Buzzi añora el modelo duhaldista

Junto a la plana mayor del FAP santafecino, añoró el gobierno de Eduardo Duhalde por la rentabilidad agraria. También instó a luchar con centrales obreras y organizaciones sociales, pero se asocia con Luis Etchevehere de la Sociedad Rural.

En la inauguración del 101 Congreso de la FAA que se lleva a cabo en la ciudad de Rosario, Santa Fe, el actual presidente de la entidad –quien no tendrá problemas en su catorceava reelección consecutiva- añoró el fugaz modelo de país de la presidencia de Eduardo Duhalde.

Para Eduardo Buzzi –de él se trata- en la última década “se abandonó el modelo productivo del 2002”, instaurado por el interinato de Duhalde. Una lamentación novedosa y que Buzzi no expresó en los años posteriores, al menos hasta el conflicto de 2008.

En aquella Argentina se “permitía producir con rentabilidad, por tener un tipo de cambio competitivo, una economía previsible, con retenciones que se podían soportar”, añoró el líder federado.

Lo escuchaban –acaso sin compartir la nostalgia de aquellos tiempos pero omitiendo cualquier referencia en público- el gobernador socialista de la provincia Antonio Bonfatti, y la intendenta de Rosario, Mónica Fein.

Buzzi instó a la populosa platea que lo reelegirá como presidente a “seguir trabajando con los movimientos sociales, las centrales obreras y los partidos políticos, por un país distinto”.

No hubo menciones a la Sociedad Rural Argentina, ni a la candidatura de Alfredo De Ángeli como mano derecha de Mauricio Macri en Entre Ríos, mientras el socialismo de esa provincia intenta denodadamente alcanzar al menos una banca a diputado. 

Idéntico entusiasmo destila Buzzi al compartir luchas y discursos, marchas y reclamos con Víctor De Gennearo de la CTA, con el camionero Hugo Moyano (CGT Azopardo), con Luis Etchevehere de la SRA, con el tigrense Sergio Massa, con el mismísimo Eduardo Duhalde, con Gerónimo Venegas y hasta con el socialista Hermes Binner. 

Como fuere, queda claro que el “modelo” por el que pugna Buzzi es el devaluatorio de 2002, que al licuar salarios, eleve la competitividad de las empresas que defiende. No había entonces “retenciones segmentadas”, como ahora reclama el federado. 

Sí había “rentabilidad” para los productores gracias a la devaluación y la estampida del dólar que pasó de 1 a 4 pesos entre enero y junio de ese mismo año. El billete verde alcanzó aquel pico el mismo día en que la bonaerense acribilló a Kosteki y Santillán en Avellaneda.

Además de la rentabilidad agraria el mapa social de 2002 se completaba con un 50% de pobreza en los hogares, una desocupación del 24% en la población económicamente activa, un aumento de precios en los alimentos que a pocos meses de la devaluación se disparó un 60%, y haberes jubilatorios de 200 pesos, por mencionar algunos indicadores que Buzzi no recordó.