jueves, 5 de septiembre de 2013

CHILE: “Nuestro plan estratégico es llegar a 2014 con 15 mil hectáreas plantadas”

Como “un fruticultor trasplantado” se define Carlos Inostroza Garrido (47), quien hace unos años dio vuelta al timón de su vida y dejó su trabajo en Temuco para emprender e innovar en el campo. Se radicó en la zona costera de La Araucanía (Carahue) y asumió el riesgo de convertirse en el primer productor en dedicarse al cultivo de la murtilla (berry originario de Chile).
Pionero en esta materia, en 2008 logró el Premio a la Innovación por la cadena desarrollada en esta área, estímulo entregado por FIA y El Mercurio ; en 2009 en la Feria Fruit Logística de Berlín fue destacado por presentar el mejor producto natural y en 2011 la Seremi de Agricultura de La Araucanía lo eligió como líder en el agro.
“Me acerqué a Inia Carillanca que estaba en esos minutos investigando la murtilla. Eso me llevó a que el año 2008 fuese premiado y nos convirtiéramos en los primeros en el país en tener producción de plantas de murtilla y los primeros en colocar productos elaborados en el extranjero”, precisó.
Otro de los desafíos que asumió con éxito Carlos Inostroza fue la dirigencia del Programa de Mejoramiento Competitivo (PMC) del sector frutícola en 2010, organización que luego dio paso a la Asociación Araucanía Frutícola, gremio que ha logrado consolidarse en la Región, tanto así que en 2013 desarrolló por segunda vez el Encuentro de la Agroindustria Frutícola del Sur (Enafrut), el primer evento de estas características que se realiza de Concepción al sur.
No todo ha sido miel sobre hojuelas para este dirigente gremial. Es un hombre ocupado. Siempre está en su huerto o planificando actividades en su calidad de líder del sector (en el transcurso de la entrevista su teléfono no para de sonar); sin embargo, al trazar la línea para la suma, los resultados han sido positivos.
“Ésta ha sido una tarea difícil y cansadora, porque uno tiene que estar siempre al pie del cañón; sin embargo, este trabajo me ha dado muchas gratificaciones. Me siento contento con lo que hago y espero seguir contribuyendo a la Región y sumar”, explica.
-¿Qué problemas ha tenido que enfrentar como líder de los fruticultores ?
-En este periodo hemos tenido que enfrentar varios obstáculos; sin embargo, con el directorio los hemos sorteado de buena manera. Hemos podido seguir avanzando y contribuir en la figura de Enafrut. Nos hemos asociados con entidades de relevancia a nivel nacional, hemos participado de giras internacionales, pertenecemos a distintas mesas de trabajo y también hemos ayudado a aquellos grupos de fruticultores que se quieren juntar por formar un nodo, un PDT o una cooperativa.
Todo esto lo hemos conversado con las autoridades de Gobierno y hoy trabajamos con varios grupos gracias a financiamiento de Corfo y FIA. Sercotec también ha jugado un papel importante en la consolidación de nuestro gremio.
-¿Cuáles son los desafíos del gremio?
Nuestro plan estratégico es llegar de aquí al año 2014 con 15 mil hectáreas plantadas. Esta meta ya está cerca, recordemos que en el catastro de 2006 contábamos con 3.600 hectáreas y según la información de Ciren en 2012 habían más de 7 mil hectáreas; es decir crecimos en más de un 100% en 6 años.
Las cifras que nosotros manejamos son más alentadoras: vamos cerca de las 12 mil hectáreas. Son buenas expectativas, pero tenemos que estar atentos, porque esas 12 mil hectáreas necesitarán agua, necesitarán mano de obra, necesitarán tener un tipo de cambio conocido y necesitarán políticas públicas.
-Para desarrollar este plan estratégico ¿en qué se está enfocando el gremio?
Como directorio quisimos enfocarnos en nuestras necesidades y para ello tenemos una actividad anual para analizar los temas relativos al rubro, pero no a puertas cerradas, sino que a puertas abiertas. También abrimos las puertas de nuestros huertos. Hoy día trabajamos con la Universidad Católica, trabajamos con la Universidad Santo Tomás, trabajamos con cooperativas.
Apoyamos a todos y les incentivamos a seguir en esto, con información, con transferencia tecnológica, buscando los recursos adecuados y apuntando a conseguir un desarrollo sustentable. Antes los productores se tiraban a la piscina sin saber nadar y algunos se ahogaban y otros sobrevivían.
OBSTÁCULOS

-¿Cuál es la principal traba que debe enfrentar el fruticultor?

Cuando bajamos la escala y nos vamos a la pequeña agricultura nos damos cuenta que el establecer huertos sin conocimiento es muy difícil, porque los instrumentos que ha entregado Chile por años no han sido los más adecuados. Aquí se ha dado la cultura de la subsistencia.

Lo que nosotros hemos sugerido y es bueno decir que el gobierno nos ha escuchado -el director de Indap, los seremis de agricultura que hemos tenido y los ministro Galilea y Mayol- es buscar las alternativas de apoyo correctas.

También hemos tratado de reconvertir a los pequeños agricultores que por años han tenido papa y trigo y que han entregado parte de sus terrenos a las forestales para plantaciones de eucaliptus y pino. Hoy día le estamos diciendo al agricultor: señor usted puede tener otro ingreso y tiene que hacerlo bien desde el principio y no desde la mitad.

