Explican que, de esta manera, se nota más la diferencia de los que aplican tecnología forrajera porque para obtener mejor pasto en esos suelos es más difícil.
El docente de la UCA, Fernando Gil, explicó que “los mejores lotes de la Cuenca del Salado, que tienen potencial agrícola, hoy están destinados a la agricultura y por lo tanto, la ganadería, y básicamente la cría, fue desplazada a los peores campos (más bajos o suelos con menor capacidad productiva).
“De esta manera se nota más la diferencia de los que aplican tecnología forrajera porque para obtener mejor pasto en esos suelos es más difícil”, indicó para Radio Colonia. “Vemos que la agricultura apretó más a la ganadería generando que todos los ganaderos tengan que utilizar más su conocimiento y capacidad para poder hacer una cría eficiente en suelos con menor aptitud”.
Según el académico, que participó del seminario anual del Centro de Consignatarios de Productos del País y del Mercado de Liniers. “los productores que resisten la adopción de tecnología ajustan directamente por costos”. “Tratan de gastar menos y no evalúan tanto la relación costo/beneficio, sino que evalúan gastar menos y hacer una explotación más barata, aunque tengan menor producción”, evaluó el docente de la UCA. “Mientras, el productor empresarial está continuamente mirando los números, viendo si fertilizar o aplicar una vacuna realmente le va a redituar en algún beneficio”.
Por ultimo, destacó la importancia que estas investigaciones tienen para los estudiantes (encargados de los relevamientos), con miras a su futuro profesional. Este año el trabajo se realizó dentro de la Cuenca del Salado, más específicamente en el Partido de Las Flores sobre establecimientos de cría de, al menos, 100 vacas.
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