lunes, 12 de mayo de 2014

CHILE: La nueva artillería con que se enfrentará a la Lobesia


CHILE : El anuncio del aumento de recursos para el programa oficial del SAG, a $7 mil millones, es solo el punto de partida para una nueva estrategia, que considera asesorías con expertos internacionales, afinar lineamientos técnicos, difundir más información e involucrar en forma estrecha al sector privado.
La disminución en el presupuesto destinado al programa oficial de control de la lobesia botrana -también llamada la polilla de la vid, que ingresó a Chile en 2007 y está entre la III y IX Región- y el aumento sucesivo de las capturas del insecto desde una temporada a otra, son dos factores que llevaron a las autoridades a reformular la estrategia frente a la plaga.
Es que si en 2008-2009 se detectó la polilla en 1.267 predios, en la última temporada esa cifra llegó a 2.819, según los datos del Ministerio de Agricultura. Y no solo eran más predios, sino que el insecto también apareció en arándanos -un hospedero secundario- provocando la exigencia de Estados Unidos de fumigar esa fruta.
Al mismo tiempo, los recursos que se asignaron al programa oficial de control del SAG fueron disminuyendo, desde $10.535 millones en la primera temporada a $3.690 millones en 2013-2014.
Por todo ello, hace dos semanas el ministro Carlos Furche anunció el aumento a $7 mil millones para el programa de control de la lobesia botrana, a lo que los privados aportarán una suma del mismo orden.
Sin embargo, ese incremento de recursos es solo el punto de partida de la nueva estrategia. Esta apunta también a ajustes en los lineamientos técnicos del control, a difundir más información a los productores y a la ciudadanía, y a trabajar en forma más estrecha con el sector privado y con expertos nacionales e internacionales. Además, crea una dirección ejecutiva del programa nacional de lobesia botrana, puesto que ya ocupa la entomóloga Grisel Monje.
Entre los nuevos asesores extranjeros que están conformando la nueva estrategia está el español Gonzalo Barrios, proveniente de un país donde la lobesia ha existido por años, y la uruguaya Lucía Varela, quien es parte del Technical Working Group (TWG) para el programa de lobesia botrana en California, donde la han limitado a zonas acotadas.
De visita en Chile, los expertos aseguran que es posible disminuir las poblaciones de la polilla en las vides y se muestran optimistas respecto de la situación de los arándanos, aunque reconocen dificultades como la amplia presencia de parrones caseros que no están siendo controlados y la existencia de un gran número de productores, lo que dificulta fiscalizar el cumplimiento del control.
De hecho, uno de los temas en los que el SAG durante los períodos anteriores puso énfasis fue en que la lobesia no era “erradicable”, debido principalmente a su fuerte presencia en centros urbanos y a que, siendo una plaga de control obligatorio, eran los privados los que debían hacer las aplicaciones y el SAG verificar el cumplimiento, por lo que la forma de abordar cada temporada fue en conjunto.
Revisión de los plaguicidas
Uno de los cuestionamientos que se han realizado al programa que hasta ahora tenía el SAG es que la lista de plaguicidas considera 45 productos, con 25 ingredientes activos, mientras que en California se permiten solo 19, con 14 ingredientes activos.
En relación con eso, Lucía Varela explica que la diferencia obedece a motivos circunstanciales, por las características particulares de cada zona, ya que en Estados Unidos se buscó seleccionar solo a los químicos que no exacerbaran pestes secundarias que tienen en la región. “Me cuidé mucho de no tratar de matar a los enemigos naturales de las plagas secundarias que teníamos”, explica, y agrega que tomar en cuenta eso es algo que debe analizar cada país.
Sin embargo, Gonzalo Barrios precisa que hay mucha experiencia internacional sobre cuáles plaguicidas son los más efectivos para el control de la lobesia, por lo que cree apropiado replicar en Chile lo que se hace en otros lugares e indicar, de la lista total de productos, cuáles son los que realmente funcionan para cada etapa de la plaga.
En este momento, la nueva directora ejecutiva del programa nacional de lobesia botrana. Grisel Monje, explica que todos los productos que estaban en el listado para ser aplicados en el programa de control están siendo analizados en ensayos nacionales. “Es una decisión que muy correctamente tomó el SAG y, por lo tanto, durante mayo vamos a poder analizar los resultados y ver si hay productos, como se ha comentado muy profusamente, que realmente no sirven, y si es así van a quedar fuera”, afirma.
Una batalla de precisión
El ministro Carlos Furche y el director nacional del SAG, Ángel Sartori, detallan que el objetivo del nuevo programa para combatir la polilla de la vid estará, al menos en el corto y mediano plazo, orientado al control, aunque no descartan más adelante un plan de erradicación en algunas regiones.
“Aquí hay una estrategia gradual. Lo primero que tenemos que conseguir es que la plaga sea controlada al nivel que no amenace nuestro comercio exterior. De ahí para adelante avanzaremos cuanto sea necesario para ir acotando su prevalencia y, a futuro, veremos junto con el sector privado la posibilidad de ponernos metas de erradicación completa”, asegura el ministro.
Sin embargo, reconoce que la situación de cada región es distinta y estima que en zonas como la III y IV, y en el sur de la VIII y norte de la IX Región se podría plantear en un plazo más breve la meta de la erradicación de la lobesia.
