viernes, 23 de noviembre de 2012

China quiere tecnología de Brasil para su agro



El embajador de China en Brasil, Li Jinzhang, habló sobre inversiones en educación, tecnología y energía limpia, prioridades de la política económica de su país para los próximos años.
S. PAULO (Época). Cuando niño, a principio de 1950, Li Jinzhang soñaba en ser conductor de tren.
 
Hijo de ex operarios de líneas ferroviarias, creció en una China esencialmente agraria, atrasada y guiada por una política económica cerrada. Ingresó en la diplomacia en 1976, año en el que murió el líder comunista Mao Tse-Tung, marcando el fin de la Revolución Cultural y, dos años más tarde, el principio del proceso de apertura de la economía del país. Li no imaginaba que un día se volvería embajador, mucho menos que sería de la segunda potencia mundial. El diplomático representa los intereses chinos en Brasil desde principios de este año. Antes, trabajó en Cuba y Nicaragua, fue embajador en México y vice ministro de los Negocios Extranjeros de China. Li habló con ÉPOCA sobre los avances en educación y tecnología para modernizar la industria de transformación china y afirma que la ampliación de la demanda interna de los brasileños y chinos está creando condiciones más favorables aún para la cooperación comercial entre los dos países.
 
-¿Cuál es la tendencia para la importación de bienes de consumo para China en los próximos años?
 
–Con el crecimiento económico del país, el ingreso per cápita de los chinos está aumentando. Eso hace crecer la demanda por productos importados, pero intentaremos mantener nuestra balanza comercial equilibrada. En los próximos 5 años, el volumen total de importaciones chinas debe superar US$8 billones. El año pasado, nuestras importaciones sumaron US$ 1,7 billón. El gobierno chino viene anunciando una serie de medidas para incentivar y facilitar las importaciones, como la reducción de tarifas y mejoras de administración externa. Eso traerá buenas oportunidades para todos los países, inclusive Brasil, de hacer negocios en China.
 
–Así como Brasil, China posee una necesidad de inversión muy alta. ¿Empresas brasileñas pueden esperar actuar en proyectos de infraestructura en China en los próximos años?
 
-Las empresas brasileñas con bienvenidas. Ya existen compañías poderosas actuando en China, como Vale y Embraer, que realmente hicieron buenos negocios. Estamos dispuestos a crear un ambiente cada vez más atractivo. Queremos facilitar las inversiones brasileñas y suministrar toda la ayuda y el apoyo necesarios. Invertir en China hoy es totalmente diferente de hace 30 años, cuando comenzamos nuestra apertura económica. Más de 190 países ya invierten en China y muchos otros ya se muestran interesados, lo que vuelve al ambiente más competitivo.
 
-¿Cuáles son los principales aspectos que hacen tan exitoso el modelo actual de educación china? ¿Cómo debe evolucionar en los próximos años?
 
–En 2008, China amplió el programa que prevé educación pública y obligatoria en todo el país. Con eso el acceso a la educación universal fue popularizado, dejando de ser un privilegio de la elite china. Nuestro objetivo es que ningún niño quede atrás. Por supuesto que proporcionar una educación de calidad para 1.300 millones de personas no es tarea fácil. Es necesario aún llegar a los niños de las zonas rurales y minorías étnicas. La China es un país en desarrollo, con problemas típicos de países en desarrollo, como la precariedad de la educación.  Pero estamos progresando. En 2009, la provincia china Shanghai quedó en 3er. lugar en la clasificación general del Pisa (Programa Internacional de Evaluación del Alumno), realizada por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, dejando atrás los otros 64 países participantes, como Corea, Finlandia y Canadá. Brasil quedó entre las 53º y 57º posiciones). Nuestras inversiones en educación corresponden hoy a 4% del PIB. (Brasil invierte 5%). Vamos a profundizar los estímulos también en la enseñanza técnica y la calificación profesional.
 
–China está volviéndose, rápidamente, una potencia tecnológica. ¿Cuáles son las principales características de esa política exitosa?
 
–Incentivar la innovación es una de las prioridades de nuestra política. Ciencia y tecnología son fundamentales para un crecimiento sustentable. Como resultado de nuestras inversiones, conseguimos avances inéditos en áreas como nanotecnología, informática cuántica y vehículos híbridos – sin hablar del constante aumento del número de registros de patentes. También presentamos resultados significativos en energía solar, eólica y biológica. Hoy, China es el mayor productor de equipos de energía solar del mundo. Pero aún falta intensificar la utilización de esa energía limpia en las industrias, así como tecnologías más modernas para elevar nuestro nivel de transformación industrial. Vamos a invertir aún más en investigaciones y en establecer vínculos con universidades y organizaciones de alto nivel para aumentar la competitividad de nuestras empresas, así conseguiremos dejar un verdadero legado de innovación.
 
 
–¿El gobierno tiene interés en estimular el surgimiento de pequeñas empresas chinas?
 
–Estamos pasando por un proceso de revisión de criterios para la clasificación de micro y pequeñas empresas, pero puedo decir que se están volviendo una fuerza impresionante en la economía china. Un ejemplo evidente sucede en el centro de Shanghai, donde en una pequeña área con pocos edificios se concentran miles de tiendas. Algunas tienen poco más de 1 metro cuadrado, pero el volumen de ventas puede llegar a decenas de millones. Las micro empresas también son grandes suministradores para empresarios más grandes y están contribuyendo de forma significativa al crecimiento económico del país.
 
–¿El yuan podrá ser adoptado como moneda nacional en el comercio entre China y Brasil? ¿En qué nivel del debate está la idea?
 
–El Banco de China y el Banco Central del Brasil ya están realizando análisis técnicos sobre la liquidación de la moneda local entre los dos países. En los últimos años, el gobierno chino desarrolló una serie de acciones para promover la circulación del Yuan en la comunidad internacional. En abril de este año, el Banco Popular de la China anunció que duplicaría el intervalo de valorización o desvalorización del yuan, a una tasa de hasta 1% todos los días. Antes de eso, el valor máximo permitido era de 0,5%. Esa medida va a ayudar a promover el proceso de internacionalización de nuestra moneda. En la 4ta. cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), los países miembros se mostraron dispuestos a cooperar por la ampliación de la escala de crédito y liquidación de la moneda local.
 
-¿Qué representa Brasil para China?
 
–Brasil fue el primer país en vías de desarrollo que estableció con China sociedades estratégicas sólidas. Profundizamos las relaciones bilaterales de forma intensa y la cooperación entre los dos países, en el ámbito económico y social, está cada vez más fuerte. China ya se volvió el principal socio comercial de Brasil en Asia, el mayor destino de las importaciones brasileñas y uno de los mayores inversores del país. Brasil saltó al 9º socio comercial de China. Los dos países pueden aprender mucho uno con otro, aprovechando las ventajas complementarias que tiene dentro de sus experiencias particulares, hay varios ejemplos positivos. Uno de ellos es la tecnología agrícola. La brasileña es muy avanzada. Todo el mundo, inclusive China, está interesado en la tecnología de la agricultura brasileña. Los dos países pueden complementarse y avanzar juntos. La cooperación entre China y Brasil tiene potencial y viene trayendo consecuencias positivas no solo para los dos países, para el mundo.

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