domingo, 27 de abril de 2014

MÉXICO: Oportunidades y retos en la porcicultura


La Semana Santa es la época con menores ventas y consumo de carne de puerco; sin embargo, para el porcicultor, en especial este año, se presentan precios récord muy favorables, influidos por la disminución en los niveles de producción tanto nacional como internacional, factores que inciden directamente en la rentabilidad de la actividad.   El […]
La Semana Santa es la época con menores ventas y consumo de carne de puerco; sin embargo, para el porcicultor, en especial este año, se presentan precios récord muy favorables, influidos por la disminución en los niveles de producción tanto nacional como internacional, factores que inciden directamente en la rentabilidad de la actividad.

El día lunes 14 de abril del 2014 el precio de la carne de puerco en pie reportado por las uniones de porcicultores de Guanajuato, Michoacán y Jalisco oscila entre los 27 y 28 pesos por kilo, cuando el lunes de la misma Semana Santa del 2013 el precio fue de 19 a 20 pesos, significando un incremento de 40 por ciento.

Este comportamiento corrobora las expectativas tanto de la Confederación de Porcicultores, de otras organizaciones y de la industria, en el sentido de que este año el precio por kilogramo caería menos que otros años y que repuntarán ligeramente o se mantendrán cuando menos durante el segundo trimestre del año.

De igual forma, los precios internacionales han tenido un comportamiento a la alza y todo este escenario ha motivado algo que no había ocurrido antes: consumidores importantes como tiendas de autoservicio y la Cámara de la Carne han tenido acercamientos con las organizaciones de porcicultores con el fin de hacer contratos de suministro a futuro, lo que permitirá una mayor alineación de la producción con la demanda, de forma que los precios al consumidor no se vean afectados como hasta ahora y no sean un factor determinante que incida en la inflación.

Es una realidad que México no ha podido ser autosuficiente en la producción de carne de cerdo cuya población demanda alrededor de 1.9 millones de toneladas, teniendo que recurrir año tras año a la importación, principalmente de Estados Unidos y de Canadá, que en los últimos años ha sido por el orden de las 700,000 toneladas, que representan un déficit comercial de cerca de 35 por ciento.

Si bien la condición atractiva de mercado actual de precios del puerco en pie y la reducción de los costos de los granos para alimento del ganado representa una oportunidad para los porcicultores, también es importante destacar que, en los últimos años, han sido diversos los factores que han desestimulado la producción, desde la introducción de piezas como la pierna de cerdo, que no las valora el mercado estadounidense y que se comercializan a menor costo en el mercado mexicano, hasta la organización para la producción e integración de los porcicultores mexicanos.

Sin duda, el reto más importante es establecer la estrategia a implementar para que la producción sea más eficiente, productiva y rentable. En este sentido hay dos corrientes:
1) quienes apuestan a la concentración de la producción en menor número de productores y atender así con mayor facilidad los requerimientos sanitarios y de tecnología de la actividad con empresas más integradas que trae como consecuencia mayor orden, mejor productividad y atención eficiente de la demanda del mercado y
2) los que están en favor de diversificar la producción en empresas medianas operando con un cooperativismo en pro de la integración de la red de valor, organizados para la compra de insumos, la contratación de tecnología, así como en la apropiación de los procesos de valor agregado a través de desarrollo de proveedores, alianzas estratégicas, coinversiones, que finalmente se traduzcan en conquistas de mercado.

El segundo caso se observa en apariencia complicado porque implica la participación de organizaciones de porcicultores con formación empresarial. Sin embargo, se tienen experiencias concretas y claros avances en este sentido. A continuación comentamos tres casos:

1) La porcicultura en Sonora, en donde han participado una Unión de Porcicultores y varios grupos empresariales para alcanzar economías de escala principalmente en el acopio de grano —principal insumo de la producción y en la comercialización de sus productos— incluso hasta llegar a la exportación a Japón y Corea del Sur, con beneficios evidentes en reducción de costos de producción y mejora de la rentabilidad.

2) La experiencia de Guanajuato, donde los pequeños productores han logrado mejorar sus indicadores de productividad y rentabilidad apoyándose en una Unión de Porcicultores para que les proporcione servicios de alimento balanceado, medicinas y genética, seguro pecuario, financiamiento y acompañamiento técnico. Con el apoyo de FIRA, adicional al financiamiento, han estructurado un proyecto de productividad con la participación de un consultor especializado y 15 técnicos distribuidos en sus asociaciones locales, el cual beneficia a 200 pequeñas empresas en las cuales se ha reflejado un incremento en el número de cerdos vendidos y por consecuencia en su ingreso.

3) En cambio, en Yucatán, la diversificación se está logrando con la participación de una empresa importante que le da la oportunidad a pequeños porcicultores inversionistas a través de esquemas de aparcería o asociación en participación en la producción, proporcionando insumos, asistencia técnica y mercado.
Definitivamente, desde el punto de vista de la responsabilidad social, esta última propuesta es la más adecuada, porque permite una diversificación dando la opción productiva a un mayor número de productores. Sin embargo, se requiere de la participación y apoyo del gobierno federal a través de sus dependencias y banca de desarrollo para facilitar la tecnología e inversión a través de apoyos integrados, así mismo para el fortalecimiento de las Uniones de Porcicultores en la parte administrativa, gerencial y de gobierno corporativo.
La porcicultura mexicana tiene varios retos en adelante; entre ellas, continuar promoviendo la inocuidad en la producción a través de la transferencia de las buenas prácticas de granja que les facilite incursionar con mayor facilidad en mercados exigentes, organizar la producción para que en lo posible la oferta sea congruente con la estacionalidad de bajo consumo en algunos meses del año, que la actividad siga siendo una opción productiva para un mayor número de porcicultores y aplazar la concentración de la producción de tal manera que no los haga vulnerables a que la inversión extranjera se apropie de ella, coordinar con gobierno los apoyos asistenciales e inversión a pymes de porcicultores y la organización de las importaciones de manera que no generen volatilidad en los precios.
Podemos concluir que hay opciones productivas y rentables de organización para la producción e integración de la red; así como de diversificación de participantes para atender los requerimientos del consumo nacional y los mercados más exigentes de exportación, incrementando la producción de carne de puerco que nos permita reducir el déficit comercial.
Alonso Vargas Palma es subdirector Regional del Promoción en la Dirección Regional de Occidente de FIRA. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

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