El clima de la primera quincena de noviembre pareciera mostrar una tendencia a mayor normalidad, con menor cantidad de lluvias que octubre. Por eso, en la mayor parte de la región pampeana no inundada se reanudó la siembra de soja, aunque con las dificultades propias de la falta de piso y otras complicaciones. Sucede que [...]
El clima de la primera quincena de noviembre pareciera mostrar una tendencia a mayor normalidad, con menor cantidad de lluvias que octubre. Por eso, en la mayor parte de la región pampeana no inundada se reanudó la siembra de soja, aunque con las dificultades propias de la falta de piso y otras complicaciones. Sucede que muchos lotes por implantar tienen rastrojos de maíz, que acumulan un volumen de materia seca hidratada muy superior al de un residuo de cosecha de soja. Allí, las sembradoras se atoran con frecuencia.
“Estamos tratando de sembrar aunque sea los sectores altos de los potreros, para sacarnos hectáreas de encima, porque ya estamos en fecha crítica y falta mucho trabajo; los sectores bajos de los potreros quedarán para después, cuando se terminen de secar”, distinguió un contratista de Venado Tuerto.
“Históricamente no había mucha más superficie sembrada que la que hay en 2012, pero en esta época los sembradores trabajábamos a full. En septiembre y octubre de este año, en cambio, hubo muchos días con las máquinas paradas, lo que complica el panorama hacia adelante si vuelven las lluvias. Hay mucha preocupación en los contratistas y los productores que desarrollan cultivos en campos propios y alquilados por lo que está en juego”, añadió. La cosecha tardía de soja puede ser muy peligrosa en un otoño húmedo como el que se pronostica.
“Las complicaciones para sembrar cobran particular importancia en un año como este, en el que muchos productores pasaron de largo con la cosecha fina, para apostar mucho más a la gruesa, que luce complicada en su implantación”, terció un reconocido consultor agroeconómico.
Siembra a 52 centímetros
“Hasta ahora estamos sembrando soja a 52 centímetros entre líneas, con la máquina de granos gruesos. Pero si vuelve a llover mucho y vemos que no llegamos, habrá que agregar la de granos finos y sembrar a distancias más cortas a chorrillo, por más que se obtenga menor precisión que cuando se siembra con placas”, apuntó el técnico.
“Los nervios que surgen con el avance del almanaque no deben llevar a sembrar de cualquier forma en suelos saturados de humedad. En esas condiciones no hay peligro de toxicidad del fertilizante en la semilla porque se disuelve rápido, pero sí hay riesgos de fratachado en la línea de siembra, lo que genera pésimas condiciones para la germinación”, advirtió un especialista en maquinaria agrícola.
El área planificada originalmente para maíz ya no se podrá completar, circunstancia que reflejan los precios del Mercado a Término de Buenos Aires (Matba). “La siembra temprana quedó trunca y lo que se pudo implantar enfrenta dificultades: en un lote con agua hay plantas verdes oscuras en la loma, verdes claras en los sectores saturados de humedad y marrones secas en lo inundado”, distinguió un técnico de Rufino.
En los lotes no inundados, muchas plantas del maíz han sido muy dañadas por vientos, tienen las hojas deshilachadas y sufren deficiencia de nitrógeno porque las lluvias lavaron los nitratos a profundidad. También hay muchas pérdidas de plantas por ataques de oruga grasienta en los lotes en los que no se hizo tratamiento preventivo durante el barbecho.
La alternativa es la siembra en fecha tardía buscando la floración en febrero y la cosecha en mayo-junio. Mientras tanto, se aprovecha para adelantar con la siembra de soja.
Los productores tienen intención de incluir nuevamente al maíz en la rotación por su alto precio, pero conducen los cultivos con una actitud muy cauta: “Nadie nos asegura que El Niño va a dar lluvia suficiente en diciembre-enero para la floración y por eso opté por usar bajas densidades de siembra en los maíces tempranos”, contó un productor de Rojas.
En su establecimiento, el agricultor logró utilizar sólo 0, 75 bolsas de semilla por hectárea, reduciendo la población en las lomas y utilizando híbridos prolíficos. Busca un planteo tranquilo y de bajo costo, porque su situación financiera es delicada luego de la sequía del ciclo 2011/2012. La dosis de fertilizantes se ajusta a partir de las recomendaciones de laboratorios de suelos, sin agregar demás.
En materia comercial, hay productores que han aprovechado para vender un 20-25 por ciento de la cosecha esperada a 330 dólares por tonelada de soja y a 200 dólares por tonelada de maíz, y siguen vendiendo para cubrir -por los menos- los costos, sobre todo en campos alquilados, en la medida que pueden sembrar. La baja de los precios de la soja de esta semana, que muestra la fuerte influencia que tienen los fondos de inversión en el mercado, determina que muchos agricultores vayan a lo seguro y aprovechen precios que están por encima de los de años anteriores.
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