sábado, 18 de septiembre de 2010

Larrañaga: “El Gobierno nacional entendió que la mesa de los argentinos se cuida destruyendo la producción”









Declaraciones de Alberto Larrañaga, secretario de CARBAP, en la 82º Exposición de Agricultura, Ganadería, Granja, Industria y Comercio de la ciudad de Bolívar.


Alberto Larrañaga, secretario de CARBAP, habló el domingo 12 en la inauguración de la tradicional muestra anual que se realiza en la localidad bonaerense de Bolívar. A continuación, los puntos principales de su discurso.

“Justamente acá en Bolívar, en el centro y corazón de nuestra provincia de Buenos Aires, desde CARBAP no podemos dejar de hacer algunas referencias a la Ganadería, esa actividad generadora de arraigo y trabajo en nuestros pueblos del interior, sin olvidar que hace más de cuatro años comenzamos a advertir sobre lo que serían las consecuencias del cierre de las exportaciones y las restricciones e imposiciones arbitrarias, llevadas adelante por el Gobierno nacional, que entendió que la Mesa de los Argentinos se cuidaba destruyendo la producción. Ahora nos enfrentamos a la realidad de que hay menos vacas, y lo que es peor, hay menos productores, hay menos oferta para los consumidores y una industria frigorífica en crisis, con incontables pérdidas de puestos de trabajo a lo largo de la cadena agroindustrial.

Pero no nos quedamos sólo en el reclamo. Desde CARBAP venimos proponiendo además de la eliminación de las Retenciones, una reforma impositiva que apunte a la equidad tributaria; también, proponemos la simplificación fiscal y la implementación de políticas activas que, sobre la base de la promoción de las exportaciones y el estímulo a la producción, vuelvan a hacer del campo la locomotora del crecimiento y el desarrollo.

Que quede claro, cuando hablamos de equidad tributaria no es un capricho que se nos ocurrió ayer. Porque los productores, después que se les descuentan las retenciones, tienen que pagar todo tipo de impuestos, y si después de todo eso, superando las contingencias climáticas, tuvieron la suerte de levantar un poco la cabeza, todavía tienen que pagar el 35 por ciento de impuesto a las ganancias, mientras hay sectores privilegiados como el juego, la minería y la especulación financiera que corren con el caballo del comisario.

Y que también quede claro, cuando hablamos de simplificación fiscal es porque estamos cansados de una maraña reglamentaria, que incluye el Registro de Operador de Granos, el Registro de Operador Inmobiliario, declaraciones juradas, persecución implacable, coordenadas satelitales, y otro montón de imposiciones que se constituyen en motivo de exclusión de muchísimos productores, especialmente de los pequeños y medianos, a los que representamos con orgullo y responsabilidad”.

“(…) Y pensar que Juan Bautista Alberdi, el padre de nuestra Constitución, decía que “las leyes deben ser simples y claras, porque no están destinadas a los juristas, sino al pueblo que las tiene que cumplir”. En cambio, a los productores nos persiguen con toda clase de complejas resoluciones, que hacen pensar que es pecado alquilar una chacra para trabajar y producir. La verdad, es que nos persiguen y nos tratan como si todos estuviéramos bajo sospecha, mientras los verdaderos sospechosos andan libres y tranquilos haciendo sus negociados.

No vamos a pasar por alto lo ocurrido recientemente en ese ansiado 24 de agosto, cuando la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados aprobó un dictamen de mayoría sobre retenciones. Un dictamen que aun con diferencias, debemos aceptar, porque si la democracia necesita de consensos, hay que entender que para alcanzar el consenso, es necesario que las partes estén dispuestas a conceder, mientras esté resguardado el objetivo principal de avanzar hacia la eliminación de las retenciones, tal como reclaman todos los productores.

Pero lo más importante que ocurrió ese 24 de agosto, a mi juicio, fue la caducidad de las facultades delegadas, como consecuencia de la decisión de las mayorías el 28 de junio del año pasado, cuando se pronunciaron contra el modelo de concentración de poder y autoritarismo.

Sin dudas, esto enciende una luz de esperanza. Pero debemos advertir que la esperanza por sí sola no garantiza el éxito, si no se la acompaña con perseverancia y determinación. Y en este sentido nuestras sociedades rurales, nuestros pueblos del interior y el pueblo en su conjunto, tenemos por delante un enorme desafío: el desafío diario de permanece de pie, aun a pesar de los agravios y los ataques; el desafío diario de transitar el camino de la defensa de nuestras convicciones; el desafío diario de recorrer la senda del trabajo y la producción, con la seguridad de que, de esta manera, estaremos yendo por la huella que conduce al objetivo irrenunciable de contribuir al bienestar general, tal como indica nuestra Constitución Nacional”.

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