Jeremías Drobot, de Agritotal, recoge el último informe del INTA Balcarce y deja una serie de recomendaciones para la siembra fina, que ya está en marcha.

El INTA Balcarce habla de unos aspectos a tener en cuenta a la hora de sembrar. Por ejemplo, en el sur, la siembra arranca en junio hasta fines de agosto. Tengamos en cuenta que hay ciclos cortos y ciclos largos. El estudio del INTA nos dice que cada 10 días de retraso hay 4% de pérdida de rendimiento. Por ello, recomienda en junio sembrar ciclos largos y en agosto, los cortos.
También se aconseja al productor con una gran superficie que vaya sembrando con diferentes ciclos. El trigo es una gramínea que tiene un ciclo de floración el cual puede variar mucho el período de un ciclo a otro. Sembrar distintos ciclos permite hacer coincidir el período crítico con el de mayor disponibilidad lumínica, de octubre a noviembre.
Para que el productor entienda: es importante hacer un análisis de la semilla. Se puede tomar una muestra y hacer un estudio de poder germinativo, así se evalúan y se saca el poder germinativo de nuestro lote de semillas. Se recomienda un valor cercano a 90%, pero puede ser 80/85%. Si tenemos 85%, voy a sembrar un 15% más que lo que espero lograr.
Otra cosa muy importante la semilla tiene que estar curada, tratada con fungicidas. El trigo se siembra con mucha humedad en el suelo porque los días son cortos, esto favorece la proliferación de hongos. Si no se cura, tendremos una planta menos.
Otra cosa a tener en cuenta son los nutrientes. El cultivo responde a fósforo y nitrógeno, aunque son dos nutrientes que se comportan diferentes en el suelo. El fósforo es un nutriente más estanco y se pueden hacer análisis cada 2 años.
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