domingo, 31 de enero de 2016

URUGUAY: “La operación de compra de El Tejar costó algún sudor y lágrima”


“No estamos ahora para hacer inversiones, al contrario”, dice gerente de UAG
Uno de los mayores grupos agropecuarios de Uruguay, el Union Agriculture Group (UAG) mantiene firme la idea de comprar un frigorífico para procesar su ganado y darle mayor valor agregado, incluso aspira a preparar platos congelados que puedan colocarse en las góndolas de los supermercados europeos o estadounidenses, en nichos de alto valor.

El gerente general de UAG, Oscar Costa, recordó que en 2015 la empresa produjo 80.000 cabezas bovinas y de ese volumen fueron extraídos más de 30.000 vacunos.

Aunque admite que hoy no es el momento de comprar una planta, la apuesta a incursionar en la industria frigorífica uruguaya apunta a “cerrar la cadena”. Costa dijo que UAG tiene una vocación cierta de que las cadenas “tenemos que manejarlas desde el primer eslabón, que es la genética hasta el último, que es el cliente final. Si es posible, al cliente final hay que darle esa materia prima preparada, darle valor”. Por eso reafirmó que sueña “no sólo con procesar la carne en un frigorífico, sino en poder tener una industria que elabora platos para colocar en los supermercados de la Unión Europea o Estados Unidos. Eso no es imposible, es totalmente alcanzable con la tecnología que hay”, reflexiona el gerente general de UAG en entrevista con El País.

Costa aclara que “hoy no es el momento de comprar frigoríficos, primero porque las industrias después de algunas ganancias importantes se pusieron caras, han pagado sus deudas y se volvieron caras”. Sin embargo admite que, en algún momento “van a venir momentos de vacas flacas seguramente otra vez”.

El grupo, en el segmento ganadero está dedicado a la cría, la compra y el engorde de bovinos para la venta a frigorífico y a firmas rematadora. Produce carne en la mayoría de los establecimientos ganaderos para complementar el sistema de rotaciones y para hacer que áreas que no son aptas para los cultivos sean viables.

Actualmente la empresa redujo un poco sus existencias ganaderas en el marco de una reestructura que apunta a pagar algunos pasivos y continuar produciendo sin deudas. “Es preferible vender ganados y no campos”, admite Costa, aunque el grupo vendió algunas tierras y continuará haciéndolo, para estabilizarse en el entorno de las 100.000 hectáreas, aunque supo manejar 138.000 hectáreas. UAG también produce madera, miel, lana y ovinos, arroz y cultivos de verano e invierno.
—¿Se prevén nuevas inversiones en el corto plazo?
No estamos en este preciso momento para hacer inversiones, todo lo contrario, estamos poniéndonos al día en algunas situaciones de desajuste que se dieron por la situación internacional de caída de precios agrícolas, pero además por el negocio de la compra de El Tejar, que se hizo en un momento que no era el más apropiado. Esa operación está terminada y nos costó algún sudor y alguna lágrima.

—¿Además de El Tejar se tenía en mente alguna otra empresa?
—En aquel momento, teníamos en vista alguna posibilidad de comprar frigorífico y hoy viéndolo capaz que hubiera sido mejor.

—¿Cuáles son las metas para 2016?
—Ajustar los números, dejar las cuentas claras, pagar algunos pasivos que teníamos y algunos que siguen quedando. Todo lo que eran pasivos con contratistas se pusieron al día, hay algún pasivo de corto plazo con bancos que estamos pensando reperfilar o pagar a través de la venta de campos.

—¿Es posible que UAG achique más el área agrícola?
—La idea es quedarnos con una compañía del orden de las 100.000 hectáreas. Habíamos llegado a 138.000 hectáreas propias y la idea es quedarnos con unas 100.000 hectáreas sin ninguna deuda y a partir de ahí trabajar con el máximo de eficiencia, con los mismos costos, tratando de ser rentables y mirando el futuro para hacer las cosas bien. Tratando de defender mucho los interesados en el trabajo de la empresa, que son los colaboradores que han sufrido mucho el ajuste nuestro, algunos tuvieron que quedar por el camino en la reestructura que se aplicó.

—Hay una diferencia grande de UAG con el resto de las empresas agrícolas y es que es dueño de la tierra. ¿Cuál es la ventaja de ser dueños de la tierra que plantan?
—Ser los dueños nos permitió subsistir porque tenemos un patrimonio muy importante. Si hubiéramos tenido las deudas que tuvimos sin haber tenido patrimonio, seguramente ya estábamos con más de uno que hubiera tenido que abandonar el país. La defensa es el haber puesto el 90% de los recursos en tierras, ganado y maquinaria. Eso nos da fuerza para aguantar el temporal. Es un desafío importante el tratar de que la tierra que manejamos cumpla con los planes de manejo y uso de suelos, cumpla con las disposiciones porque hay que conservarlas. Esa diferencia nos lleva, primero a cuidarla.

—Mirando más al futuro ¿Qué otras metas maneja UAG?
—Estamos tratando de aplicar muchísima tecnología e investigación. Hemos hecho proyectos de investigación de donde han salido cosas interesantes y mirando al futuro. Uruguay apostó mucho al mejoramiento de los procesos y nosotros tratamos de multiplicar en lo posible. Hay que seguir capacitando a la gente y desarrollando los procesos. Creo que al final del camino el éxito nos va premiar. Esa es la esperanza.

—¿Cómo está viendo el negocio agrícola más allá de la fuerte caída de precios?
—En la agricultura estamos en problemas, porque los precios de los granos cayeron en forma impresionante y los costos siguen siendo altos. Si uno mira el futuro viendo que hay necesidades de mayor demanda de alimentos, es promisorio por el crecimiento de la población mundial y la mayor demanda de alimentos. Por otro lado, si uno mira el mapa es poco lo que se ve verde. La buena noticia es que estamos en las zonas agrícolas en el cono sur americano. Hay que mirar el futuro con mucho optimismo. Además hay necesidad de seguridad alimentaria, de inocuidad de los alimentos, entonces con más razón, empresas organizadas y países que hagan bien las cosas, como en el caso de Uruguay tienen un buen futuro. Hay que capear el presente.

—¿ Y a nivel de ganadería?
—Siempre fue un negocio más estable. En el mundo de las commodities hay dos productos que son muy estables, uno es la carne y el otro es la celulosa. Son dos rubros en los que Uruguay está fuerte. La celulosa estaba lejos de serlo en Uruguay, si bien en el mundo lo era. Hoy gracias a una política de Estado con la participación de todos, la celulosa es un rubro casi como la carne.

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