domingo, 29 de septiembre de 2013

La fábrica pide atención desde el principio


Un estudio del INTA sobre cría de terneros de tambo muestra que hay mucho para crecer en esta tarea estratégica para la producción de leche.-

Un tema central dentro de la producción tambera es la crianza de los terneros una vez destetados de sus madres. Para este proceso todavía se siguen discutiendo y empleando diversos métodos con resultados dispares en lo que respecta al negocio, que precisamente no pasa por su mejor momento en la actualidad.
“La cría es una de las patas importantes del sistema lechero, porque de ella depende la reposición, y ésta fue una de las razones por las que el INTA consideraba muy necesario realizar este estudio que concluimos a finales de 2012”, señala el ingeniero agrónomo Gregorio Ruiz, extensionista del INTA Azul, quien colaboró con el médico veterinario José Luis García Quiroz en la realización de un relevamiento publicado recientemente y que hace una “caracterización de sistemas de crianza de terneras en tambos en el área del Centro Regional Buenos Aires Sur del INTA”, que abarca casi la mitad de la provincia, desde la Cuenca del Salado hacia abajo.
“El ternero de tambo es un animal que se desteta entre los dos y los cuatro días de nacido y es fundamental que tome calostro en las primeras horas de vida, que es lo que le va a dar las defensas pasivas para un montón de enfermedades que podrían surgir posteriormente”, señala Ruiz.
Y continúa: “El éxito de la guachera depende muchísimo de la atención personal que le dé el operario que está al frente, y uno de los aspectos importantes es cambiar los lugares donde se ponen las estacas, ya que, de lo contrario, se favorece la contaminación y los contagios”.
Esta conclusión del técnico surge como parte de los resultados que arrojó el relevamiento, que muestra que el sistema de crianza a estaca fija es empleado en un 46% de los establecimientos consultados, mientras que el 14% de los establecimientos lo hacen con estacas móviles; en tanto otros sistemas como en jaula, corredera y sueltos representan el 3%.
Para el profesional, la mayor causa de mortandad es ocasionada por la distocia (complicaciones relacionadas con el parto). La vaca Holando suele tener dificultades para parir terneros, que a veces mueren asfixiados o tienen otros traumatismos, ya que muchas veces alcanzan gran desarrollo antes de nacer, esto se debe a la buena alimentación que en general recibe la madre.
Del estudio también surgió que el 76% de los establecimientos utiliza algún sistema de protección contra las inclemencias climáticas y que gran parte del porcentaje de los que no los emplea pertenece a explotaciones con muy bajo nivel de inversión y mano de obra. A su vez, en estos últimos casos, no cuentan con personal exclusivo para la crianza. Sucede lo contrario en las explotaciones de punta, que acostumbran a dar participación de las ganancias a los empleados de la guachera.
Por otra parte, en relación a la alimentación, el 50% de los establecimientos encuestados utiliza leche de descarte para la alimentación de la guachera y debido a que la mayoría de estas guacheras realiza un trato indiscriminado entre machos y hembras se determina que muchas terneras son alimentadas con leche infectada por bacterias productoras de mastitis, una enfermedad de mucha incidencia en la operatividad del tambo.
También, en cuanto a la nutrición, el informe alerta que solo el 14% suministra balanceado hiperprecoz, que favorece el desarrollo temprano del rumen, en contraposición a la mayoría, que recurre a balanceados comerciales más pobres en proteínas y otros componentes. Respecto a la sanidad, se destaca que más del 60% de los terneros son vacunados y se los aisla si están enfermos, al tiempo que se alerta sobre un uso abusivo de los antibióticos en esquemas sanitarios no monitoreados por veterinarios.

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