-Se habla de que la banca aún no está a la altura de las necesidades de la fruticultura. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Hace dos años y medio que venimos trabajando con Banco Estado a nivel central. Aquí la banca tiene que ponerse las pilas, el BancoEstado tiene que volver a ser el Banco del Estado y no un banco de privados. Estamos sugiriendo que los pequeños productores también tengan años de gracia con aquellos cultivos que tienen la cadena de valor y comercialización asegurada. Hoy día los grandes tienen sus espaldas y capacidad financiera resuelta. Los bancos les dan entre 6 a 7 años de gracia y eso ¿por qué no puede ocurrir con los chicos?.

Estamos promoviendo el cultivo de frambuesas, frutillas y los arándanos que tienen la cadena de valor hecha.

Por otro lado era importante que los fondos que se transfieren a los pequeños productores no sea a través de la Oficina de Indap y con cheques, sino que sea directamente a sus cuentas. En esta área se creó la cuenta rut para los pequeños agricultores, por lo tanto hemos avanzado.

Aquí las autoridades nos han escuchado y han entendido cuál es la necesidad e importancia del campo. Hoy día la fruticultura abarca desde el valle de Copiapó hasta Chile Chico, somos casi 20 mil productores y damos trabajo a más de 650 mil personas a nivel nacional.

-Una de las principales problemáticas del rubro sigue siendo la escasez de mano de obra. ¿Cómo se enfrenta esta situación?

Necesitamos reencantar a los 16 mil trabajadores que hemos perdido durante el último año en mano de obra en el país. No podemos competir con la minería, ni la construcción, ni el retail. Tenemos que mejorar la calidad del trabajo.

Nuestro foco debe estar en los vecinos que están alrededor de los huertos, por los jóvenes de liceos técnicos para que se queden en el campo. Porque si sigue el éxodo a la ciudad, estos predios van a quedar en manos de las forestales. Yo no tengo nada en contra de las forestales, es un negocio rentable, pero no sé si en el futuro lo será. Año a año se va provocando mayor estrés en los árboles que están en crecimiento

Es cierto que en el campo no hay aire acondicionado y otras comodidades, pero la situación ha mejorado indefectiblemente. Los salarios mejoraron ya que se introdujo el concepto de remuneración en base a la productividad, los huertos de exportación debe estar certificados bajos las normas de buenas prácticas agrícolas, donde el cumplimiento de las normas laborales son fundamentales y actualmente gracias a la mesa nacional agrícola compuesta por trabajadores y empresarios se trabaja en el Estatuto del Temporero que pretende dignificar el trabajo en el campo.

El tema capacitación también nos preocupa. Pronto vamos a lanzar una Otec de capacitación frutícola en conjunto con Fedefruta.

EMPRENDIMIENTO
“Uno siempre tiene el bichito de emprender”, comenta este productor, quien hasta el momento en que decidió dedicarse a la fruticultura trabajaba como administrativo en una empresa en la capital regional.
Sin la tranquilidad que brinda el recibir un sueldo a fin de mes, pero con el deseo de hacer “algo importante” y que lo hiciera feliz, Carlos se paró en medio de su predio y miró en 360º. A un costado vio el mar, en el otro extremo la cordillera y entre los matorrales, donde hoy está instalado un invernadero, vio plantas de murtilla. Fue sólo entonces cuando supo qué era lo que tenía que hacer y como buen emprendedor se lanzó a la obra.
En primera instancia se reunió con Inia Carillanca, organismo que ya estaba trabajando en el tema.
“Esto me apasionó tanto. Uno tiene que enamorarse de lo que quiere hacer y sentirse feliz, porque mucha gente que está detrás de escritorio no se siente feliz. La verdad es que llega un minuto en que uno tiene que tomar decisiones drásticas. Con esto yo le tomé el gusto y placer de trabajar en el campo”.
-¿Con qué capital inició su emprendimiento?
El primer financiamiento fue capital propio con apoyo de la Unión Europea para construir los primeros dos invernaderos en el país para producir plantas de murtilla. Muchas veces las entidades internacionales creen más que las nacionales y eso fue lo que me sucedió. Por eso entiendo perfectamente el tema de emprendimiento e innovación. Sé cuáles son los problemas que enfrenta el pequeño agricultor cuando va a solicitar un crédito al banco o asistencia técnica, porque yo lo viví. Mi experiencia es la que yo cuento en los talleres, donde trato de demostrar que nada es imposible.
Toqué las puertas y me encontré con personas que querían invertir en esto. Ellos me apoyaron con recursos para el primer invernadero.
-¿Con cuántas plantas partió?
Nosotros comenzamos con 32.000 plantas con variedades que nosotros habíamos escogido con la ayuda de Inia. Teníamos huertos de murtilla silvestre y con los antecedentes y capacitación que nos entregó Inia hicimos nuestra selección, hicimos esquejes y fuimos haciendo los cajones. Habían vecinos que estaban dispuestos a correr el riesgo y la verdad es que nos fue bien.
Antes de hacer esto, nosotros como familia lo hacíamos de manera más artesanal. Buscábamos los esquejes, los plantábamos en cajas de tomate llenos de arena en el chiquero. Un día entraron los ratones y se comieron el trabajo de más de siete meses.
Todas estas dificultades logramos sortearlas y llegar a lo que es hoy la empresa.
¿En qué está hoy la empresa?
-Nosotros apuntamos a la agroindustria en Santiago. Nosotros cosechamos y elaboramos mermeladas, salsas y licores destinadas a un nicho gourmet y sale a exportación.

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