El gobierno no piensa devaluar ni desdoblar y apuesta todo a la plata de la soja
Luego de la crisis que disparó la escalada del blue y la cumbre económica en Olivos, en el gobierno crece la certeza que Cristina no tomará ninguna medida de fondo. La idea central es aguantar hasta que empiecen a entrar en abril y mayo los dólares de la cosecha de soja, para recomponer reservas.
Cristina Kirchner parece decidida a eludir una vez más, la toma de decisiones de fondo para corregir los crecientes desequilibrios macroeconoómicos que enfrenta el país. La cumbre de urgencia que convocó la semana pasada en Olivos cuando el dólar blue superó los 8,80 pesos, había alentando las versiones de posibles medidas.
Se habló entonces de una división en el “equipo” económico entre quienes proponen una salida mas liberal con desaceleración del gasto y la emisión y toma de deuda para recomponer reservas; frente a otro sector que empuja devaluación y desdoblamiento cambiario.
Cristina habría rechazado de plano estas últimas opciones, entendiendo que las devaluaciones antes que nada perjudican a los sectores de menores ingresos, afirmaron a LPO fuentes del gobierno.
Claro que de cualquier manera el peso sigue devaluándose al ritmo de una inflación que ya supera cómoda los 20 puntos. Sin embargo, en el Gobierno
estarían entusiasmados con los efectos del control de precios de Guillermo Moreno, que afirman, logró reducir de manera drástica la inflación. Para qué discutir.
estarían entusiasmados con los efectos del control de precios de Guillermo Moreno, que afirman, logró reducir de manera drástica la inflación. Para qué discutir.
En ese marco, con un tono un poco contradictorio, en el Ejecutivo insisten en que el tema del blue es marginal y no impacta en la economía real, al mismo tiempo que convocan a cumbres en Olivos y Moreno dedica buena parte de sus jornadas a tratar de enfriarlo.
Reconocen sí que se aumentó el ritmo de devaluación del peso respecto al dólar oficial y que se está tratando de reducir la emisión de pesos. “De los 40 mil millones que se emitieron a fin de año, ya se absorbió la mitad”, agregó la fuente.
Como sea, la gran apuesta es esperar que las exportadoras liquiden la próxima cosecha de soja y en lo posible forzar a los productores a liquidar lo que les queda de la anterior. En el campo afirman que de la cosecha pasada sólo queda un millón de toneladas, mientras que la AFIP sostiene que son cuatro millones.
En el gobierno esperan así hacerse de dólares baratísimos (descontadas las retenciones el dólar que reciben los productores es de 3,30 pesos) para –imaginan- recomponer reservas y enfriar así las expectativas de devaluación.
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