jueves, 15 de septiembre de 2011

BUENAS PERSPECTIVAS PARA EL USO DEL SORGO EN LA PRODUCCIÓN DE ETANOL

Los científicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos

(USDA) Jeffrey Pedersen y Jeffrey Steiner fueron invitados por la Embajada

de Estados Unidos en la Argentina a visitar nuestro país y el 9 de

septiembre ofrecieron una conferencia de prensa organizada conjuntamente

por MAIZAR y el INTA.



“La Argentina tiene una gran oportunidad para desarrollar la producción de

etanol a partir de biomasa”, explicó Steiner, líder del Programa Nacional

de Sistemas de Producción de Biomasa durante la reunión de la que

participaron técnicos del INTA e integrantes de MAIZAR, y vaticinó un

aumento de la demanda de etanol de ese origen.



En los Estados Unidos, alrededor del 40% del maíz producido se destina a

la generación de etanol, cuya producción creció desde cero a once billones

de galones en los últimos diez años.



Los rendimientos de maíz crecen en algunas regiones de Estados Unidos pero

en otras se mantienen estables. Para sostener el crecimiento, el USDA

comenzó a buscar materias primas alternativas al maíz para la elaboración

de biocombustibles “Hay que trabajar regionalmente para entender la

capacidad que tienen los cultivos para adaptarse a los ambientes de las

distintas regiones. Para optimizar la producción hay que desarrollar

regionalmente materias primas adaptadas a cada localidad”, dijo Steiner.



Por eso, están estudiando la producción de sorgo en la Argentina. Al

respecto, Javier Mallo, líder de la Comisión de Sorgo de MAIZAR, añadió

“El sorgo dulce puede ser un complemento interesante a la caña de azúcar

para aumentar los volúmenes de producción de etanol”.



Además, Steiner explicó que las cadenas de valor deben ser analizadas

desde el demandante hacia atrás. Existen demandas de diferentes tipos de

biocombustibles según las industrias que los utilicen: “La industria de la

aviación, por ejemplo, demanda otro tipo de combustibles”. Por eso, hay

que desarrollar biocombustibles con las características requeridas por

cada industria.



Según explicó Pedersen, principal investigador del equipo de desarrollo

para el sorgo dulce del USDA, los Estados Unidos está desarrollando un

germoplasma de sorgo orientado a responder las necesidades de producción

de etanol a partir de biomasa. “El sorgo puede ser un gran complemento

para la industria de caña de azúcar en la Argentina”.



Pedersen es padre de cerca de 40.000 líneas de sorgo del USDA que son de

acceso público y que pueden ser importadas a nuestro país con la

autorización previa del Gobierno y con el compromiso de informar acerca de

los resultados obtenidos con esas líneas.



Actualmente, está probando las viejas variedades de sorgos azucarados que

se utilizaban para producir melazas, que por su alto contenido de azúcares

fermentables son ideales para la producción de etanol. Sin embargo, sus

plantas se desarrollan hasta los tres metros de altura, por lo que la

cosecha se debe realizar en forma manual, algo imposible para la

producción a gran escala.



Por eso, hay nuevas líneas en desarrollo. “Si quieren que el sorgo baile

lo puedo hacer bailar, pero me tienen que decir que música quieren que

baile”, dijo Pedersen confiado en que hoy la investigación puede crear

nuevas variedades para las necesidades de cada ambiente e industria.

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