La soja pierde peso y el maíz sigue con dieta
Por ahora, la “crisis” que vive la soja en Córdoba no se observa a nivel país, donde el récord de siembra se reflejaría en una cosecha histórica.
Mientras el Gobierno nacional busca la fórmula para presionar a los productores a que vendan la soja que todavía no han cosechado, en Córdoba la oleaginosa atraviesa un momento de crisis.
La provincia que hasta hace cuatro años lideraba el mapa sojero nacional está perdiendo peso. Acumula tres campañas consecutivas con baja en la superficie de la principal commodity agropecuaria.
Por el momento, ningún cultivo ha logrado crecer a expensas de la menor área ocupada por la oleaginosa. Es más, en la última campaña la superficie con granos gruesos (soja, maíz, sorgo, girasol y maní) cayó 10 por ciento. Un signo de que la inversión agrícola no sólo está frenada sino que retrocede, a causa de una pérdida de competitividad.
Sin reemplazante. Con la soja conmovida por los resultados productivos de las últimas cosechas, nadie parece tener las fuerzas para ocupar su espacio vacante en la provincia. El maíz tiene todos los boletos comprados, pero por ahora no tiene ninguno en el bolillero.
Sin reemplazante. Con la soja conmovida por los resultados productivos de las últimas cosechas, nadie parece tener las fuerzas para ocupar su espacio vacante en la provincia. El maíz tiene todos los boletos comprados, pero por ahora no tiene ninguno en el bolillero.
Con medidas intervencionistas que desalientan su producción, el Gobierno nacional sigue empecinado en evitar la expansión del cereal.
En la presente campaña, su porción en la torta agrícola nacional se redujo en 500 mil hectáreas respecto del ciclo anterior. Más allá de la decisión pública de priorizar el consumo doméstico antes que la exportación, en el Ministerio de Economía interpretan que el maíz no es proveedor de divisas. Bajo este razonamiento, cualquier retracción en su intención de siembra se traduce en un aumento de las preferencias por la soja, que sí interesa por su aporte de dólares.
Sin embargo, hay productores dispuestos a desafiar el paradigma oficial. No por capricho, sino por rentabilidad.
Planteos de producción en norte de la provincia, donde los rendimientos con la soja no han sido favorables en los últimos años, tienen ya al maíz ocupando la misma cantidad de hectáreas que la oleaginosa. Lo que el Estado desalienta con sus políticas comerciales, los productores se esfuerzan por fomentar con manejo y tecnología.
En las últimas cuatro campañas, la soja cedió en la provincia 363 mil hectáreas, luego del récord alcanzado en la campaña 2009-2010 con 5,15 millones de hectáreas. En el mismo período, el maíz subió 344 mil hectáreas, pero los productores afirman que su potencial es aún mayor. Las siembras tardías de híbridos (a partir de mediados de noviembre) han demostrado que son viables en la región.
Por ahora, la “crisis” que vive la soja en Córdoba no se observa a nivel nacional, donde el récord en área cultivada tendría su correlato en una producción histórica.
Una foto que le sirve al Estado para ensayar su ofensiva comercial y aliviar su alicaído nivel de reservas. Aunque la trama de la película abre un final incierto
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