jueves, 27 de febrero de 2014

Gramilla (nada) Mansa


Cynodon Hirsutus es una de las malezas más difíciles de controlar. Desde el INTA Manfredi, Diego Ustarroz brinda pistas claves para su reconocimiento y manejo.

Cuando Diego Ustarroz, comenzó a trabajar como investigador en INTA Manfredi, en la Sección de Disherbología, el foco estaba puesto en malezas tolerantes a glifosato. Pero no tardó mucho en cambiar el panorama: “a partir de entonces empezaron a aparecer los primeros casos de resistencia. Entre el 2005 y el 2006 se confirmó el primer caso- Sorgo de Alepo- y pese a que seguimos trabajando en malezas tolerantes, se sumó la tarea de confirmar los nuevos casos de resistencias, viendo cómo controlarlas”. 
En la Sección reciben permanentemente consultas sobre alguna problemática relacionada. Así fue como, “a través del Ing. Mazzini, de la Agencia de Río Tercero, les llegó la inquietud por la ´gramilla mansa´, tenían un Cynodon que no se podía controlar con glifosato, aún después de varias aplicaciones. Cuando fuimos al lote, sospechamos que no se trataba de Cynodon dactylon. Empezamos a averiguar y llegamos al Cynodon hirsutus”. Entonces comenzaron los ensayos, confirmaron que esta maleza no moría a altas dosis de glifosato, contrastaron con otro tipo de Manfredi y las respuestas eran totalmente diferentes. Así fue como confirmaron la resistencia. C. hirsutus está presente en diferentes lugares pero ahí habían adquirido resistencia. A parir de allí empezaron a trabajar con su manejo.
Biología de la maleza. Es una maleza perenne, del mismo género que el “gramón” (Cynodon dactylon), pero se diferencia de ésta porque no tiene rizomas. “Si uno cava, en el C. dactylon, en la parte de las raíces va a encontrar rizomas que le permiten rebrotar desde ahí al año siguiente, mientras que C. hirsutus, no. En cambio, esta maleza se reproduce vegetativamente de un año a otro a través de los estolones, tallos que van al nivel del suelo, sobre la superficie, y van formando en los nudos numerosas yemas”. Tal como describe Ustarroz, si bien los tallos se hielan durante el invierno, las yemas quedan viables para rebrotar al año siguiente. Otra de las características distintivas de C. hirsutus es que tiene un abundante pilosidad en las hojas. “Además de eso- agrega Ustarroz- otra de las diferencias que tienen las dos especies es que C. hirsutus se disemina muy bien por semilla. Produce muchas semillas viables por lo cual las cosechadoras pueden dispersarlas rápidamente. C dactylon produce muy pocas semillas viables con lo cual la diseminación con cosechadora es menos importante. Esto explicaría la rápida diseminación que está teniendo el biotipo resistente a glifosato de esta maleza, refiere el investigador acerca de la gramilla mansa. 
Resistencia. “Los problemas” se iniciaron en la zona de Almafuerte. “Fueron los primeros que tuvieron problema, allá por el 2008 aproximadamente”, refiere el miembro de INTA Manfredi. En la zona se incrementaron mucho los lotes y campos afectados, muy rápidamente. “Hoy ya sabemos que está en Hernando, Río Tercero, Tancacha, hemos detectado un caso en la zona de Colonia Almada y el otro foco se encuentra yendo de la Ciudad de Córdoba hacia Jesús María, en la zona de General Paz”. 
Que es una maleza resistente, eso está confirmado. “Para que te des una idea, en ensayos en maceta hasta 40 litros de glifosato al 48% no la alcanzan a matar (en equivalente ácido, serían 14,4 Kg ha-1 de glifosato, una dosis más de 10 veces superior a la normal)”, dimensiona Diego.
Daño. “Lo que hemos visto es que en la zona de Almafuerte donde los suelos son arenosos, donde los rodales de la maleza se encuentran densos, prácticamente el cultivo se pierde. Las pérdidas son totales”, subraya el investigador y reconoce: “hicimos ensayos durante dos años seguidos, tratando de controlarla, en forma sucesiva, con graminicídas en cada rebrote”. La resultante fue que los graminicidas la controlaban pero siempre había rebrote, aún después de tres aplicaciones. “Y el problema es que por más que nosotros en cuanto rebrotan los estolones de 5 o 10 cm volvamos a aplicar, tratando de que no produzca mucha biomasa, no sabemos si hay algún efecto alelopático, pero en los rodales de la maleza normalmente el cultivo se termina perdiendo”. La alternativa ha venido por el lado de la labranza, entonces el cultivo crece bien. En la experiencia que están haciendo con el INTA Manfredi, “Si