viernes, 31 de marzo de 2017

USA: La automatización ya es una realidad

Menos personas trabajando en las líneas de procesamiento


Durante una reciente ponencia ofrecida en Bocconi, se habló sobre la reducción del coste de mano de obra en el sector hortofrutícola y sobre las tecnologías que pueden reemplazar la mano de obra. Como ejemplo de mejores prácticas, se propusieron los siguientes:
  1. la planta procesadora de Mivor in Laces (BZ), una de las siete cooperativas que forma parte de VI.P., la asociación de las cooperativas hortofrutícolas de Val Venosta
  2. la revolución determinada por las clasificadoras ópticas como las fabricadas por Unitec, que incluso pueden monitorear los defectos internos de las cerezas o separar los tallos de la fruta.
Estas innovaciones han permitido a las empresas mejorar los procesos, reducir los costes y ahorrarles a los trabajadores tareas repetitivas y fatigantes.


Los trabajadores cada vez trabajarán menos en procesos de hardware para centrarse más en procesos de software. 

Como demuestran las soluciones investigadoras y técnicas adoptadas hasta ahora, queda claro que este es tan solo el comienzo de un viaje de automatización y robotización que, con el tiempo, incluirá otras fases –que actualmente aún se llevan a cabo de forma manual– como la confección en alveolos o cajas. A este respecto, se pueden observar ejemplos como SmartPacker o Standard A-One Case Packer para fin de línea.

Por no mencionar las labores de cosecha, donde ya se han puesto en marcha robots para la recolección de manzanas y fresas (como ejemplo, Agrobot).



Esto, a su vez, desembocará en una pérdida de empleos que no será posible compensar, incluso ascendiendo a los trabajadores a puestos de supervisión. El sector hortofrutícola es solo uno de los campos que se verá afectado por estos cambios.

¿Trabajar menos o no trabajar nada?
El desempleo estructural que implica la llamada "cuarta revolución industrial" ya se ha mencionado. En menos de diez años, los procesadores alcanzarán la capacidad de elaboración del cerebro humano. Esto significa que hay una buena probabilidad de que muchas de las tareas que, actualmente, realizan las personas las llevarán a cabo ordenadores.

Los investigadores de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael A Osborne han estimado que el 47% de los puestos de trabajo de Estados Unidos sufren un muy alto riesgo de automatización.

Es evidente que las políticas sociales nacionales e internacionales tendrán que hacer frente a una colosal pérdida de puestos de empleo y encontrar la forma de reciclar a los trabajadores o invertir los ingresos y los ahorros generados por la automatización en la subsistencia de parte de la población.

El sueño de trabajar menos, dejar buena parte de las tareas a los robots, podría chocar con la pesadilla de mantener a millones de personas sin posibilidad de encontrar un empleo.

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