El maíz sube en ascensor; la soja baja por la escalera
Con 205 dólares por tonelada, el cereal toca el precio más alto en toda nuestra historia. La soja tiene una tendencia bajista, y paso a paso, va en busca de nuevos mínimos.
Paso a paso, el mercado de maíz fue ganando posiciones. La actitud del Gobierno de liberar los ROE –entre julio y las primeras semanas de noviembre totalizan 10 millones de toneladas– está dando sus frutos y con creces, pues el mercado se libero del cepo de los ROE y comenzó a operar en precios de paridad muy cercanos al FAS real.
Todo esto sucede en un momento donde el mercado mundial de maíz venía convulsionado por la sequía en Estados Unidos, a ello se suma la situación climática en la Argentina donde el exceso de lluvias esta demorando las siembras.
De acuerdo al informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires al 08 de noviembre se había sembrado de maíz el 44 por ciento de la intención de siembra. Lo mismo esta sucediendo con la siembra de soja, con solamente el 10 por ciento sembrado a la misma fecha.
Mientras el maíz toca nuevos máximos, en la jornada del miércoles en el Matba la posición abril 2013 cerraba a 205 dólares/tonelada, el precio mas alto en toda nuestra historia. En cambio la soja tiene una tendencia bajista, y paso a paso va en busca de nuevos mínimos. El cierre de la soja mayo 2013 en el Matba fue de 322,5 dólares/tonelada.
Con estos precios de soja y maíz, la relación de precios entre ambos productos es de 1,57:1, la relación más favorable al maíz de los últimos 10 años. De continuar esta tendencia en los dos productos, la relación de precios va a camino a llegar a una relación 1,5:1, ya sea porque la soja baje al nivel de 310 dólares/tonelada o el maíz suba a 215 dólares.
Por el lado productivo o de la oferta, ambos cultivos están sufriendo un atraso más allá de lo normal y de la fecha aconsejable y óptima de siembra, y por este motivo se especula con una caída considerable en rindes potenciales.
No hay experiencia reciente de un atraso en las siembras de semejante magnitud, y en este año muy particular el atraso se produce por exceso de humedad en los suelos y falta de piso para efectuar las labores de siembra.
Se habla que la soja sembrada luego del 15 de noviembre, puede tener una caída en sus rindes potenciales de 30 kilogramos/hectárea por cada día de atraso a partir de esa fecha.
En el caso del maíz de siembras tardías o de segunda, en estos últimos años se viene confirmando una gran estabilidad en los rendimientos.
Esta última campaña se han dado casos de rindes de maíz de segunda o tardíos, de 10.000 kilogramo/hectárea y muchas zonas han logrado un piso en los 8.000 kilogramo/hectárea. Estos rindes de maíz hay que compararlos con los rindes de una soja de segunda, que se ubican en un rango de 1.500 a 3.000 kilogramo/hectárea, de acuerdo a la zona.
En estos momento el productor tiene una segunda chance, si tiene demoras en las siembra de los cultivos de verano tiene que evaluar muy bien que cultivo sembrar. Y esta decisión depende de cada campo y de cada productor en particular, pues son los únicos que saben cuanto puede rendir un maíz tardío y cuanto puede rendir una soja tardía.
El único consejo que le podría dar a los productores es, “lean los mercados”, esto quiere decir que deben saber a cuanto cotiza el maíz nueva cosecha y a cuanto cotiza la soja.
Una vez conocido a cuanto cotizan estos dos mercados, el productor debe hacer su margen bruto en función de un rinde probable y de acuerdo a su experiencia en estos últimos años. A partir de estos datos se comparan los margen bruto de los cultivos, se evalúan los rindes de indiferencia y el riesgo potencial de subas o bajas de rindes.
Me animo a adelantar que en muchas zonas de producción el maíz arroja no solamente un mejor margen bruto que la soja, sino que es mas seguro de lograr en cuanto a rindes probables a cosecha. El otro riesgo para el otoño es que se anuncian lluvias por arriba de lo normal, y esto es poco favorable para la soja.
Si bien es muy difícil predecir las lluvias, los climatólogos están pronosticando un otoño llovedor. Una buena forma de atomizar el riesgo es sembrar un porcentaje de maíz (30-40 por ciento) que logre diversificar la producción, superar probables exceso de lluvias en cosecha y mejorar la sustentabilidad del sistema.
En el plano regional tenemos una situación muy similar en Brasil, de arranque la demora de las siembras de soja en dicho país ya supera los 60 días. El clima esta influyendo sobre los cultivos de distinta forma.
Analizando el conjunto, se estima que el 25 por ciento de la producción potencial corre serio riesgo de verse perjudicada, hecho que alejaría a Brasil de la cosecha récord de 83 millones de toneladas que se espera. Si Brasil no tendrá producción récord y Argentina no podrá llegar a los 50 millones de toneladas, tenemos argumentos para dar chances de sustento a los precios de la soja nueva.
*Analista del mercado, director de Agripac Consultores
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