Es una visión con la que coincide Ángel Sartori, aunque insiste que en este momento los esfuerzos se tienen que concentrar en el control. “Los programas de sanidad agropecuaria, en general, son bastante dinámicos, y si bien hoy día el objetivo nuestro es la supresión y el control, a mediano plazo tenemos que tomar una nueva decisión respecto de si están las condiciones dadas para su erradicación”, añade.
Para que las nuevas medidas sean efectivas, el experto español Gonzalo Barrios recalca que es fundamental crear una infraestructura que permita hacer un seguimiento de la plaga, que determine su detección, valoración, monitoreo y variación de las poblaciones y momentos de tratamiento, ya que a su juicio “la lucha contra la lobesia se ha convertido en una lucha de precisión”.
Para que la estrategia de control sea exitosa, plantea Barrios, es básica la calidad del equipo técnico que tiene que elaborar esa información, y el que todos esos datos puedan llegar fácilmente a los productores.
En esa línea, Grisel Monje asegura que lo que se está intentando hacer en el SAG es fortalecer y mejorar ese manejo de precisión, buscando que las recomendaciones sean muy específicas en cuanto a qué productos químicos usar y en qué momento de desarrollo o fenología de la planta. “Esa es una de nuestras principales tareas, poder tener ese programa con el nivel de precisión que necesitan los productores, para que sea efectivo el control que ellos están aplicando”, comenta.
Adelanta que están trabajando en un plan de difusión y transferencia tecnológica, a lo que sumarán refuerzos a los pequeños productores, a través de un programa cooperativo con Indap. “Esperamos ir teniendo más logros y generar una mayor conciencia de la importancia que tiene el contar con programas muy específicos y acotados, y cumplir con ellos para poder manejar la plaga en los campos”, agrega Grisel Monje.
Qué pasará con los arándanos
El tema pasa por apoyar también a los productores de uva vinífera, de quienes se dice que en algunos casos no realizarían el plan de control que exige el SAG, que tiene un costo de unos US$ 400 há/año.
Grisel Monje insiste en que “hay que tener una conciencia muy clara”, ya que la polilla es agresiva y se requiere que todos cumplan estrictamente con el programa, por lo que cree que el Estado no puede dejar solos a los productores, que en el caso de los viñateros han tenido pérdidas de hasta 30% y 40% por la lobesia botrana en la última temporada.
En el caso de los arándanos, el especialista español Gonzalo Barrios comenta que la bibliografía muestra que no son solo esos berries los hospederos secundarios que puede tener la polilla, sino que también otras especies que en Europa están alrededor de los viñedos, como los olivos o almendros.
Considera una sorpresa lo que ha pasado en Chile. Sin embargo, dice que no le da mayor importancia y llama a ser optimistas, “porque tiene muchos visos de poder ser controlado, como en la uva”.
Sobre los lineamientos que vienen para estos berries en cuanto a lobesia para la próxima temporada, Grisel Monje explica que se va a revisar la situación, aunque la postura oficial es que los arándanos estarán incorporados en el programa de control oficial del SAG.
“Esto tiene una serie de ventajas, como tener plaguicidas autorizados para los controles y que estarán más claramente dentro de las estrategias que estamos haciendo, tanto en el monitoreo de la plaga como el uso de los confusores sexuales y como en el tema de que los productores tengan claridad con las aplicaciones”, explica.
Y agrega que están actuando para evitar sorpresas como la de los arándanos. “Con las nuevas estrategias, bajando las poblaciones de lobesia, esperamos no tener problemas importantes en ninguna otra especie”, concluye.
 Las seis medidas que se implementarán
v Duplicar recursos: El ministro de Agricultura anunció que se destinarán $7 mil millones de pesos desde el sector público para el control de la plaga, casi el doble de los $3.690 millones considerados para la temporada 2013/2014. A estos recursos, el sector privado aportaría otros $7 mil millones anuales.
v Trabajo conjunto con privados: La constitución de un consejo consultivo entre el sector público y los organismos privados más afectados con la plaga, y un comité permanente entre ambos sectores, con mesas de trabajo para cada área específica del programa de control, será otra de las acciones de la nueva estrategia del Gobierno.
v Panel de expertos: Un objetivo central es mejorar los programas fitosanitarios, para lo cual un panel de expertos chilenos y extranjeros, entre quienes están Luis Sazo y Roberto González, diseñarán un plan de control para reducir las poblaciones de polilla en las zonas más afectadas.
v Confusores sexuales: La estrategia del Minagri contempla intensificar esta herramienta de control de la plaga, que aseguran ha sido eficaz en la meta de disminuir la presencia de lobesia.
Difusión y transferencia tecnológica: Sensibilizar a la ciudadanía y a los productores sobre los efectos que tiene la plaga será parte de un plan completo que informará sobre cómo colaborar a disminuir sus efectos dañinos.
v Revisión del marco legal: El objetivo de las autoridades es buscar, a través del marco regulatorio vigente, la exigencia de un mayor control a otras especies frutícolas distintas a la vid.

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