
La eliminación de las cerdas improductivas y la introducción de animales de reemplazo son procedimientos esenciales para mantener a un nivel constante la reproducción del hato. El alto costo de las cerdas de reemplazo hace importante que trabajemos para aumentar la longevidad de las cerdas y disminuir su desgaste. La atención a estos detalles puede [...]
La eliminación de las cerdas improductivas y la introducción de animales de reemplazo son procedimientos esenciales para mantener a un nivel constante la reproducción del hato. El alto costo de las cerdas de reemplazo hace importante que trabajemos para aumentar la longevidad de las cerdas y disminuir su desgaste. La atención a estos detalles puede mejorar el tamaño de las camadas y la productividad de las cerdas durante toda su vida, dando como resultado una reducción en el número de días improductivos.
Mientras que el manejo del hato reproductor y las prácticas de desecho de cerdas son parte del trabajo cotidiano en las operaciones, una pregunta inteligentes es: ¿Por qué se desechan las cerdas? Numerosas encuestas pueden darnos idea de las tendencias o factores que determinan cómo podemos reducir el impacto del desecho de cerdas jóvenes. Por ejemplo, si analizamos la incidencia de cojeras (claudicación) como una razón del desecho de animales, los estimados van del 9 al 27%. El estudio más reciente del Sistema Nacional de Monitoreo de la Salud Animal, reporta que el 15.2% de los desechos se debe a problemas locomotores (véase la gráfica más adelante). Otras investigaciones, sugieren que debemos ser cautos al usar estos números como razones absolutas del desecho o sacrificio de cerdas, pues se determinó que el 23% de las causas del desecho se habían registrado de manera inexacta en la granja.
Más aún, las encuestas reflejaron una tendencia entre las cerdas jóvenes (de menos de tres partos) a ser desechadas por problemas de piernas y pezuñas, además de falla reproductiva, mientras que en la cerda de 6 o más partos el desecho se debió principalmente a edad avanzada y poco rendimiento.
La salud estructural y la longevidad
Mientras más grupos de investigadores estudian y recolectan datos sobre la claudicación en las cerdas, crece también el entendimiento general de este problema en la industria. Está bien documentado el hecho de que la salud de las pezuñas es crítica para mejorar el bienestar de las cerdas y para aumentar su longevidad y permanencia en el hato, elevando al máximo los factores económicos de la producción porcícola.
Los investigadores de la Universidad de Minnesota publicaron que las lesiones específicas de las pezuñas están asociadas con claudicación entre los grupos de cerdas gestantes. Sus datos muestran que las cerdas con problemas locomotores tenían cuatro veces más probabilidades de presentar cuarteaduras en la pared lateral de la pezuña, que las que no claudicaban. Más aún, este problema fue 28 veces más probable en las cerdas alojadas, agrupadas en corrales de gestación que en las que se mantuvieron en jaulas individuales o echaderos durante la preñez.
Otras investigaciones realizadas también en Minnesota, determinaron que la duración de la lactancia, la condición corporal y la claudicación estuvieron asociadas con aumentos en la incidencia de úlceras del hombro. Conforme aumentó la duración de la lactancia, las probabilidades de presentar úlceras de este tipo se incrementaron 16%.
Además, se observó un mayor impacto entre las cerdas con calificación de la condición corporal de 2 ó menos pues presentaron 3.35 veces mayor riesgo de sufrir úlceras en el hombro que aquellas cuya calificación era superior a 2. La mayor asociación con úlceras del hombro en los datos de Minnesota fue con claudicación; toda vez que las cerdas cojas tenían 3.7 veces mayor riesgo de presentar estas úlceras que las cerdas sin cojeras.

Nutrición, reproducción y desecho
El manejo nutricional diseñado para elevar a niveles óptimos el consumo de alimento y los patrones de consumo puede mejorar el desempeño reproductivo del hato y reducir los problemas de la reproducción. El consumo elevado de alimento diario durante la lactancia limita la pérdida de peso y mejora la ganancia de peso en las camadas. Cada kilogramo (2.2 libras) de aumento en el consumo de ración reduce las posibilidades de que se prolongue el intervalo destete-estro, en 42%. Cuando las cerdas jóvenes tienen consumo deficiente de alimento durante la lactancia y se prolonga su intervalo destete-estro, el resultado más práctico es desecharlas al asumir que tienen falla reproductiva. No obstante, la repetibilidad de deficiencias en el rendimiento reproductivo de las cerdas jóvenes es en realidad más baja de que frecuentemente se sugiere.
Otro estudio mostró que un aumento de 1Kg en el consumo mostró que un aumento de 1Kg en el consumo diario de alimento redujo en un 30% las posibilidades de desecho de los animales. Las cerdas que consumieron menos de 3.2 Kg (7libras) de alimento en cualquier día durante las primeras dos semanas de la lactancia (días 2 a 14) tuvieron mayor riesgo de ser desechadas que las que consumieron 3.2 Kg al día o más durante dichas primeras dos semanas (véase la gráfica de barras). Las cerdas que no consumieron alimento durante cualquier día de las primeras dos semanas de lactancia tuvieron el mayor riesgo de ser desechadas. Aunque parezca sencillo, una clave significativa para reducir las posibilidades de desechar cerdas jóvenes es asegurarnos que coman lo suficiente.
Los efectos del consumo deficiente de alimento durante la lactancia sobre la reproducción parecen estar mediados, cuando menos en parte, por la secreción de prostaglandinas y por la mortalidad embrionaria. El bajo consumo de alimento durante la lactancia implica la movilización de los tejidos corporales y puede causar excesiva pérdida de peso, disminuyendo la longevidad y el rendimiento reproductivo de las cerdas.
Las cerdas con calificación corporal de 1 tuvieron mayor frecuencia de ovarios acíclicos que aquellas con calificación 4. En las cerdas con calificación baja de la condición corporal es razonable que algo de la pérdida de peso se deba a aumento en la pérdida de proteína. Un estudio publicado en 2003 indicó una merma de 9 a 12% de la masa proteica corporal disminuía rápidamente la función ovárica. La restricción del consumo de proteína durante la lactancia afecta adversamente las concentraciones circulantes de hormona somatotrópica e insulina al final de la lactancia e impacta la tasa de ovulación después del destete.

Finalmente…
El costo del alimento en la producción continuará demandando mayor eficiencia y será cada vez más importante para mejorar la productividad de las cerdas de por vida, pues el objetivo en el futuro será producir casi 60 cerdos al año.
La investigación concluye que la claudicación es un factor significativo de desecho de cerdas, que afecta su productividad y rentabilidad generales. También se ha demostrado científicamente que el hecho de mejorar el manejo del hato y la suplementación nutricional puede disminuir el impacto de las lesiones en las pezuñas y la claudicación y, a la larga, mejorar el rendimiento reproductivo.
No existe ningún factor que, por sí solo, pueda prevenir ni resolver el problema de la claudicación, pues todos los factores de manejo, instalaciones y nutrición desempeñan un papel, por lo que se requiere un esfuerzo coordinado para reducir el impacto. Conforme se genere más información, la industria podrá definir con mayor claridad las prácticas exactas capaces de prevenir estos daños inflamatorios.
Nota del editor: Mark Wilson, fisiólogo de la reproducción de Zinpro Corp. despacha en Edem Prairie, Minn. EEUU. El lector puede escribirle a: mwilson@zinpro.com


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