miércoles, 2 de julio de 2014

Uruguay y la exportación de ganado en pie


Estamos a la entrada del invierno, gracias a Dios con pasto en los campos y ganados en buen estado. Aun así los precios de la hacienda han venido cayendo y cayendo a lo largo de toda la cadena, salvo en cuanto a los precios externos que se mantienen muy buenos.
Esta situación tiene un impacto en el sector ganadero que va mucho más allá de los dólares perdidos por las haciendas comercializadas a bajo valor. La confianza imprescindible para invertir y mejorar, desde los procreos hasta la eficiencia del engorde, se ha visto debilitada. Por este camino nos vamos hacia el pasado: producir con sol, agua y tierra y que el sistema dé lo que pueda dar, al mínimo costo y con nula inversión.
Este camino genera pérdidas pesadas para todos: país, industria, trabajadores y productores. Creo que todos estamos de acuerdo en que producir extensivamente nos empobrece a todos pero para salir de ese estado histórico, hay que tener confianza en que no puede pasar lo que está pasando (precios buenos afuera y malos adentro).
Ahora bien, ¿cómo prevenir que suceda una situación como esta que estamos viviendo? La idea del Frigorífico Nacional es inviable, ya la probamos y solo conseguimos distorsión de mercados y pérdidas como las de Pluna.
Los productores en cooperativa manejando un frigorífico tampoco da cierto; el negocio frigorífico es tan difícil que casi siempre los productores terminan perdiendo hasta las ganas de comer. Tratar por algún medio de evitar la concentración de la industria es antinatural; en EEUU con muy fuertes leyes en contra de la manipulación de la competencia, el 70% de la faena está concentrado. Para mí, la única solución buena y sólida es la exportación de ganado en pie bien abierta.
Gracias a ella desde los ‘90 la ganadería creció desde el pie; se liquidó el famoso y funesto ciclo ganadero que estudio estadísticamente el Dr. Rodrigo von Oven y disecó técnicamente la tesis de PhD de Chicago del Dr. Claudio Sapelli; y también se terminó la zafralidad, que ahora está lamentablemente volviendo y se acortó mucho la edad de faena de los animales. Todavía faltaba mucho por hacer: en EEUU la extracción del rodeo es 38%, en Uruguay es menos del 20%… Se puede producir el doble con los animales que tenemos. Pero para eso hay que invertir, y para invertir hay que confiar que precios buenos afuera dan siempre, siempre, siempre, precios buenos adentro.
La única garantía de que eso suceda es que el mundo entero, que es más fuerte que cualquier industria concentrada local, pueda venir sin trabas a comprar todos los ganados de Uruguay si la industria local no los paga muy bien cómo debe, porque tenemos muy buenos ganados y muy buenos mercados abiertos.
Pero la exportación de ganado en pie tiene sus bemoles; hay pocos barcos para transporte de ganado que hay que contratar con larga anticipación; hay que cerrar negocios afuera a meses de distancia, comprar las reses acá, concentrarlas , pasar las debidas cuarentenas y armar toda la logística . Si todo ese andamiaje queda preso de permisos que arbitrariamente salen o no salen, rápido o lento, el negocio se desmorona, independientemente de los niveles de precios afuera o adentro.

Eso fue lo que sucedió recientemente: la falta de otorgamiento de permisos de exportación de ganado en pie en tiempo y forma desbarató esa maquinaria exportadora. Solo por eso los precios internos de la hacienda pudieron caer tanto como han caído porque hubo que esperar las promesas (tardías) del MGAP de que ahora los permisos se darían volando y sin chistar para que tímidamente empezaran las exportaciones en pie de nuevo, colocando piso al mercado del ganado.

Debemos aprender de una vez la lección: si queremos una ganadería pujante y en crecimiento, la exportación en pie debe estar totalmente abierta siempre. De esa forma tendremos más terneros, más faena, más jornales trabajados, más exportaciones y más impuestos recaudados. Sería bueno que los candidatos presidenciales digan fuerte y claro si respetarán la exportación de ganado en pie o no.

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