viernes, 31 de marzo de 2017

REP. DOMINICANA: 80 millones de dólares en exportaciones de hortalizas orientales



La República Dominicana exporta hortalizas exóticas orientales por valor de más de 80 millones de dólares al año. Las más conocidas y las que más demanda tienen son el cundeamor indio, el cundeamor chino, la ocra china, la vainita plana, el guar, la berenjena china, la berenjena india, la berenjena tailandesa, la bangaña y la tindora.



En la actualidad, estos productos conforman una parte importante de las exportaciones dominicanas, ya que la mayor parte de su producción se destina a Estados Unidos, Canadá, Europa y Reino Unido, pero el mercado interno apenas aprovecha estas nutritivas hortalizas.

Existía demanda no satisfecha
La iniciativa de cultivar por primera vez hortalizas orientales en la República Dominicana se atribuye a un japonés residente en Nueva York, llamado Yokohama, quien, en 1976, se dio cuenta de que existía demanda de estas hortalizas por parte de las minorías étnicas orientales de Estados Unidos, pero que nadie satisfacía esa demanda. Por eso, se puso en contacto con las familias japonesas de agricultores de la República Dominicana y les envió muestras de semillas para que hicieran las primeras pruebas de producción en los alrededores de La Vega. De este modo, la República Dominicana comenzó a producir chiles, bananas, berenjenas, cundeamor chino, musú, pepinos peludos, vainitas y arvejas.



Inicio difícil
Al principio, los productores no sabían cómo gestionar correctamente estas hortalizas ni conocían todo su potencial, por lo que hicieron las primeras siembras en el suelo, sin las celosías que resultan indispensables para cultivarlas. A partir de estas experiencias, se dieron cuenta de que necesitaban mejorar sus técnicas si querían producir de forma competitiva.

Control de plagas
Más tarde, el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEDOPEX), la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) y las agencias del Departamento de Agricultura de ADEXVO, en colaboración con la Secretaría de Estado de Agricultura, comenzaron a instruir a los agricultores sobre cómo producir y exportar estas hortalizas, así como realizar correctamente el control de las plagas. De este modo, un equipo técnico llevó a cabo un programa de gestión integrada de plagas y obligó a detener la producción durante dos años en algunas regiones con el fin reducir la población de insectos como la mosquita blanca y los trips en las hortalizas orientales.



En 1996, se reanudaron las exportaciones a EE. UU., lo que estimuló el aumento de la producción y la comercialización de hortalizas orientales, un proceso que se reforzó en 2001 gracias a la cooperación del IDIAF y la Misión Técnica de Taiwán.

Desde entonces, se han introducido nuevas variedades y tecnologías para la producción, lo que ha mejorado tanto la cantidad como la calidad de la oferta, así como la aceptación que tienen estos productos en los mercados internacionales.

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