CRA, Principios y valores

                                                                 Principios y valores


Por Pedro Apaolaza, vicepresidente de CRA.
El Movimiento Rural Confederado, que se inició bajo la impronta y pluma de Nemesio de Olariaga y de muchos dirigentes que le sucedieron en una defensa clara de los intereses del productor agropecuario, hoy comienza a recorrer una nueva etapa.

Nunca en la historia de nuestro país el sector agropecuario había estado tan presionado y amordazado, al punto que le impidiera expresar la potencialidad que guarda en sus entrañas.

A cinco años de uno de los enfrentamientos más traumáticos que tuvo el sector con una administración de turno, la situación sectorial se agudiza más aún cuando las inclemencias climáticas impiden el normal desarrollo de las actividades, como está sucediendo en el norte del país.

Pero más grave aún es el delicado sostenimiento del bienestar general y la pérdida de los principios y valores que han enaltecido a nuestro pueblo.

Los principios de libertad, el respeto a la constitución, la institucionalidad, el federalismo, en resumen, la dignidad de los productores y de los argentinos en general han estado siempre en el centro de la defensa del Movimiento Rural Confederado.

Los dirigentes que forjaron CRA, tal vez nunca imaginaron que llegaríamos a un momento como el que transitamos hoy, y los dirigentes que hoy tenemos la responsabilidad de conducir el Movimiento Rural Confederado, serumente algunos de nosotros no estaremos a la altura de las circunstancias que el momento reclama, pero eso es consecuencia sólo de la falta de compromiso y participación de todos los productores y dirigentes de base, que durante años, sin graves problemas a la vista, se relajaron y le fueron vaciando la institucionalidad a las entidades.

Las fueron vaciando de productores, mujeres y ateneístas, que son quienes deben constituir el verdadero movimiento rural confederado, expresado por doquier, con los mismos principios, sin resquebrajaduras y con unidad y organización.

El Movimiento Rural Confederado viene organizado desde las bases, de los productores y se debe a ellos. Sin asociaciones rurales fuertes no tendremos confederaciones robustas y menos aún una entidad de tercer grado como CRA, con la representatividad y fortaleza que se merece.

Como dije hace uno meses atrás, la institucionalidad de las entidades de primer grado –las asociaciones rurales- debe ser fiel y cabal ejemplo de lo que se pretende de las de segundo grado y de la misma CRA.
Debemos en nuestros pueblos revalidar lo que los hombres de campo decimos a menudo, que “la palabra empeñada vale más que un contrato” y debemos honrar esa palabra.

El dirigente agropecuario de base no puede esperar a que el dirigente nacional haga lo que él no está dispuesto a realizar en su distrito. Debe comprender fundamentalmente que más allá de defender y velar por los intereses de los productores agropecuarios de su región, defiende valores y principios que no son negociables, debido a que sin ellos se haría muy difícil cualquier actividad en nuestro país. De esto se trata, de despertarse y dejar de mirar para otro lado, comprometerse con el sector y el país.

De sentir orgullo por pertenecer al Movimiento Rural Confederado, un Movimiento que es bien federal, del interior, dinámico en sus acciones, con una territorialidad insuperable, pero que necesita, hoy más que nunca, de responsabilidad y compromiso en sus dirigentes, organización y financiamiento para poder seguir siendo un actor destacado de la República.

Para permitir que CRA promueva con amplia representatividad el fortalecimiento de las instituciones, el cumplimiento de la Constitución y las leyes, de afianzar la República y la Justicia y de exigir la práctica del Federalismo.

Recuerden siempre que sólo el Movimiento Rural Confederado puede aportar las bases de crecimiento sectorial y desarrollo local que el país necesita.

CONFEDERACIONES RURALES ARGENTINAS