sábado, 2 de mayo de 2015

ESPAÑA: El jamón logra entrar en el mercado árabe... de la mano de la cabra majorera


El restaurado Marcos Gutiérrez ha recurrido a la sabiduría de los cabreros para crear su producto.-

El jamón logra entrar en el mercado árabe... de la mano de la cabra majorera
El jamón es un proudcto vetado para la cultura árabe, aunque ahora se ha abierto la posibilidad de abrir un nuevo mercado en estos países con un nuevo jamón no de porcino, sino de cabra majorera, que se suma la iniciativa del jamón de la pata de cordero. La iniciativa caprina vien de la mano de Marcos Gutiérrez, que lleva diez años trabajando en este proyecto en su restaurante, donde reconoce que "me están volviendo loco" con este invento, aunque él prefiere llamarla "cecineta, mezcla de cecina y tocineta; y siento que hago algo parecido a lo que hacían nuestros mayores, cando secaban la carne de cabra con sal. A veces la llevaban a la orilla del mar y esa era la forma en que la conservaban".
       La curiosidad por saber cómo hacían antes las cosas lo llevó a preguntarle a los cabreros más antiguos de la isla acerca de sus tan arraigadas costumbres, transmitidas de generación en generación y que hoy constituyen un auténtico saber inmaterial, según cuenta Bernardo Sagastume en www.abc.es.
    Cada pata de jamón pesa entre 3,5 y 4 kilos y en el proceso también se incluye el ahumado. Gutiérrez prefiere deshuesar la pata y cortarla en máquina, no con el cuchillo jamonero. Su presencia es uno de los grandes atractivos de su restaurante, con una fama que ya ha trascendido la isla.
      "Tengo un amigo en Dubái, un músico canario que toca allá en una orquesta y que quiere distribuir el jamón de cabra en ese país. Para ellos sería la manera de comer jamón sin que sea cerdo, que está prohibido", dice, sin estar convencido del todo de las posibilidades de su producto en los países árabes. Pese a todo, ya se ha informado de que, si fuera el caso, deberían ser animales sacrificados con arreglo a la ley islámica.
    Es cierto que ya ha habido otros que lo han intentado. En Vigo, la Universidad firmó un convenio para hacerlo con cabras marroquíes y en Huelva hay un tunecino que experimenta con cordero. "Pero nuestra cabra, la majorera, es diferente, porque no come tanto verde —ausente en la isla—, sino hierba seca y grano. Además, si es de costa tiene más fibra por su cría en libertad. Por eso su sabor no es tan fuerte y no genera el rechazo que algunos sienten por este tipo de carne", explica.

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