viernes, 27 de febrero de 2015

USA: la banda ancha será un servicio público


Como se esperaba desde hacía 11 días, la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) aprobó ayer la propuesta de que los operadores de banda ancha de ese país sean reclasificados bajo el Título II de la ley de telecomunicaciones. Esto significa que dejarán de estar casi libres […]
Como se esperaba desde hacía 11 días, la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) aprobó ayer la propuesta de que los operadores de banda ancha de ese país sean reclasificados bajo el Título II de la ley de telecomunicaciones. Esto significa que dejarán de estar casi libres de regulación estatal y pasarán a convertirse en common carriers, con lo que quedarán sujetos a estrictas reglas de interconexión y de no discriminación. No se regularán, en cambio, las tarifas. La decisión fue interpretada como un triunfo de la neutralidad de la Red.
Fue, en rigor, un voto cantado, porque el directorio de la FCC está compuesto por tres demócratas y dos republicanos. Los primeros siempre han defendido la neutralidad de la Red, mientras que los republicanos, contrarios a la intervención estatal, prefieren que Internet también sea regulada por el mercado. Por eso se anticipa que ahora presentarán proyectos de ley que minimicen el efecto de la nueva disposición de la FCC. Se prevé también una avalancha de juicios.
¿Qué es la neutralidad de la Red? El creador de la Web, Tim Berners-Lee, y uno de los inventores de Internet, Vinton Cerf, son defensores incondicionales de la neutralidad. Bob Kahn, el otro padre de Internet, es enemigo jurado de la neutralidad. ¿Cómo puede ser? La explicación es sencilla: la frase “neutralidad de la Red” significa varias cosas diferentes.
Por un lado, quiere decir que ningún tráfico de datos puede ser discriminado o privilegiado de forma arbitraria. Si las telefónicas y empresas de cable empezaran a cobrarles a Netflix o a YouTube por una conexión de muy alta velocidad, podrían evitar invertir en conexiones de muy alta velocidad para las empresas que no pagaran esa tarifa y, además, ahogarían a los nuevos emprendimientos, dejando la Red en manos de unas pocas grandes billeteras. En una Internet así, ni Netflix ni YouTube hubieran tenido ninguna posibilidad de surgir. A esto se refieren Cerf y Berners-Lee.
Pero, a la vez, en muchas situaciones es menester priorizar ciertos paquetes de datos, por ejemplo para evitar problemas de congestión. A esto se refiere Bob Kahn.
Todos tienen una parte de la razón, y legislar sobre la neutralidad se ha probado arduo. Mientras Eslovenia, los Países Bajos e Israel han circunscripto la neutralidad mediante una serie de excepciones, la Argentina y Chile plantean una neutralidad monolítica. Simplificación peligrosa que, en el país trasandino, ha convertido a Wikipedia Zero en ilegal, porque privilegiar el tráfico de la enciclopedia es contrario a la neutralidad. Aunque beneficie a los sectores más vulnerables.
En cuanto a la decisión de la FCC, se limita a los Estados Unidos y el efecto es exclusivamente local; Internet es global, por definición. Sin embargo, podría sentar un precedente y, de hecho, la Cámara de los Lores inglesa hizo la semana última un llamado para que el gobierno de ese país también reclasifique la banda ancha como un servicio público. En el escrito citan el caso de Estonia, donde el acceso a Internet es considerado un derecho humano. Lo mismo que en Finlandia.
El consenso general es, sin embargo, que no habrá grandes cambios en lo inmediato para los consumidores (estadounidenses). La norma entrará en vigor 60 días después de que se publique en el Boletín Oficial. La batalla por una Internet abierta, que es la meta, recién empieza.

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