domingo, 8 de septiembre de 2013

El algodón tiene mucho valor por agregar


•En el Foro Nacional Algodonero cada actor del sistema expuso sus virtudes y debilidades. Si bien el cultivo creció en la provincia, el desmotado migró hacia otras regiones. Entre otras amenazas, acechan el picudo del algodonero y el riesgo de disponer de una sola variedad de semilla.
La producción de algodón -bruto y fibra- en la provincia de Santa Fe está actualmente atravesada por claroscuros que a veces ilusionan y otras atemorizan a toda la cadena. Durante el 1º Foro Nacional Algodonero, celebrado en Avellaneda (Gral. Obligado) el jueves 29 de agosto, los testimonios de agrónomos, productores, desmotadores, hilanderos y funcionarios pintaron un diagnóstico para nada concluyente, pero que obliga a las partes a poner manos a la obra en busca de un funcionamiento más integrado que permita potenciar la oportunidades que ofrece el sistema.
Por un lado el cultivo remontó la debacle sufrida 20 años atrás y hoy aporta más de una cuarta parte al área nacional. También se incrementó la mecanización, tanto en la implantación con Siembra Directa y surcos estrechos como en cosecha, gracias a la máquina stripper de arrastre Javiyú; al igual que en pos cosecha, con la utilización de compactaciones modulares y el creciente enfardado en rollos. Incluso el rendimiento en el campo se duplicó desde la crisis de 2001/02.
Pero al mismo tiempo se ciernen varias amenazas sobre el sector. La vulnerabilidad que implica depender de una sola variedad de semilla (RR Bt) y el riesgo de la aparición de insectos resistentes, como ya está ocurriendo en Brasil. La carencia -por falta de servicios como electricidad y rutas- de desmotadoras en la zona de mayor producción, que obliga a procesar tres cuartas partes de la cosecha en provincias vecinas. Y la persistencia en un sistema de comercialización anticuado. Sólo por nombrar las de mayor relevancia.
P8-9_3_P1170890.JPG

Otra imagen a superar. El enfardado en rollos que ya se usa en la provincia evitaría la diseminación de semilla que cae desde los camiones que transporta el algodón bruto a granel.

Asimetría
Las estadísticas de APPA muestran un fenomenal repunte del área sembrada desde las escasas 8.700 hectáreas de 2002/03 a las 143.500 de la campaña 2011/12. En el mismo período, la producción santafesina en el total nacional saltó desde un exiguo 4% hasta el 28% actual. Y algo similar ocurrió con los rendimientos a campo, que pasaron de un promedio de 1.113 kg/ha a 2.300 en 2010/11. Incluso la mecanización de la cosecha, que hace 10 años apenas orillaba el 3% de la superficie hoy alcanza al 99%.
Sin embargo el agregado de valor en la provincia retrocedió con fuerza. Una década atrás se desmotaba en empresas santafesinas el 70% del algodón local, mientras hoy la relación es inversa: sólo se procesa el 30% y el resto sale hacia provincias vecinas. El principal motivo radica en el cambio geográfico del cultivo: sólo el 13% se cosecha en General Obligado, a pocos kilómetros de las desmotadoras; mientras el 77% se produce en 9 de Julio, donde la falta de energía y caminos impidió la radicación de plantas procesadoras. Así, los inversores se instalaron en Santiago del Estero y Chaco, y hacia allí se envía buena parte de la cosecha.
Fue Luis Contigiani, Secretario del Sistema Agropecuario, quien mencionó las “asimetrías” que sufre el sector algodonero santafesino por carecer de desmotadoras en la zona de mayor producción. Asumió que esto se produce porque “el eje productivo se trasladó al oeste, pero no la energía ni los caminos” y aventuró una propuesta oficial: “si el sector privado nos asegura -y no me refiero sólo a empresas sino también a la cooperativa Unión Agrícola de Avellaneda- que trasladan desmotadoras al oeste el compromiso de la provincia garantizamos la energía eléctrica para esa zona y el desarrollo de infraestructura”. En ese sentido afirmó que hay en marcha “un estudio de prefactibilidad de inversión poniéndole números”.
Al respecto Omar Gregoret, jefe del área de desarrollo agropecuario Unión Agrícola de Avellaneda (UAA) y miembro de APPA, confirmó el interés de la cooperativa en instalares pero advirtió que no se dispone de mucho tiempo. Sobre todo porque en la actual situación la distancia a recorrer por el transporte hasta el desmotado “no es lógica”. Sin embargo indicó que “en la medida que Santa Fe no reaccione a tiempo, lógicamente una vez que ya hay muchas desmotadoras instaladas en la periferia hay que evaluar si se justifica la instalación en la zona”. Por lo tanto, conminó al gobierno a no dilatar la decisión: “los tiempos no son tan largo, las decisiones tienen que ser a corto plazo, porque después probablemente el objetivo de instalar una desmotadora allí tal vez no se justifique”.
P8-9_1_P1120876.JPG

