Una práctica ganadera que genera resistencia a los antibióticos en los seres humanos
La Food and Drug Administration de EE.UU. dispuso el miércoles una nueva política para eliminar gradualmente el uso indiscriminado de antibióticos en vacas, cerdos y pollos para consumo, una práctica que, según los expertos, pone en peligro la salud humana al contribuir a una epidemia de resistencia a los antibióticos.
Es el primer intento serio del organismo de limitar lo que los expertos caracterizan desde hace mucho como un sobreuso sistemático de antibióticos en animales, por lo general mediante la adición de las drogas al agua y el alimento.
La menor efectividad de los antibóticos –las drogas milagrosas del siglo XX– se ha convertido en una amenaza para la salud pública. Por los menos dos millones de estadounidenses se enferman cada año de infecciones resistentes a los antibióticos, y 23.000 mueren.
El cambio, a aplicarse dentro de los próximos tres años, de hecho hará ilegal el uso de antibióticos para engorde. Los productores han visto que darles dosis bajas de antibióticos a los animales durante toda su vida los agranda. Los científicos aún debaten por qué. Los productores, además, tendrán que conseguir una receta del veterinario para usar los medicamentos para enfermedades de sus animales.
Funcionarios federales dicen que la nueva política mejorará la salud en los EE.UU. al restringir el uso de tipos de antibióticos que salvan vidas humanas, como penicilinas, azitromicinas y tetraciclinas.
Los productores dijeron que cumplirán con las nuevas reglas, pero defensores de la salud pública dicen que hayvacíos en las normas que podrían volverlas inofensivas.
Los funcionarios de salud vienen previniendo desde los años 70 que el uso excesivo de antibióticos en animales estaba causando en humanos el desarrollo de infecciones resistentes a tratamientos.
Durante años, los modestos intentos de los funcionarios por reducir el uso de antibióticos en animales fueron desbaratados por la poderosa industria de los alimentos y su capacidad de lobby en el Congreso.
La nueva norma exige a los laboratorios cambiar las etiquetas que detallan qué uso dar a los medicamentos, vedando su empleo para promover el crecimiento.
Los cambios son voluntarios para los laboratorios. Pero funcionarios de la FDA estiman que las compañías cumplirán.
Del lado de la salud pública, muchos son escépticos sobre hasta dónde se reducirá el monto de antibióticos consumidos por animales. Dicen que los vacíos les permitirán a los productores seguir usándolos, alegando que son para para prevenir enfermedades del ganado.
Más significativo sería, dijo el Dr. Keeve Nachman, del Johns Hopkins Center for a Livable Future, prohibir el uso de antibióticos para prevención de enfermedades. Eso limitaría los antibióticos al tratamiento preciso de determinada enfermedad diagnosticada por veterinarios. Otra escéptica, la representante demócrata de Nueva York Louise M. Slaughter, dijo que cuando la Unión Europea intentó impedir el uso de antibióticos para engorde, las empresas los siguieron usando para prevenir enfermedades. Según ella, el uso sólo declinó en países, como Holanda, que limitan el uso total y aplican multas al incumplimiento.
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