martes, 10 de diciembre de 2013

Europa, Japón y Corea eliminó restricción a vinos argentinos


La República Argentina ha dado un gran paso logrando que se eliminen las medidas de restricción con respecto a la certificación de libres de natamicina que se les exigía a los vinos argentinos en la Unión Europea, Japón y Corea. Esto implica una sensible disminución en los tiempos de tramitación de las exportaciones de vinos, [...]
La República Argentina ha dado un gran paso logrando que se eliminen las medidas de restricción con respecto a la certificación de libres de natamicina que se les exigía a los vinos argentinos en la Unión Europea, Japón y Corea. Esto implica una sensible disminución en los tiempos de tramitación de las exportaciones de vinos, agilizando los procesos y reduciendo los costos, redundando por lo tanto una mejora en las condiciones de competitividad. La natamicina, también conocida como pimaricina, es un antihongo producido por un microorganismo del género Streptomyces.
Su uso está orientado como antifúngico tópico en piel y mucosas. Igualmente se utiliza en la industria alimentaria como conservante, más frecuentemente se utiliza en el tratamiento de los quesos para evitar la presencia de hongos. El empleo de la pimaricina es una notoria excepción dentro del uso de los antibióticos, ya que por regla general la adición de antibióticos en los alimentos está terminantemente prohibida.
A partir del 2009 Alemania detectó trazas de natamicina a través de análisis que vinos argentinos exportados a su país, entre ellos los de al menos ocho bodegas ’top’, las que exportan vinos premium; contenían restos de natamicina.
Aunque no está permitida para el vino, y que no es tóxica; puede generar otro tipo de perjuicios para la salud, como neutralizar anticuerpos a determinadas infecciones si se consume en exceso. Así fue que ciento veinte mil botellas de vino de ocho bodegas mendocinas fueron retiradas del mercado alemán. En Alemania se hacen pruebas de natamicina a los vinos que ellos producen de manera regular. Y si los análisis dan positivo, esos vinos se destruyen. Jamás se devuelven al productor. En ese año, Alemania cambió el equipo con que se medía la detección de natamicina, y de una sensibilidad de una parte en un millón, se pasó a una detección de una parte en un billón, lo que comenzó a arrojar las muestras positivas. Por eso, el INV debió salir a comprar un equipo similar que costó medio millón de dólares, y que llevó aproximadamente tres meses calibrar y poner en régimen de funcionamiento.
PROHIBIDA:
Desde el año 2009 se prohibió el ingreso de vinos argentinos a la Unión Europea si no se entregaba un análisis expedido por el INV que certificara que nuestros vinos no contenían natamicina, producto que si bien se usa en la industria alimenticia, está prohibida su presencia en el vino. A partir de ese momento se comenzó a trabajar en conjunto con el sector privado para poder establecer una estrategia de mediano plazo que convenciera a los países de la UE de que nuestros vinos no iban a contener ese antibiótico. Luego de estos años de trabajo intenso durante los que todos los vinos argentinos que ingresaban a la Unión Europea debían contar con un certificado libre de natamicina y además a esos países se habían sumado Japón y Corea, en consecuencia esto generaba un aumento de costo para nuestras bodegas, tiempo para el INV a lo que se agregó que tuvo que realizar una inversión en dos equipo especiales que tienen un valor de 500 mil dólares cada uno para poder hacer los análisis al 100% de los vinos. Pero como fruto de este intenso trabajo es que primero Holanda y luego Inglaterra levantaron la restricción y hace unos meses atrás lo hizo Alemania. El INV hizo el esfuerzo a través de Cancillería y envió todas las certificaciones necesarias para demostrar que nuestros vinos no tienen natamicina.
Japón levantó la restricción hace un par de meses y hoy tenemos la importante noticia, para la industria vitivinícola nacional, que Corea también levantó la medida y en consecuencia podemos decir que se ha cumplido con la tarea. Esto es un voto de confianza a la labor realizada en pos de preservar la inocuidad y genuinidad de nuestros productos y un aporte positivo a la imagen de la República Argentina como productor vitivinícola.
El INV informó que en la certeza de la responsabilidad que esta cuota de confianza implica, continuará actuando en este sentido, recordando a los industriales sobre la prohibición de utilizar natamicina en nuestro país y en consonancia con ello, el Organismo seguirá realizando controles a razón de una de cada diez operaciones de exportación mediante una rutina de muestreo.

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