lunes, 20 de octubre de 2014

Brasil: El futuro del cultivo protegido

invernaderoLos primeros productores brasileños en implementar cultivo protegido han optado por la producción de tomate, ya que el precio en el mercado nacional es muy bueno, especialmente para el tomate cherry. Los precios, que normalmente rondan los 4 reales por kilo, cada año, por problemas meteorológicos, pueden alcanzar los 15 reales por kilo.
“El año pasado, por problemas meteorológicos, el tomate subió hasta los 15 reales y generó un gran aumento en la inflación del país. Esta situación benefició a los productores de tomate cherry que tenían cultivos protegidos y obtuvieron grandes ganancias”, recuerda Lysandro Canaes, director comercial de Haygrove Brasil.
Haygrove se encuentra en 55 países y cuenta con tres fábricas ubicadas en México, Polonia y China. Hace dos años que la empresa se encuentra presente en Brasil desarrollando el mercado de equipamiento para la construcción de invernaderos.
La mayoría de los productores de tomate cherry en Brasil tienen invernaderos con muy poca tecnología. Y según Lysandro, con un invernadero de alta tecnología se lograrían un aumento de la productividad de hasta el 50%.
“Los productores deben saber que la calidad de los plásticos, el diseño y la ingeniera del invernadero son claves para alcanzar altos niveles de productividad”, afirma, y añade: “El invernadero en Brasil es algo nuevo, todavía faltan más agrónomos con conocimiento sobre el tema. Las empresas no tienen una estructura de recursos humanos capacitada en cultivo protegido”.
Según Lysandro, “en el Brasil hay mucho mercado para el cultivo protegido”, pero los productores del Mercosur encuentran más difícil que otros países sudamericanos la inversión inicial en tecnologías de cultivo protegido.
“El costo de instalar un invernadero básico Haygrove en Perú y Chile ronda los 5 dólares por metro cuadrado, mientras que en el mercado brasileño o en el argentino, por los altos impuestos a la importación, este precio se duplica”, explica Lysandro.
Además, otro factor es el acceso a la financiación estatal, el cual exige que el equipamiento de los invernaderos tenga un porcentaje mínimo de componentes de fabricación Mercosur.
“Empezamos importando el 100% de los materiales, pero recientemente empezamos a fabricar el 60% de los materiales en Brasil; de esta forma logramos que el Gobierno financie a los productores la construcción del invernadero”, comenta.
Haygrove brinda a los productores una opción de costo intermedio. Se elimina la necesidad de usar hormigón en la construcción, que permite abarcar grandes hectáreas, ya sea en terrenos planos o con desnivel, con lo cual la compañía espera impulsar el desarrollo del sector.
“No solo el mercado de tomate, también el pimiento de invernadero está creciendo mucho en Brasil. Nosotros esperamos un aumento del 200% en el número de hectáreas en los próximos cinco años”, concluye Lysandro Canaes.

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