Superar la antigüedad. APPA y la Bolsa de Comercio de Santa Fe trabajan para montar laboratorio que permita analizar las muestra por el sistema HVI (sigla en inglés para designar un “instrumento de medición para altos volúmenes de fibra”)

Grandes riesgos
Por su parte, el director general del Área Norte del Ministerio de la Producción, Oscar Martínez, mencionó otras “debilidades y amenazas” -como el deterioro de suelos, un parque de maquinaria insuficiente, la falta de tendido eléctrico y de cobertura de riesgo climático-, entre las que remarcó la amenaza del picudo del algodonero, una plaga que en otras provincias ha hecho estrados. “En el oeste hay 120.000 hectáreas que si la plaga llega se pierden de un día para el otro”. Al respecto advirtió el riesgo que implica el tránsito por la región -hasta ahora prácticamente libre de la plaga- de productores chaqueños que ingresan con sus máquinas desde zonas infestadas. “La buena noticia -anticipó- es que se está revisando el Programa Nacional de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero”. También dijo que “hay casos controlados” en Villa Ana, Florencia y Las Toscas, sobre la margen este del área algodonera provincial.
Martínez también se refirió a la “falta de variedades adaptadas” y propuso “recuperar las tradicionales, como Guazuncho, o buscar resistentes al picudo”.
En ese sentido, el investigador del INTA y doctor en ecofisiología de algodón, Marcelo Paytas, advirtió: “Nos podemos adelantar a la realidad: sabemos cómo el picudo afectó el cultivo en Brasil, donde hoy tienen que hacer 15 aplicaciones por campaña lo que eleva el costo a u$s2.500/ha. Lo tenemos al lado para aprender de eso y no lo hacemos, miramos para otro lado”.
Además, recordó que en Brasil ya se quebró la resistencia al gen Bt por mal manejo del productor, que no hizo adecuadamente los refugios. Y lanzó un auténtico alerta rojo: “hoy prácticamente contamos con una sola variedad en todo el país (RR Bt) y eso es gravísimo porque si ocurre alguna ruptura -tanto en la tolerancia de algún insecto o una enfermedad- perdemos la producción algodonera total”.
También se refirió a la multiplicación excesiva de semilla por parte del productor que va “en desmedro de la calidad”. La primera generación -explicó- es aceptada, pero desde la segunda en adelante comienza la variabilidad en la planta, incluso en la resistencia a insectos. “La multiplicación sin control no es correcta” porque se pierde la calidad genética.
P8-9_4_P1230031.JPG

Más de 200. El Foro Algodonero Nacional reunió a todos los eslabones de la cadena, que llegaron desde todas las provincias productoras.