bien la maleza sigue estando con la labranza, sobre todo con una vertical como un cultivador de campo, se logra desarraigar las plantas. Las plantas que se descalzan bien y quedan con las raíces desnudas sobre la superficie, ya no prenden más. Con eso se puede bajar fuertemente la población y el cultivo ya crece en buenas condiciones”. De todas formas, para cultivos de soja, recomiendan aplicar graminicidas en postemergencia: siempre quedan algunas plantas prendidas que pueden producir semillas y luego con la cosechadora dispersarlas. “Entonces- concluye Ustarroz- hay que complementar el control mecánico en los rodales en las primeras instancias, para lo cual hay que monitorear los lotes y detectar a tiempo esta maleza. Buscar que no se generalice en todo el lote, y en esos rodales hacer labranzas, y luego aplicaciones con graminicidas”.
Los preemergentes, seguramente sean una buena alternativa, en consideración del investigador, “pero no hemos evaluado todavía la eficacia como para saber cuál de ellos puede funcionar. Es muy probable que los productos que contengan acetoclor, S-metolacloro y algunas ALS, funcionen, pero no lo hemos probado aún”.
En cambio, sí han trabajado con todo lo que viene de rebrote vegetativo, lo que en realidad consideran como el mayor problema. “Las plantas de semillas cuando son pequeñas se controlan con graminicidas sin posterior rebrote.
Perspectivas. Sobre este punto, Diego Ustarroz refiere que, en las zonas donde ya está presente, el problema viene creciendo. Pero, en términos relativos, hay otras malezas como Eleusine indica que, en poco tiempo, se han dispersado más. “Lo que sí, yo diría que C. hirsutus hasta la fecha es una de las malezas más difíciles de controlar.. ¿Por qué? porque solamente los graminicídas han demostrado que andan bien, y en maíz no existen alternativas”. Al momento, se encuentran evaluando algunas alternativas que pueden funcionar, como glufosinato de amonio en maíces resistentes a este herbicida o imazapic + imazapir en maíces resistentes a imidazolinonas. Fuera de eso, han encontrado que en maíces convencionales, no hay alternativas de control.
Lo cierto es que C. hirsutus es una maleza muy agresiva, “afecta al cultivo que siembres”, advierte Ustarroz y agrega: “Lo hemos encontrado en soja por primera vez, pero en la siembra de maíz, al año siguiente, también es un problema”. Al hecho de ser una maleza muy competitiva, se le suma el no tener muchas estrategias de control: “Sólo los graminicidas y sobre todo complementado con una labranza, porque si no es muy difícil reducir la población y evitar perder el cultivo”.
Existen algunas excepciones. “En la zona de General Paz, donde los suelos son mejores, los colegas observan que como las condiciones para el cultivo son un poco mejores, donde hay un buen control de graminicidas y la maleza no está tan densa, si las condiciones acompañan, el cultivo anda bien. Pero en cuanto se presentan altas temperaturas y stress hídrico por un período, aunque sea corto, o si la maleza está densa en esos lugares, el cultivo se pierde allí también”.
El panorama, como con todas las malezas, se va complicando. “En la medida en que el glifosato no es ya una alternativa eficaz para controlar las malezas en los lotes, tenemos que empezar a jugar con otros herbicidas. Eso, por un lado es bueno, porque empezamos a mezclar productos que tienen distintos modos de acción, pero no encontramos alternativas tan eficaces como era el glifosato. Y por otro lado, cuando se empieza a utilizar otro producto que es eficaz en forma masiva y no se rota con otros modos de acción, empiezan a aparecer las resistencias múltiples”, señala Ustarroz. Tal es el caso del “Yuyo colorado”, resistente a glifosato y a ALS. “Si se sigue aplicando graminicída tras graminicída para controlar el Sorgo de Alepo y el C. hirsutus van a parecer las resistencias a glifosato y a graminicídas y allí se complicará mucho el panorama”, advierte el investigador. 
Para el caso de malezas perennes difíciles, la recomendación del Ing. Ustarroz es complementar las aplicaciones de graminicídas con labranzas, y otras estrategias y productos que vayamos encontrando. “En la medida en que se haga eso, vamos a poder convivir con la maleza por un tiempo, tratando de lograr buenos rendimientos. Erradicar la maleza, es imposible”.
Lic. Florencia Sambito para Magan/Maleza Cero

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