jueves, 5 de septiembre de 2013

Misiones exporta yerba mate con valor agregado a China

Dos años de pruebas y fuertes inversiones en las plantaciones y en la fábrica, fueron necesarios para adecuar la producción a las exigencias de los nipones. El primer envío se concretó en 2006 y gracias a la buena aceptación que tuvo el producto, el año pasado salieron los primeros cargamentos a Hong Kong, destinados a [...]

Dos años de pruebas y fuertes inversiones en las plantaciones y en la fábrica, fueron necesarios para adecuar la producción a las exigencias de los nipones. El primer envío se concretó en 2006 y gracias a la buena aceptación que tuvo el producto, el año pasado salieron los primeros cargamentos a Hong Kong, destinados a abastecer al mercado chino.
Principalmente se envía yerba despalada, tostada o normal, envasada en saquitos para su consumo como mate cocido, pero también exportan el producto molido en bolsas de 5 kilos, para usarlo como materia prima para elaborar bebidas tipo energizantes y un producto soluble que se obtiene luego de practicar una molienda muy fina y cuyo consumo implica la ingesta efectiva de la yerba mate, no solo su infusión.
Todo lo que se envía es orgánico y cumple con la certificación JAS (Estándar de Agricultura Japonesa, por sus siglas en inglés). “Tuvimos que cumplir con los estándares más estrictos del mundo para entrar a Japón. Certificamos la producción según sus normas y en la fábrica, tuvimos que mejorar la trazabilidad para garantizar que la yerba orgánica no se mezclara con la convencional en los procesos de elaboración, estacionamiento y envasado.
Hubo que cambiar la iluminación, poner trampas para insectos, comprar envasadoras nuevas y humidificadores para que el papel esté en óptimas condiciones. Los japoneses son muy puntillosos, están todos los detalles. Tenemos que controlar uno por uno los sobrecitos y cortar con una tijera los que salen imperfectos”, indicó Rem.
El cooperativista aclaró que la yerba destinada a Asia tiene un mínimo de dos años de estacionamiento natural, lo que implica una carga financiera muy grande.
Pero los esfuerzos rindieron frutos y hoy los japoneses pagan alrededor de 90 mil dólares por un contenedor en el que van alrededor de 2.000 kilos de yerba elaborada. “El resto es todo packaging, hay mucho valor agregado”, resumió Rem.
Un dato alentador es que los últimos tres contenedores tuvieron a China como destino. “El mercado chino es que él está empujando más fuerte ahora, tenemos muchas expectativas de afianzarnos allí”, señaló.
Costos orgánicos
El ejecutivo destacó la buena aceptación de la yerba orgánica en los mercados externos, pero advirtió que producirla demanda costos muy superiores y se obtienen rindes menores. “No se pueden usar herbicidas ni fertilizantes químicos, eso redunda en una baja de rinde y aumento en el costo de limpieza. Una cosa es poner herbicida una o dos veces por año y otra es limpiar con azada, como se hacía antes. Pagamos un sobreprecio para compensar al productor orgánico, empezamos con 25% y hoy estamos con 45%, pero todavía no alcanza. Hay muchos socios que se van desalentando porque sus números no cierran”, dijo.
Explicó que una plantación orgánica produce la mitad de kilos que uno convencional y lamentó la escasa oferta de fertilizantes y productos de control de malezas compatibles con la producción orgánica. “Hay solo dos empresas que producen fertilizantes certificados. Además hay una gran diferencia y es que cuando pones el fertilizante químico el efecto es inmediato, lo ves en la siguiente cosecha, pero con el orgánico es mucho más lenta la reacción”, señaló.
“Hoy el principal incentivo para seguir haciendo orgánico, viene del propio productor, que aun sabiendo que va a ganar menos dinero, prefiere no poner venenos en su chacra porque es el ámbito donde vive”, consideró.

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