domingo, 23 de septiembre de 2012


Advierten que será difícil cruzar gastos con plásticos con los datos de la Aduana

En el mercado financiero tienen sus reservas. Ricardo Echegaray, titular de la AFIP, había anunciado que cruzarían los consumos con tarjetas de crédito en el exterior con las declaraciones de Aduana, y que enviarían una notificación a los pasajeros que declaren en Ezeiza que gastaron menos de u$s 300, pero cuyos resúmenes de cuenta muestren [...]
En el mercado financiero tienen sus reservas. Ricardo Echegaray, titular de la AFIP, había anunciado que cruzarían los consumos con tarjetas de crédito en el exterior con las declaraciones de Aduana, y que enviarían una notificación a los pasajeros que declaren en Ezeiza que gastaron menos de u$s 300, pero cuyos resúmenes de cuenta muestren cifras superiores.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en el gasto con tarjeta pueden figurar comidas, alojamiento y otros servicios en los que se gasta en moneda extranjera, pero que no se ingresan al país.
Los conocedores del negocio saben que el entrecruzamiento de datos con la Aduana es muy difícil y de dudosa aplicación. “Es una medida totalmente inconsistente”, confiesan por lo bajo.
Creen que el organismo lo anunció con una intención disuasoria, que refuerce la percepción de controles múltiples y cada vez más cerrados.
Para hacerse efectiva la medida, en primer lugar deberían cargar en el sistema todas las declaraciones juradas para vincularlas con un mismo número de documento, ya que quizás alguien puede tenerla bajo su número de cédula, que es distinto al del pasaporte.
Por otra parte, resultará muy difícil de comprobar que las compras realizadas sean consideradas una importación, ya que la persona podrá argumentar que fue comida que consumió en ese país, o excursiones que tomó en una agencia de viajes.
También podrá explicar que adquirió ropa o electrodomésticos que los regaló a amigos y familiares que tiene en el país que visitó. Además, si bien cada comercio donde se hacen las compras tiene un número, que remite a su rubro, no en todos los casos puede ser fácil de individualizar.
Por ejemplo, Wal Mart es un supermercado, pero vende productos electrónicos, con lo cual cualquier cosa que uno compre ahí figurará como si hubiese sido comida.
“Siempre cuando el individuo pague ganancias y pueda justificar sus gastos, no es mucho lo que la AFIP podrá decirle. Ahora, si todo lo que uno compre afuera lo consideran una importación, estarían cambiando por completo las reglas de juego. Es como que me pongan a jugar al truco con cartas francesas. Ahí me doy por vencido y me voy del país”, se resigna un directivo.

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