VII Jornada Técnica sobre Cultivo de Cebada 2013
En el marco del encuentro, especialistas abordaron
distintos aspectos agronómicos relacionados con el cultivo: la fertilización
nitrogenada y su impacto sobre el rendimiento y la calidad; el rol de las
semillas y el suelo en las enfermedades; efectos de curasemillas sobre la
cebada cervecera y control de enfermedades foliares, entre otros.
Tres Arroyos, 26 de agosto de 2013. Tras una campaña récord en cantidad de hectáreas sembradas,
aunque irregular en rendimientos y calidad debido a las condiciones climáticas
y a las enfermedades que dañaron el cultivo, los productores del sur de la
provincia de Buenos Aires presentan mayores recaudos para 2013. No obstante, las
expectativas sobre el futuro de este cereal no han decrecido, sino que sigue
despertando interés entre los productores del sudeste. En este marco, se
desarrolló en esta ciudad la VII Jornada Técnica sobre Cultivo de Cebada 2013, organizada por Syngenta y Maltería Quilmes, a la que
asistieron más de 120 personas entre productores y técnicos de la región.
El encuentro arrancó
con el tema fertilización
nitrogenada en cebada y su impacto sobre el rendimiento y la calidad. El ingeniero
agrónomo Ignacio Alzueta (de la Facultad de Agronomía de la UBA y becario del
CONICET, destacó la importancia del cultivo previo, del nitrógeno inicial y del
nivel hídrico para proyectar el rendimiento. “El rinde va de la mano del número
de granos en un período crítico que se extiende de 30 a 40 días antes de la
floración y está directamente relacionado con los granos por metro
cuadrado. En la cebada, principalmente, se genera un gran número de granos con
un gran número de espigas. Para ello se necesita generar un importante número
de macollos”, aseguró.
Además, el
especialista de la UBA exhibió modelos de simulación para diseñar estrategias
de fertilización. Con diferentes variables, mostró cuál es el rendimiento
potencial medio de la zona, estudiado durante 23 años: “La cebada –a diferencia
del trigo– tiene mayor capacidad de generar esos macollos asociada al aumento
de nitrógeno inicial”.
En tanto, sobre la
fertilización en cebada y el rendimiento, argumentó: “Se debe procurar
maximizar la tasa de crecimiento durante el periodo crítico, con el fin de
establecer un mayor número de espigas, o sea, diferenciar muchos macollos y que
esos macollos no se me mueran. En ese periodo crítico debe crecer mucho el
cultivo. Obviamente que esto depende de las condiciones ambientales a las
cuales estamos expuestos, pero particionar las dosis de nitrógeno puede ser una
buena estrategia, dependiendo del lote y de cómo venga el año con las
precipitaciones”.
En relación con la
calidad del cultivo, manifestó que “depende de la industria y en muchos casos
su objetivo es un determinado rango de proteínas”. Y añadió: “A diferencia del
trigo -cultivo en el cual se busca maximizar el nivel de proteína- en la cebada
que se utiliza para producción de malta no sólo tenemos un piso, sino que
también un techo que debemos cumplir”-
La semilla, otra clave
Más tarde, la doctora Mirta Kiehr,
de la Universidad Nacional del Sur (UNS), resaltó la importancia de la
semilla como primer inóculo de enfermedades al suelo. “En el rastrojo pueden
vivir y crecer los hongos, algo que se acentúa en labranza cero. Especies como Fusarium matan plántulas y Rhizoctonia o pietín sobreviven en
plantas alternativas (malezas o raíces de las gramíneas). La Rhizoctonia aparece temprano, en forma
de manchones. Condiciones como clima semiárido, suelos arenosos, baja
fertilidad, baja temperatura en momento de siembra o pasturas como cultivo
previo, son todas predisponentes a esta enfermedad”.
Asimismo, agregó:“Recomendamos destruir las malezas entre dos y tres
semanas antes de la siembra, teniendo en cuenta que el glifosato y las
sulfonilureas predisponen el ataque. También utilizar semillas de calidad que
no vengan infectadas, fertilizar y lavar muy bien la maquinaria utilizada. En
tanto, contraontra la Rhizoctonia spp
no hay resistencia. Una vez que está en el campo, la enfermedad tardará unos
siete años en disminuir por actividad microbiana antagonista.
