Las elecciones dejaron en claro la necesidad de cambio que busca la población quitándole protagonismo en el Congreso al oficialismo. Las entidades vinculadas al sector enfatizaron con los actores de la oposición la importancia de atender estas demandas y de poder articular con el Estado en forma fluida sobre las políticas que involucran al campo con un rol protagónico en la economía.
Esta semana la convergencia de cambios por parte del gobierno nacional fue contundente y con una mixtura que deja abiertas nuevas expectativas tanto como dudas acerca de cuánto impactarán en el modelo vigente hasta el momento.
Al regreso a sus funciones, la Primera Mandataria arremetió con la estructura de Ministerial, algo que causó sorpresa por las figuras involucradas en las modificaciones. La cartera de economía pasó a manos de Axel Kicillof, hasta el momento viceministro. La jefatura de gabinete pasó a la conducción de Jorge Capitanich y Norberto Yahuar salió de la cartera de agricultura que pasó a estar al mando de Carlos Casamiquela, quien estaba al frente del INTA.
El cargo que ocupaba y el desempeño en él de Yahuar fue una de las principales críticas de la dirigencia agropecuaria, fundamentalmente en el último año durante el cual no hubo posibilidad de encuentro alguno. Desde su asunción apenas hubo posibilidad de articular mínimas reuniones con el ex ministro a quien se lo criticó por su marcada ausencia; el desgaste sobrevino con la postulación (y posterior fracaso electoral) que hizo en la provincia de Chubut.
El nuevo Ministro cuenta con un perfil más técnico que político y luego de su anuncio la FAA señaló: “Venimos de una gestión al frente de esa Cartera que resultó nefasta para los chacareros del país, pero a diferencia del anterior, el flamante ministro tiene un largo recorrido de trabajo con el sector. Esperamos que no se pierda una nueva oportunidad y que el conocimiento técnico que sabemos que tiene Casamiquela, sirva para que no se repitan los errores cometidos. Es imprescindible avanzar hacia un nuevo modelo agropecuario que permita la recuperación de los pequeños y medianos productores”.
La entidad también expresó su postura en cuanto a los cambios que se realizaron en la cartera de Economía. “Tras la reasunción de la presidenta y estos cambios en el gabinete, queda clara la decisión del gobierno nacional de relanzar la gestión, tras su derrota electoral en las provincias más importantes. Aunque más allá de los nombres, lo que pesan son las políticas aplicadas. Hay una herencia muy pesada, con una economía que ha perdido competitividad y problemas sociales urgentes por resolver. En cuanto a los temas agropecuarios, esperamos que el ingeniero Casamiquela abra el diálogo a las instituciones del sector, que representamos a miles de familias de los pueblos del interior”.
El cambio que más sorprendió fue la renuncia de Guillermo Moreno a la Secretaría de Comercio, uno de los mayores íconos de la política Kirchnerista por el rol protagónico que adquirió su figura (incluso sobre la de los Ministros de Economía que circularon en los últimos años). Su protagonismo fue uno de los más criticados por el sector agropecuario por su estilo para controlar y regular la política de precios y la dosificación de los ROES.
Si bien su salida a partir del 2 de diciembre fue recibida con beneplácito, la principal lectura que amerita el cambio es la nueva fortaleza que adquiere el nuevo ministro de Economía, otro hombre fuerte de la política actual. SI bien los cambios atienden cierta lectura por parte del oficialismo a los reclamos de la población, las expectativas están puestas en ver cuánto impacta el cambio de figuras en la línea política vigente en la última década.
Agro-noticias.com
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