Un eslabón condiciona la cadena
Más allá del lote, los demás eslabones de la cadena hicieron sus aportes. La visión de la Cámara Algodonera Argentina -que agrupa a productores, desmotadores, hilanderos, exportadores, corredores, clasificadores y aceiteros- fue expuesta por su secretario, Fernando Anaya. “Estamos prensando mal el fardo, que tienen menos kilos y redunda en un falso flete”, afirmó. Incluso mencionó que, en el comercio mundial, “el algodón argentino es exótico” por la irregularidad en la cantidad, calidad y continuidad del producto nacional. “En Taiwan saben qué esperar del algodón brasileño, pero el argentino no da garantías y eso se sufre con descuentos”.
Por el sector “servicios” expuso Enzo Bianchi, integrante del departamento Maquinarias del INTA Reconquista, quien brindó algunos apuntes útiles. Sugirió hacer reparaciones de maquinaria en precampaña para evitar pérdidas en la cosecha y reveló que un ensayo con equipos de doble prelimpieza “mejoró 2% el rinde de fibra, que subió de 26 a 28%”. Y en pos cosecha exhortó a una adecuada limpieza de las canchas donde se vuelca el algodón dentro del lote: “es preciso desmalezar y limpiar de tallos el lugar”.
Luis Alal, en representación de la Asociación de Desmotadores Argentinos, también se mostró preocupado por el picudo y pidió “cambiar el programa nacional de prevención”; mientas que para mejorar la calidad de la fibra propuso “achicar la ventana de siembra”. En este sentido agregó: “el sistema stripper sin pre limpieza genera perjuicios en la desmotadora por el mayor desgaste de máquinas”.
Los textiles, por su parte, también protestaron por el perjuicio que les ocasiona la presencia de pasto en la fibra que llega desde las desmotadoras, producto de una mala cosecha. Fidel Rodas, gerente de planta de Algodonera Avellaneda, ratificó serios problemas en hilado y tejeduría por las fibras vegetales de los tallos que llegan mezclados con el algodón, característicos del sistema stripper. “Al momento de la cardatura (proceso de “peinado” de la fibra antes del hilado) estas fibras se paralelizan y toman el lugar del algodón; luego, en el hilo la fibra vegetal desplaza a 6 o 7 de algodón y lo debilita”, detalló. En el proceso de hilado “es un gran problema, que hace perder un 15 a 20% de eficiencia”. Incluso impacta en el siguiente proceso de tejeduría, disminuyendo eficiencia y calidad, sin contar los reclamos posteriores de las empresas confeccionadoras de prendas. “Si va pasto con la tela -agregó-, los químicos usados en la tintorería lo queman y queda el agujero o cambia la trama del tejido”. Inquietos por esta situación, el año pasado midieron las pérdidas en la línea de hilado a rotor de la fábrica: se dejaron de producir 680.000 kilos de hilo, con un costo en repuestos por un mayor desgaste de las máquinas -que trabajan más atando las roturas- cercano a 170.000 euros.
Lejos estaban los productores de conocer esta situación y el trabajo en talleres sirvió para un importantísimo intercambio de información. “Al no saber esto los productores maltratan la fibra; o lo contratistas lo descuidan porque cobran por volumen cosechado y no se detienen a limpiar el algodón”, explicó Rodas, y agregó que probó el hilado con fibra de algodón cosechado con pre limpieza y el rendimiento “mejoró un 5%, que no es poco”.
Marcelo Paytas recogió el guante y aceptó el reclamo del textil, aunque defendió el sistema stripper: “no es una cuestión inherente a la máquina sino a cómo está el cultivo”. Por eso advirtió que “el productor tiene que apuntar a una arquitectura de planta con menos palos”; y sobre todo, que se coseche cuando está en condiciones y no “cuando puedo o cuando quiero”. La propuesta del especialista es manejar con eficiencia los reguladores de crecimiento y la distancia entre surcos con el objetivo de reducir la presencia de hojas o mucho palo a cosecha. También la adecuada limpieza de la cancha donde se vuelca el algodón en el lote “son pequeñas acciones que podrían mejorar la calidad”.

Un laboratorio para la fibra santafesina
El secretario de APPA, Celso Muchiut, anticipó que la entidad trabaja con la Bolsa de Comercio de Santa Fe para montar un laboratorio de HVI (sigla en inglés para designar un “instrumento de medición para altos volúmenes de fibra”) que permita cambiar el actual sistema comercial. Esto no sólo sería importante para agilizar el comercio, sino que también será muy útil para la cada vez mayor cantidad de productores que desmotan su algodón y luego deben colocarlo en el mercado. “Antes sólo vendían los desmotadores y hoy hay muchos productores que son vendedores de fibra; para esa gente nosotros tenemos que trabajar con el fin de certificar su calidad y que esa planilla sea vista por la mayor cantidad de compradores”.
Omar Gregoret aseguró que en los países líderes la comercialización se realiza “en base a calificación por HVI que es certificado por un tercero, lo que transparenta el mercado y le da seguridad al comprador sobre la mercadería que adquiere”. Por lo tanto, deseó que “la iniciativa de Santa Fe de tener un laboratorio HVI ojalá que en algún momento sea algo a nivel nacional porque lo vamos a necesitar”.

“En el oeste hay 120.000 hectáreas que si la plaga del picudo llega se pierden de un día para el otro. El tránsito por la región de productores chaqueños que ingresan con sus máquinas desde zonas infestadas es un gran riesgo”
Oscar Martínez
Director general del Área Norte del Ministerio de la Producción

P8-9_2_P1120854.JPG

Punto a mejorar. Desde la Cámara Algodonera advirtieron que se detectan fardos con problemas de compactación que elevan costos por “flete falso”.
Fotos: Archivo/Juan Manuel Fernández

“Hoy prácticamente contamos con una sola variedad en todo el país y eso es gravísimo porque si ocurre alguna ruptura -tanto en la tolerancia de algún insecto o una enfermedad- perdemos la producción algodonera total”
Marcelo Paytas
Investigador del INTA, doctor en ecofisiología de algodón


Helicoverpa armigera, el cuco que se acerca
P8-9_DATO1_1025420_638053302894682_661062677_O.JPG
El especialista de INTA Reconquista, Marcelo Paytas, confirmó que en Brasil la oruga Helicoverpa armigera quebró la resistencia al gen Bt, razón por la cual “hoy tienen que hacer 15 aplicaciones por campaña, lo que eleva el costo a u$s2.500/ha”. Por eso llamó la atención a los productores: “lo tenemos al lado para aprender de eso y no lo hacemos, miramos para otro lado”. También aseguró que en los Bajos Submeridionales ya fue vista esta plaga, aunque en ejemplares aislados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.