
Surge de datos del Indec y del índice de novillo del Mercado de Liniers. En el último año la facturación de los supermercados por la venta de carne subió un 14%. Un incremento más cercano a la inflación del Indec que a la de las consultoras privadas que casi lo triplican.
Este fin de semana surgió la polémica a partir de las declaraciones públicas del Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que sostuvo la inmovilidad de los precios en la carne vacuna, para defender la medición de la inflación que realiza el Indec.
Desde el ruralismo no se hicieron esperar. El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere salió al cruce para señalar que los precios de la carne al mostrador se incrementaron un 25% cada año durante los últimos tres años, en tanto que se mantienen estáticos los precios de la hacienda.
Si se consulta el índice de novillo del Mercado de Liniers (INML) correspondiente a septiembre de los años 2009 a 2013, la suba del valor de la hacienda registra un 183%, con la aclaración de que la hacienda comercializada en ese mercado es el piso de los precios de la hacienda, y nunca el valor máximo.
Entre 2011 y 2010, el precio medido por el INML se expandió un 29% para el valor de referencia de la hacienda vacuna. El valor del índice disminuyó un 1% al año siguiente (2012 versus 2011) en tanto que volvió a elevarse un 8% entre el presente año y el anterior. De ello surge que el precio –insistimos “mínimo”- de la hacienda se elevó entre 2011 y 2013 un 7%.
Pero también es fundamental conocer que entre 2009 y 2011 el mismo precio se había abultado en un 164%. De allí que la afirmación del presidente de la Sociedad Rural Argentina, se relativiza cuando afirma que los precios del ganadero se mantienen congelados.
Por otra parte, los datos sobre la facturación de los supermercados que mide el Indec muestran una evolución constante de las ventas (precios por cantidades) que entre 2009 y 2013, para el acumulado de los primeros 9 meses se expandió un 114%, según los datos históricos que sigue El Enfiteuta.
Esa suba, si bien importante, es inferior a la que registra el INML. Es decir que entre 2009 y 2013 los ganaderos vieron crecer un 60% más que los supermercados el nivel de sus precios de ventas “mínimos”. Además mientras el índice de novillo trepó un 164% entre 2009 y 2011, las ventas de carnes en los supermercados lo hicieron un 61% en el mismo periodo.
Hasta el 30 de septiembre de este año, las ventas de los supermercados crecieron un 14%, un nivel que está por encima de la inflación oficial (10%), pero muy por debajo de la que miden las consultoras privadas en torno al 25/30%, y que difunden desde el Congreso diputados de la oposición.
Pero la mayor facturación de los supermercados tampoco puede atribuirse solamente a mayores cantidades vendidas. Si así fuera, desde 2009 a la fecha el consumo de carne por habitante se habría duplicado en la Argentina, y rondaría actualmente los 130 kilos. Tampoco, puede sostenerse desde el punto de vista de la producción.
La producción de carnes rojas creció un 2,6% respecto de agosto, y si bien subió un 6,6% en términos interanuales, en el acumulado de los primeros 9 meses del año apenas trepó un 0,7%, es decir que prácticamente es la misma. Estos no son datos de las entidades sino del Indec, el mismo que mide la evolución de las ventas en los supermercados.
Los datos, intuitivamente, parecen indicar que el precio de la carne en mostrador subió, pero también aumentó el consumo porque los aumentos de precios no van a la par de la inflación. También creció el precio que recibe el ganadero, aunque se vienen estancando en los últimos dos años.

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