
Faltan plantas de faena autorizadas y mayor fomento al consumo.
En los últimos años, la producción porcina en la provincia de Río
Negro se desarrolló con mayor auge, a punto tal que algunos criadores
la han tomado como su actividad principal. Se lleva a cabo
fundamentalmente en la zona de valles, en los departamentos de General
Roca, Avellaneda, Adolfo Alsina, General Conesa y Pichi Mahuida.
La actividad está en un punto incipiente, por lo que el camino que deberá recorrerse es muy largo, en especial si se tiene en cuenta que nos encontramos alejados de la región maicera, zona núcleo de la crianza de cerdos. Actualmente existen dos formas de alimentación: mediante el balanceado o que el mismo productor elabore el alimento. En la dieta del porcino, los dos cereales más importantes son el maíz y la soja en sus variadas formas, constituyendo la alimentación el 70% del costo de producción.
El maíz se puede producir con rindes similares a los de la Pampa Húmeda en la zona de los valles, pero la soja y sus derivados deben ser traídos de la provincia de Buenos Aires, lo que genera un costo de flete importante.
La cantidad de cerdos en la provincia de Río Negro representa el 0,1% del rodeo nacional, distribuida en las categorías que figuran en cuadro adjunto.
Como se puede observar en el mismo, la mayor cantidad de producción se encuentra en manos de pequeños y medianos criadores.
La falta de plantas autorizadas para el faenamiento representa un problema no menor, ya que la provincia cuenta a la fecha con sólo tres plantas (dos en General Roca y una en el departamento de Bariloche). Esto no sólo genera un problema de seguridad alimentaria (triquinosis, zoonosis, enfermedad parasitaria) sino que limita económicamente a los criadores que producen únicamente lechones, ya que para obtener capones para faenar deben contar con una importante infraestructura. En las plantas mencionadas se faenan 6.659 cabezas, cifra insignificante en relación con el total del país (1.251.297 cabezas), distribuidas 5.423 en el departamento de General Roca y 1.236 en Pilcaniyeu. De la mencionada producción, casi un 50% (455.109 kilogramos) fue destinado en el 2009 a la elaboración de chacinados.
Una de las ventajas que tiene nuestra provincia es la facilidad con que los productores se asocian. Esto se ha visto materializado con la formación de la Asociación de Productores Porcinos de Río Negro (Apprin), el 13 de julio del corriente año, en Choele Choel. Esta nueva agrupación se suma a la ya conformada Asociación de Productores del Alto Valle. Ambas bregan por un mayor desarrollo sustentable de esta actividad.
Desafíos
Los desafíos para la actividad de ahora en más son mejorar la eficiencia en la producción teniendo en cuenta el parto y el destete de los lechones, que son los momentos críticos en los que se producen las mayores mortandades. Esto se puede prevenir a través de capacitaciones.
Otro punto a considerar es la genética (animales de raza). Los problemas se solucionan con la incorporación de animales de cabañas o de núcleos genéticos. La buena noticia es que estos nuevos especímenes ya están ingresando a la zona. Una buena oportunidad para adquirirlos será la I Expo Porcina de la Patagonia, a realizarse del 21 al 23 de septiembre en la Sociedad Rural de Choele Choel.
Por último, es prioritario que en Río Negro se implementen campañas para fomentar el consumo de carne de cerdo. También, que puedan habilitarse plantas frigoríficas en un futuro cercano. Estas acciones necesitarán del acompañamiento de los integrantes de la cadena porcina, que deberán comprometerse a poner en el mercado un producto de alto valor comestible a precios económicos.
(*) Técnico del Programa Cambio Rural – Agencia de Extensión Valle Medio del INTA
La actividad está en un punto incipiente, por lo que el camino que deberá recorrerse es muy largo, en especial si se tiene en cuenta que nos encontramos alejados de la región maicera, zona núcleo de la crianza de cerdos. Actualmente existen dos formas de alimentación: mediante el balanceado o que el mismo productor elabore el alimento. En la dieta del porcino, los dos cereales más importantes son el maíz y la soja en sus variadas formas, constituyendo la alimentación el 70% del costo de producción.
El maíz se puede producir con rindes similares a los de la Pampa Húmeda en la zona de los valles, pero la soja y sus derivados deben ser traídos de la provincia de Buenos Aires, lo que genera un costo de flete importante.
La cantidad de cerdos en la provincia de Río Negro representa el 0,1% del rodeo nacional, distribuida en las categorías que figuran en cuadro adjunto.
Como se puede observar en el mismo, la mayor cantidad de producción se encuentra en manos de pequeños y medianos criadores.
La falta de plantas autorizadas para el faenamiento representa un problema no menor, ya que la provincia cuenta a la fecha con sólo tres plantas (dos en General Roca y una en el departamento de Bariloche). Esto no sólo genera un problema de seguridad alimentaria (triquinosis, zoonosis, enfermedad parasitaria) sino que limita económicamente a los criadores que producen únicamente lechones, ya que para obtener capones para faenar deben contar con una importante infraestructura. En las plantas mencionadas se faenan 6.659 cabezas, cifra insignificante en relación con el total del país (1.251.297 cabezas), distribuidas 5.423 en el departamento de General Roca y 1.236 en Pilcaniyeu. De la mencionada producción, casi un 50% (455.109 kilogramos) fue destinado en el 2009 a la elaboración de chacinados.
Una de las ventajas que tiene nuestra provincia es la facilidad con que los productores se asocian. Esto se ha visto materializado con la formación de la Asociación de Productores Porcinos de Río Negro (Apprin), el 13 de julio del corriente año, en Choele Choel. Esta nueva agrupación se suma a la ya conformada Asociación de Productores del Alto Valle. Ambas bregan por un mayor desarrollo sustentable de esta actividad.
Desafíos
Los desafíos para la actividad de ahora en más son mejorar la eficiencia en la producción teniendo en cuenta el parto y el destete de los lechones, que son los momentos críticos en los que se producen las mayores mortandades. Esto se puede prevenir a través de capacitaciones.
Otro punto a considerar es la genética (animales de raza). Los problemas se solucionan con la incorporación de animales de cabañas o de núcleos genéticos. La buena noticia es que estos nuevos especímenes ya están ingresando a la zona. Una buena oportunidad para adquirirlos será la I Expo Porcina de la Patagonia, a realizarse del 21 al 23 de septiembre en la Sociedad Rural de Choele Choel.
Por último, es prioritario que en Río Negro se implementen campañas para fomentar el consumo de carne de cerdo. También, que puedan habilitarse plantas frigoríficas en un futuro cercano. Estas acciones necesitarán del acompañamiento de los integrantes de la cadena porcina, que deberán comprometerse a poner en el mercado un producto de alto valor comestible a precios económicos.
(*) Técnico del Programa Cambio Rural – Agencia de Extensión Valle Medio del INTA
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