Hay menos fruta. Esa es la conclusión, casi unánime, que se escucha entre los productores regionales a esta altura del año, cuando el fruto ya tiene un tamaño importante y define la carga de la planta.
Hay menos fruta. Esa es la conclusión, casi unánime, que se escucha entre los productores regionales a esta altura del año, cuando el fruto ya tiene un tamaño importante y define la carga de la planta.
Si bien la mayoría de los chacareros consultados dejan en claro que todavía "falta para poder terminar de definir el volumen y la calidad de la futura cosecha", ninguno de ello deja de mencionar la menor producción que se espera recolecte la región en la temporada que dará inicio en enero con las primeras peras.
Entre los argumentos que se rescatan para justificar esta caída de producción están las heladas tardías (de no muy bajas temperaturas pero sí extensas) en la etapa del cuaje del fruto, una mala polinización en floración y el añerismo característico que se da especialmente en manzanas.
Como dato negativo de este escenario, una menor cosecha en la producción de pomáceas determinará menos mano de obra a demandar y un menor comercio global de frutas, lo que también afectará a la parte de servicios que viven del sistema (transporte, insumos, etc.). Como dato positivo: una menor cantidad de fruta, levanta los precios finales que percibirá el chacarero. De ahí que esta temporada será muy importante para el productor primario ya que deberá hacer valer su fruta ante las empresas que se acerquen a comprarla. Como en otras oportunidades, la calidad esta temporada será clave a la hora de sentarse a negociar un valor por la fruta que se entrega.
Según señalan las empresas, se observan mermas puntuales en algunos sectores pero "la cosecha está en niveles que permiten prever que no existirán problemas de volumen". Aseguran que las variedades de manzanas que se destinan al exterior no sufrieron daños importantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.