el fideicomiso pretendido?  ¿El precio de exportación al no competir con el consumo pagará lo que  permite el FAS teórico? ¿Cómo se podrán utilizar los forwards si se  limita con un porcentaje sobre la estimación de siembra?. 
Además,  este nuevo sistema ¿asegura que el productor no siga perdiendo precio  por sus cereales? ¿Estaremos frente a nuevos trámites engorrosos ante  esta necesidad de determinar los porcentajes que resulten para el  mercado interno y para exportación? o ¿Qué rol cumplirá la Secretaría de  Comercio a la hora de entregar los certificados a los productores y los ROE para los saldos exportables?
En  definitiva, nuestra duda es si en lugar de ofrecer alguna solución a  los actuales problemas en la comercialización de trigo y maíz, no se  está generando un sistema aún más complicado de gestionar. Son cultivos  que requieren de alta inversión y que el productor pone especial  atención en tener seguridad de poder vender y no recibir quitas en el  precio, dos factores claves en la intención de siembra. 
Asimismo,  presuponiendo que las máximas autoridades pretendan poner a resguardo  las producciones de trigo y maíz, sólo queremos hacer la salvedad que la  Argentina alcanzará los 150 millones de toneladas de granos -como lo  anunciará la presidente- si existe transparencia en los precios y  libertad de mercado.
Compartimos  lo propuesto por la presidente, pero debemos aclarar que en la  Argentina no está en riesgo el abastecimiento de granos para el mercado  interno destinado a la generación de alimentos. En consecuencia, desde  la producción estamos en condiciones de afirmar que si se liberan las  exportaciones podemos alcanzar los 150 millones de toneladas de granos  proyectadas para 2020. Este es nuestro compromiso.
SOCIEDAD RURAL DE ROSARIO.
 
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