jueves, 5 de septiembre de 2013

CHILE: Consorcio Lechero enseña a leer las praderas

Con la realización de 6 charlas técnicas, el Consorcio Lechero está desarrollando el programa de seminarios de primavera en el contexto del proyecto “Uso eficiente de recursos forrajeros en lecherías del sur de Chile”.
Este proyecto se inserta en la campaña Yo Pastoreo, impulsada por el Consorcio Lechero con el apoyo de Corfo.
Así, con charlas en Osorno, Temuco, Máfil, Los Ángeles, Frutillar y Los Muermos, este programa ha buscado compartir información técnica para que el productor de leche haga un uso eficiente de las praderas en primavera, época del año en que expresan su mayor potencial, explica la coordinadora del proyecto, Nathalye Díaz.
El foco, explicó, ha estado en compartir y difundir la ficha técnica de praderas en primavera, que incluye información sobre el momento de entrada y salida del pastoreo mediante los criterios de pastoreo eficiente. Además, se entrega información importante para las diversas actividades de la época como la fertilización, suplementación, establecimiento de praderas o de cultivos suplementarios, entre otros.
De acuerdo a la inquietud presentada por los propios productores, las charlas de primavera se realizan principalmente en agosto, de modo de reforzar y entregar los conceptos técnicos previo a la llegada de esta estación del año y así tener las herramientas para hacer un muy buen manejo.
En octubre, adelantó, se realizará La Ruta del Pastoreo, ciclo de días de campo para reforzar, en terreno, cada una de las estrategias planteadas en estos seminarios en el sur de Chile.
CHARLAS
Cada una de estas actividades incluye la participación de 2 especialistas, quienes orientan y ponen a disposición del productor orientaciones en el pastoreo primaveral y en la nutrición.
En Temuco, el ingeniero agrónomo Msc. Daniel Troncoso se refirió al pastoreo en primavera. “Es la mejor época del año desde el punto de vista forrajero, es cuando tenemos las mejores tasas de crecimiento y abundancia para alimentar a las vacas”.
Ambos puntos generan desafíos. Entre ellos, generar estrategias de pastoreo, en que el punto clave es evitar que la pradera suba demasiado o se “pase”.
“Es común que los agricultores para tratar de aumentar la producción por vaca no intensifiquen el uso de la pradera, siendo que en primavera uno tiene que tener un pastoreo intensivo, de manera de evitar macollos aéreos y asegurar una renovación de hojas nuevas para la producción del verano y otoño siguientes”.
Es clave, dice Troncoso, es que se haga un manejo de la pradera en primavera. No porque sobre pasto se descuidará las estrategias de pastoreo.
“Tengo que entrar con no más de 15 cm de altura de la pradera. La altura de salida debe ser de no más de 7 cm. Como en primavera sobra pasto, habitualmente los agricultores, para que haya una mayor producción de leche por hectárea, pastorean y dejan una altura de residuo mayor a 7 cm, lo que afecta la persistencia de la pradera”.
Primavera es un momento en que el productor debe prepararse para la conservación de forrajes. Recomienda una estrategia de manejo de potreros, en que aquellos que están “pasados” con más de 3500 kilos de materia seca por hectárea, deben ser rezagados para ensilaje.
En su exposición, Troncoso planteó la necesidad de analizar las condiciones climáticas. “Si bien estamos en un año de agua caída menor a los 2 últimos años, la intensidad o cantidad de agua caída ha sido tan alta que creo que el desafío que se le presenta en primavera al agricultor es saber qué hacer con esas praderas, que lamentablemente sufrieron mucho en invierno por excedente de agua caída en poco tiempo. Todavía tenemos lluvias que exceden los 30-40 mm en 24 horas y eso daña cualquier pradera”.
Estos anegamientos provocan pérdidas de plantas por pisoteo y desarraigamiento. Aquí se abre el desafío productivo de elegir entre regenerar o rejuvenecer la pradera, explica.
En agosto, La Araucanía registró temperaturas más bajas que lo usual, lo que determina que la pradera crezca menos que lo esperado. Eso genera que la fertilización deba ser manejada en forma estratégica, sobre todo la nitrogenada.
Una recomendación es que los productores usen un termómetro de suelos para medir este parámetro, como también aplicar bien la información sobre precipitaciones. Todo eso ayuda a decidir bien los manejos a desarrollar.
“El agricultor debiese meterse a esos temas, como también de instrumentos de medición de las praderas. No puede quedarse sólo con intuir cuando entrar o salir con sus vacas. La idea es “leer” las praderas, mirarlas, hacer conteo de hoja. Si tiene plato medidor, ocuparlo, por último, usar una altura graduada marcando la bota, que es una herramienta útil y práctica”.