Por
su parte, la ingeniera Desiree
Tumini, de la Universidad Nacional del Sur, presentó su experiencia en la zona
de Coronel Dorrego, donde se hicieron cuatro tratamientos con repeticiones de productos
como Dividend Extra y Vibrance Integral. Entre los 20 y los 35 días se observó
una clara diferencia en aquellas raíces tratadas con Vibrance Integral, con
mayor desarrollo, y los testigos, que presentaban una coloración que
evidenciaba la presencia de patógenos. Además, las plantas tratadas con
Vibrance tuvieron más cantidad de hojas y macollos y la posibilidad de que esto
se transformara en más espigas, algo clave para el rendimiento.
Manejo integral
A su turno, el ingeniero
Ariel Quatrocchio, de Argenagro, planteó la necesidad de realizar un manejo
integral de enfermedades consistente en ver de qué manera se integran los
manejos culturales, la genética y los tratamientos químicos. Los monitoreos siguen
siendo la clave del manejo y control de enfermedades, más aún en la aplicación
de fungicidas, expresó.
En ese sentido, el especialista
mostró diversos ensayos realizados en 2013 (un año muy particular desde el
punto de vista climático) en los que se comparaba Amistar Extra frente a Reflect
Xtra. En esa campaña llovieron 800 milímetros para el cultivo, con un ambiente
predisponente a enfermedades, con temperatura, humedad y condiciones climáticas
generales como días nublados. En los cinco tratamientos realizados utilizando
ambos productos se observaron con claridad resultados positivos en enfermedades
como mancha en red, frente a los casos testigos, que llegaron a perder de 4 a 8 hojas por día.
Al
respecto el ingeniero Diego Álvarez, de Lares, disertó sobre el manejo de
enfermedades foliares teniendo en cuenta los aspectos ecofisiológicos de la
cebada. Destacó los resultados obtenidos en los ensayos realizados en la zona
sur de la provincia de Buenos Aires, la importancia del monitoreo y la eficacia
de control de las enfermedades utilizando los fungicidas Amistar Xtra y Reflect
Xtra.
Para preservar la
sanidad, el ingeniero. Francisco Ciucci, integrante del equipo de Servicio
Técnico Syngenta, hizo hincapié en la necesidad de monitorear y, en caso de aparición de
enfermedades, bajar el inóculo inicial, ya sea con Amístar Xtra o con Reflect
Xtra, dependiendo de qué tan sensible sea la variedad sembrada. “No hay que
dejar avanzar a la enfermedad, no hay que llegar tarde con el fungicida”,
afirmó.
Tales
fungicidas tienen una formulación para ser aplicados con agua dura. Reflect
Xtra posee una tecnología de doble anclaje porque ataca al hongo al mismo
tiempo que defiende las hojas. Los resultados indican que esta tecnología, de
gran poder residual, es muy efectiva en el manejo de enfermedades,
especialmente para variedades sensibles, controlando mancha en red (Drechlera teres), roya (Puccinia hordei) y mancha borrosa (Rhizoctonia spp).
Al término del
encuentro se tuvo lugar un debate moderado por el ingeniero. Juan Carlos
Petoyan, Coordinador Técnico Regional Sur de Syngenta, y
un panel compuesto por el ingeniero Ariel Quattrocchio y el ingeniero Diego Álvarez,
donde se planteó el rol de los hongos –tanto biotróficos como necrotróficos–
presentes en el rastrojo y que provocan un menor efecto de aplicación de los
productos. En este punto, como a lo largo de la jornada, el momento de
aplicación y el monitoreo continuo fueron dos de los conceptos sobresalientes a
tener en cuenta.
Acerca de Syngenta
Syngenta
es una de las compañías líderes mundiales con más de 27.000 empleados en 90
países, dedicada a nuestro propósito: incorporar a la vida el potencial de las
plantas. A través de ciencia de primer nivel, alcance global y compromiso con
nuestros clientes contribuimos a aumentar la productividad de los cultivos,
proteger el ambiente y mejorar la salud y la calidad de vida. Para más
información sobre nosotros por favor diríjase a www.syngenta.com o www.syngenta.com.ar.
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