sábado, 24 de noviembre de 2012


Chile: Productores frutícolas analizaron el escenario económico global y su implicancia en el tipo de cambio

Una interesante jornada de análisis y reflexión respecto del escenario económico mundial y sus implicancia en el ámbito macroeconómico nacional se llevó a cabo este miércoles en el marco del seminario, “La Apreciación del Tipo de Cambio en una Economía Exportadora”, evento organizado por Rabobank y Fedefruta y que contó con la especial participación del Jefe de Investigación de Mercado & Finanzas de la entidad financiera, Jan Lambregts y el Decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Manuel Agosín.
La actividad se desarrolló en el Auditórium Seminarium de Vitacura y congregó a unos 80 productores y exportadores de fruta, encabezados por el presidente de Fedefruta, Cristián Allendes, quienes tuvieron la oportunidad de interiorizarse sobre lo que está sucediendo y qué se puede esperar en torno al desempeño de los principales mercados para la industria frutícola como Europa, Estados Unidos y Asia, y además, entender cómo lo que está ocurriendo en dichos mercados termina afectando la competitividad del sector.
Economía Mundial
En la oportunidad, Jan Lambregts indicó que la economía global se encuentra inmersa en una “crisis de deuda y bastante cerca de una recesión mundial”, y en la cual, la Eurozona, en particular, experimentará “un crecimiento bajo por varios años más”.
Con relación a Estados Unidos, el ejecutivo advirtió que el próximo año se registrarán una serie de recortes y que este impacto se espera termine traduciéndose en que la economía del país registre una caída en su crecimiento esperado de 2,5% a 1,5%.
El experto precisó, eso sí, “que el problema (de la crisis) no está afectando a las grandes corporaciones. El problema son los gobiernos y es el primer problema a resolver” y agregó que, “en 2013 se espera un ambiente de bajo crecimiento, pero sin problemas de inflación, al menos, en el corto plazo”, aunque no descartó que en el largo plazo, sí se convierta en un inconveniente de mayor preocupación.
Lambregts comentó también que “el impulsor de crecimiento” viene dado por el crecimiento de China, Asia en general, menos Japón y el resto de los países BRIC. “En este momento, los países emergentes van transitando hacia el impulso del crecimiento mundial, lo cual es positivo, porque se necesita tamaño (papa sostener este crecimiento) y muchos lo tiene”, explicó.
En todo caso, el ejecutivo apuntó “(la economía mundial) no podrá crecer lo suficiente para solucionar la crisis de deuda” y que relativo a la Unión Europea, de no mediar una “unión fiscal”, difícilmente se logrará superar las turbulencias que actualmente aquejan. “No se trata de transformarse en los estados unidos de Europa, sino que de corregir un sistema que ha sido diseñado erróneamente, ya que existe una unión monetaria, pero 17 políticas fiscales diferentes”, manifestó Lambregts.
En el final de su presentación, el experto apuntó que a pesar de que se espera una mejoría de la zonaeuro y recuperación de las tasas, el peso seguirá fortaleciéndose y que en 5 años más la inflación será un tema preocupante, ya que habrá mucha presión por alimentos y metales.
“Los precios reales de los alimentos van a subir en los próximos años. Eso implicará aplicar mucha innovación”, puntualizó el ejecutivo.
Situación local
Con relación a la situación doméstica, el Decano de la Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile, Manuel Agosín, explicó que el tipo de cambio es una de las variables macroeconómicas de mayor relevancia y dado esto, “es necesario tomar en cuenta que Chile posee  características muy particulares. Nuestro tipo de cambio nominal está muy correlacionado con el precio del cobre y con los flujos de capital, lo cual lo deja a merced de una variable que poco tiene que ver con nuestra política económica interna y que no representa la competitividad externa de nuestra economía”, explicó.
El economista aseguró además que es “imposible” contar al unísono con las tres principales variables que influyen en el tipo de cambio como es la independencia monetaria, la estabilidad cambiaria y la integración financiera plena. “El tercer objetivo no será posible de alcanzar una vez que hayamos elegido dos. Si queremos estabilidad cambiaria e integración financiera, debemos sacrificar independencia monetaria (con tipo de cambio fijo). Si queremos independencia monetaria e integración financiera, debemos sacrificar estabilidad cambiaria. Si queremos independencia monetaria y estabilidad cambiaria, debemos sacrificar integración financiera”, señaló Agosín.
De igual modo, el académico explicó que el objetivo central de la economía chilena debiera apuntar a la diversificación productiva, en un marco de estabilidad de precios, sin embargo, advirtió que “la inestabilidad cambiaria ha conspirado en contra de este
objetivo central” y agregó que factores como una balanza de pagos muy dependiente de precios del cobre y flujos de capital, como elementos que tiene una cuota de especulación, “han acentuado la volatilidad del tipo de cambio.”
Por lo anterior, Agosín afirmó que “dejar que el tipo de cambio se determine de manera completamente libre, sin tomar en consideración que su movimiento sólo puede deberse a factores especulativos, podría tener consecuencias negativas en la economía” y agregó que “El Banco Central en este sentido, podría tener un rol más activo y no sólo valorar la brecha de inflación, entre la inflación efectiva y la inflación meta, sino también las desviaciones del tipo de cambio, por ejemplo, respecto a un valor de largo plazo”.
Según el Decano de la Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile, lo anterior implicaría intervenciones como las que se han dado en los últimos 13 años, pero realizadas de forma más seguidas, “porque las desviaciones del tipo de cambio de sus valores de equilibrio de largo plazo son mayores que las que la autoridad ha estado asumiendo”, explicó.
Enfermedad holandesa
Para evitar la enfermedad holandesa, Manuel Agosín indicó que se debe influir sobre los fundamentos, aprovechando el precio del cobre, pero ahorrando todos estos ingresos tributarios del metal rojo para colocarlos en un fondo soberano.
Sin embargo, según el académico, “El Estado no se esfuerza por aumentar los
ingresos tributarios que provienen de otras fuentes, haciendo bajar más aún el precio de la divisa. La diversificación exportadora se estanca y no aparecen proyectos de exportación nuevos por no ser rentables (o ser de rentabilidad incierta).
Frente a todo lo anterior, Agosín señaló que “es necesario tener un rol más activo en la política cambiaria, un rol que permita asegurar la competitividad de nuestro sector exportador y que no deje que  movimientos especulativos en el precio del cobre y los capitales externos dañen  nuestra economía y  para la enfermedad holandesa, influir sobre los fundamentos: seguir la regla noruega, que es ahorrar todos los ingresos tributarios provenientes del cobre y gastarse sólo los intereses (dividendos) del fondo soberano”.

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