
COLOMBIA : La contaminación ambiental y la crisis de la agricultura colombiana obligan a mirar otras alternativas que contribuyan a superar las dificultades del campo; la agroecología es una propuesta que se viene desarrollando de manera importante en Colombia, Brasil y Perú.
Se ha vuelto una constante escuchar a los agricultores colombianos quejarse por los costos de los agro – insumos; los altos precios de fertilizantes, insecticidas y plaguicidas, entre otros, tienen quebrados a miles de campesinos en el país. Como consecuencia, durante el último año se han presentado tres paros.
Juan Sebastián Barrera Montealegre, administrador ambiental y líder de la línea de agroecología y soberanía alimentaria de la Universidad Tecnológica de Pereira, manifiesta que esas situaciones son un indicador de la decadencia que presenta la ‘revolución verde’ en Colombia.
“Revolución verde se le llama a la agricultura química o agricultura industrial, caracterizada por cinco principios básicos: el uso de semillas de alta respuesta, que son producidas en centros internacionales de investigación, caracterizadas a través de cruces o transgénesis; el arado intensivo de los suelos, por lo general con maquinaria pesada, lo que tiene consecuencias ambientales; se usa irrigación, se mantiene fumigación con insumos de síntesis químicas; y finalmente, son comunes los monocultivos”, dice Barrera.
Es decir, la agricultura que hoy es convencional en nuestro país, no solo es costosa sino que además genera impactos ambientales negativos.
Agroecología
Como alternativa se promueve actualmente la agroecología; “este es un tipo de agricultura que lo que busca es satisfacer algunos principios ecológicos, dependiendo de las características que se encuentran en los ecosistemas nativos de cada territorio”, expone Barrera.
Aprovechar todas las propiedades del suelo y lo que en él de manera natural crezca es una característica de este tipo de agricultura alternativa, en la cual los árboles, hierbas y arbustos que conforman el ecosistema, contribuyen a la riqueza necesaria del suelo para el cultivo de un alimento, sin necesidad de utilizar ningún tipo de producto de síntesis química.
“En la agroecología y en todas las agriculturas alternativas es fundamental tener abonos que permitan re-circular los nutrientes; entonces acá todos los residuos de las podas, los residuos de las guadañadas y demás residuos orgánicos se ponen en proceso de descomposición con los micro-organismos del bosque generando el ecosistema apropiado”, sostiene.
Proceso de transformación
El administrador ambiental explica que este tipo de agricultura puede ser más productivo que el convencional y mucho más rentable en el mediano y largo plazo, mientras se desarrolla el proceso de transformación, que implica cuatro pasos.
1.Limpiar el suelo. “Parar el uso de agro tóxicos, aplicar materia orgánica, productos de abonos compostados para repoblar rápidamente de microorganimos ese suelo”.
2. Diseñar agrosistema. “Estructurarlo, saber qué plantas voy a usar, pensar las asociaciones. Como que el romero debe ir con la caléndula y esta a su vez con los tubérculos; esto es alelopatía, que es la propiedad de algunas plantas de repeler insectos y también evitar algunas plantas que pueden afectar a otras”.
3. Especies nativas. “El uso de especies nativas y domesticadas milenariamente, como achira, amaranto, ahuyama, el payar, la chía, yuca y arracacha”.
4. Pasar a la siembra. “Hacer el cálculo de lo que voy a comercializar, qué me va a salir en 6 meses y qué en 3 ó 4 años”. Concluye Barrera que por las condiciones climáticas y de suelos de Risarlada, podría ser competitivo con agroecología.
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