Esto ayuda a hacer estimaciones de cantidad de materia seca para poder calcular la franja diaria de pastoreo.
“Es tan simple como saber cuánto pesan las vacas, estimar que van a consumir el 3% del peso vivo y que, por lo tanto, desde la pradera van a consumir 15 kilos de materia seca. Si sé cuántas vacas son las que estarán pastoreando, sabré cuántos kilos de materia seca necesito al día. Con criterios de disponibilidad de entrada o lo que me quede en el potrero, sabré cuál es la disponibilidad de forraje para la vaca, dividiendo ese número, entrega los metros cuadrados a ofrecer.
En primavera, reitera, el productor se juega no sólo la mayor producción del año, sino persistencia de las praderas y su continuidad en verano y otoño.
“Mucho de lo que pasa en la pradera en primavera dice lo que va a ocurrir en el futuro. Si hago un buen manejo de pastoreo, me aseguro de mejor manera el costo de un kilo de materia seca más barato”.
NUTRICIóN EN PRIMAVERA
El asesor Augusto Abarzúa puso en común los desafíos nutricionales en primavera para los productores lecheros de La Araucanía.
“En la zona de Temuco, el gran desafío es mantener las praderas y sacarle la máxima cantidad de leche por hectárea en primavera, que es la época donde se produce el 50 a 60% del total del alimento”.
Recomienda hacer un muy buen uso de la pradera y, sobre todo, la complementación de ésta con productos que hagan que la leche mejore en calidad y cantidad, básicamente la suplementación con algunos tipos de concentrado, con productos con distintas velocidades de digestión para maximizar la producción en una época que se produce un porcentaje importante de la pradera del año. Productos como el maíz o la avena pelada, por ejemplo, fueron citados como contribuciones.
“La pradera en primavera, en general, es cuando presenta la mejor calidad del año; tiene niveles de proteína normalmente de sobre el 22 a 25%; niveles de energía metabolizable bastante buenos, 2,8-2,9%. Pero tiene algunos problemas entre comillas que es necesario mejorar, asociados muchos ellos a buena calidad: Niveles de proteína por sobre los requerimientos de una vaca; niveles de fibra tan bajos, que muchas veces es necesario adicionar fibra para mantener un rumen con buen funcionamiento; y, niveles de materia seca muy bajos –menores a 15 y 16%-, que limitan la ingesta total porque es mucha el agua que están consumiendo”.
A veces, en primavera se produce una depresión en el contenido de materia grasa de la leche. En lecherías pastoriles, dice, es un problema cada ve más recurrente.
“Las plantas pagan por sólidos y si existe una depresión de la materia grasa, afecta el total de los sólidos y muchas veces no permiten llegar a 7 u 8%, que son los niveles que permiten optar a precios buenos”.
La lechería, agrega, hoy está enfrentada a desafíos como producir la mayor cantidad de leche por hectárea. Donde se produce esta depresión del contenido de materia grasa son lecherías con sobre 32 a 34 litros por ordeña.
“Son muy buenas lecherías, con buenos pastoreos, vacas de alta producción, pero producto de estos manejos y de la alta producción por vaca, se genera alteraciones que provocan depresión de la materia grasa, que se asocia a bajos niveles de fibra dentro de la dieta durante toda la primavera”. Además, esto puede traer problemas asociados a la salud de las vacas como acidosis subclínica y laminitis que, finalmente, afectan la longevidad.
Abarzúa hace una reflexión que compartió con los productores. “Producir más leche por vaca, más leche por hectárea y producir una cantidad alta de sólidos son objetivos que van en direcciones opuestas y que cuesta compatibilizarlos”. Muchas veces los agricultores notan que las vacas no quieren comer. Olfatean y rechazar la pradera.
“Este rechazo puede ser multifactorial, pero lo que se ha visto en los últimos años es que la principal fuente de rechazo está dada a niveles de proteína muy altos dentro de la planta y niveles de carbohidratos muy bajos en la planta. Son inversamente proporcionales. Cada vez que sube la proteína, hay una depresión de carbohidratos. Una planta con mucha proteína y bajo carbohidrato no es apetecible por la vaca para ser pastoreada. Si esa planta que ya no es apetecible, tiene concentraciones de potasio muy altas, tampoco querrá pastorearla la vaca”.
Frente a la salud del rumen, cuenta que entregar fibra en las dietas primaverales contribuye a una mejor estimulación de su funcionamiento; al establecimiento de la malla ruminal; y, a la estimulación de la rumia, relacionada con la salivación, lo que hace que el bolo llegue tamponado, con concentraciones adecuadas de bicarbonato, lo que hace que el pH ruminal sea más estable.

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